En ocasiones, la macroeconomía y las cifras que se proyectan desde la escena del poder y por poder se hace referencia a la hacienda pública, al gasto corriente, al presupuesto de la nación y a los índices que conjuntan la gran economía, en realidad no reflejan más que números que es imposible interpretar cuando no existen parámetros, medidas que acerquen al individuo a su entorno y ubicación a ese gran espectro que absorbe cifras millonarias. En días recientes el presidente mencionaba 112 000 millones de pesos para los llamados programas sociales. Si se destaca una proporción de lo que antes se dedicaba a esos rubros y se añade el toque proteccionista o paternalista que caracteriza al populismo, puede adquirir cierto significado o puede no tenerlo para el que no lo recibe.
Pero si exploramos un poco este concepto de dispersión del recurso, como lo llama o llamaba el presidente, porque la tónica que repele el reclamo en una dádiva suelta y sin control, sería anacrónica si no tuviera un sentido y el sentido buscado en este ejercicio escuda en una vertiente meramente interpretativa la falacia de un siglo: la redistribución de la riqueza. Los movimientos sociales han buscado siempre la fórmula de justificar el equilibrio del ingreso pero no como ingreso, como un derivado de la riqueza nacional y en ella han volcado una fase convincente –con los límites naturales de la fuerza de penetración doctrinaria– de participación activa. Han buscado, se insiste, porque esa fórmula simplemente no existe.
Se ha insistido en este espacio: la fórmula o propuesta social encuentra acomodo únicamente cuando existe cierta bonanza en la gran economía, significando esto, reservas, fondos, tesorería, todo lo que la propuesta social califica como acumulación. No olvidemos que los factores de producción son inexistentes en la composición social, tampoco existen las prerrogativas del capital y la exposición de riesgo. Existe la función redistributiva de un todo que nunca ha alcanzado a dimensionarse porque el dinamismo del crecimiento económico se interrumpe. La concepción de tesoro nacional desde luego la entiende el socialismo, pero no como función de renta o recaudo, la entiende en su acepción acumulativa y este es el punto de partida de su fracaso.
De la concepción errónea de acumulación, inevitablemente surge la idea de control. Desde luego el derivativo es centralizar funciones y de esta precariedad administrativa la extensión natural es la ineficiencia. El estado se vuelve ineficiente porque las labores de innovación o creatividad se interrumpen ante la gestión de un criterio centralista y autoritario. Los mandos sectoriales abandonan su cobertura regional y las consecuencias son devastadoras en las primeras necesidades, las básicas: el alimento. Este tema es sensible y delicado porque nutre el esquema social ante la justificación del predominio del capital y la marcha destructora de la industrialización y la invasión del terreno espiritual y humano que debería conducirse en la probidad y en el sustento de la tierra.
Pero los caminos del socialismo son finitos. La fórmula redistributiva es una fórmula de captura, captura económica y emocional. Lo económico de una u otra manera se resuelve, con endeudamiento y aniquilamiento institucional, con expropiaciones, despojos y otras maniobras que permitan el centralismo de origen; todas estas señaladas, han existido, existen y todas sin excepción son temporales, porque tarde o temprano la fase de expectación de la población que cohabita en la etapa emocional, se desmorona. Habría que anotar que para este desmoronamiento, no hay vuelta atrás, para ese entonces la captura se consolida sin puertos de salida.
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El vicio de origen siempre es el recurso. La fórmula social encuentra su lecho y su cuna en el recurso. Encuentra su propulsión en el recurso, el que nunca creó; encuentra en ese recurso, la base de dispersión de sus preceptos, que reclaman para los que menos tienen y los que menos tienen, encuentran en ese recurso, la solución a su postración, que nunca identificaron como necesidad. Es aquí en donde da inicio el juego perverso de la manipulación. Esa manipulación es la esencia del socialismo: yo te protejo y te doy, pero jamás pienses en dejarme porque tus privilegios quedarán atrás para ti y los tuyos.
Pero queda en nuestra exposición, el tema de la tierra pendiente, el alimento. No, no se quedó en el camino, se quedó en el abandono y no se trata de primicias ni de justificaciones. Tal vez la fórmula social se quedó en la fórmula redistributiva del capital y dio por sentado que la producción agropecuaria seguiría su pauta ancestral, proveyendo. O tal vez las potencias se equivocaron de perspectivas también. Si nos ha comido el afán de la producción a escalas inimaginables y la apertura, queda el sabor amargo de la escasez y en no pocos casos, el hambre. En marzo del 2022, al inicio de la invasión rusa, el índice de precios de la FAO, incluyente de la media promedio de exportación de carne, lácteos, cereales, aceites, grasa y azúcar, alcanzó su máximo histórico: 159.7 puntos.
El tema no es menor y es mundial. Se reitera, escasez y hambre. Entonces viene el proteccionismo a recordar episodios que nunca debieron abandonarse y entre ellos y para reforzar la crítica certera y adecuada que se hace reiteradamente en este espacio del populismo que padecemos: el campo mexicano y su completo abandono. Las cosas ya no se encuentran en el apelativo de protección o adecuación o apertura, las cosas hoy se encuentran en el equilibrio. La producción que hoy protegen Argentina y Brasil, de soya, maíz, trigo y arroz, México no la tiene en lo suyo, en su producción.
Si complicamos más las cosas, no es tarea de crítica, es tarea de resolución que nunca llegó con la fórmula populista. Hoy tenemos una escalada en precios jamás vista y el gobierno en turno no tiene idea de cómo enfrentarlo. Vino un aumento al salario mínimo con una media del 16%, pero los precios de la canasta básica superan alzas del 34% en promedio. Los problemas no solamente son apremiantes, son de este día y el gobierno en turno centra su atención en la irrelevancia de un transgénico cuando el huevo por kilo se vende en 44 pesos y el orgánico en 84 pesos y la tortilla hasta en 24 pesos por kilo.
El populismo no sitúa realidades. El populismo sitúa permanencia. El populismo sitúa vicios y confrontaciones, jamás soluciones. Precios y poder adquisitivo…problema nuestro, no es problema de la 4t porque interrumpe la transformación y esta es problema de futuro, el nuestro..
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Capital de riesgo en emprendimientos tecnológicos (segunda parte) (ruizhealytimes.com) Está claro que el prejuicio inconsciente lleva al criterio de que las mujeres no deben ocupar puestos de alto nivel o desempeñar papeles importantes; en automático se da el visto bueno a un hombre aun cuando al lado está una mujer igual o más competente. Los líderes tienen que analizar con detenimiento qué es lo que se interpone en la promoción de las mujeres en sus organizaciones, sobre todo cuando hay encuestas que muestran que las mujeres en puestos de liderazgo son percibidas tan eficaces -o más- que los hombres, e inclusive son calificadas como “sobresalientes” en áreas como: iniciativa, resiliencia, autodesarrollo, orientación a resultados, integridad y honestidad. Según un análisis de evaluaciones de 360 grados realizado recientemente por una reconocida empresa, las mujeres son percibidas por sus jefes -inclusive si son de sexo masculino- como ligeramente más eficaces que los hombres en todos los niveles jerárquicos y en prácticamente todas las áreas funcionales de la organización. En el análisis las mujeres superaron a los hombres en 17 de las 19 capacidades que diferencian a los líderes de excelencia de los intermedios o mediocres. No obstante, resulta preocupante que el porcentaje de mujeres en puestos de liderazgo en las empresas se ha mantenido estable: sólo el 4.9% de los directores generales que aparecen en los 500 de Fortune y el 2% de los 500 de Standard & Poor's son mujeres. Esta escasa representación de las mujeres podría deberse al estereotipo de que al género femenino no se le da el interés por las "ciencias duras". Un factor a considerar es la edad: es muy probable que mujeres menores de 25 años sean mucho más competentes de lo que ellas mismas consideran, en tanto los hombres del mismo rango de edad podrían asumir, por un exceso de confianza en sí mismos, que son más competentes aun cuando no sea del todo real. A los 40 años, los índices de confianza de hombres y mujeres se equilibran y a medida que envejecen suele aumentar en ambos; pero a partir de los 60 años la confianza masculina disminuye, mientras que la femenina se incrementa. Estos datos proceden de un estudio que incluyó a 40 184 hombres y 22 600 mujeres y mide la calificación de la eficacia general de hombres y mujeres en 49 comportamientos únicos que predicen la eficacia de un líder. Recientemente se organizó un seminario web con un panel de mujeres de negocios en diferentes etapas de sus carreras para discutir estos temas. Entre los comentarios que surgieron destacan los siguientes:- La inteligencia emocional puede resultar una ventaja competitiva clave para las mujeres en los negocios. Un estudio de 2016 descubrió que las mujeres superan a los hombres en 11 de las 12 competencias clave de la inteligencia emocional, entre ellas: autoconocimiento emocional, empatía, gestión de conflictos, adaptabilidad y el trabajo en equipo.
- Las mujeres representan el 85% de las compras de los consumidores y a pesar de ello sólo el 11% de los directores creativos de publicidad son mujeres. Teniendo en cuenta el poder del consumidor femenino, es evidente que las mujeres son las mejor situadas para aportar una valiosa visión del consumidor.
- Aunque hay una serie de industrias que muestran una tendencia al aumento de la mano de obra femenina, sectores como finanzas, ingeniería y tecnología todavía tienden a estar fuertemente dominados por los hombres.
- Hombres y mujeres tienen inevitablemente experiencias y trayectorias diferentes, que configuran su enfoque de los negocios. Desafiarse mutuamente y colaborar con personas que piensan de forma diferente puede fomentar la creatividad y promover las ideas innovadoras que hacen avanzar a las organizaciones.
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Capital de riesgo en emprendimientos tecnológicos (primera parte) (ruizhealytimes.com) Otro estudio realizado por una importante empresa de consultoría puso de manifiesto que las empresas con más de un 30% de mujeres ejecutivas tenían más probabilidades de superar a aquellas en las que este porcentaje oscilaba entre el 10 y el 30 por ciento, y a su vez, estas empresas tenían más probabilidades de superar a las que tenían menos mujeres ejecutivas, o ninguna. En cuanto a la forma en que se ha avanzado en el tema de diversidad, el estudio revela que la representación de las mujeres en los equipos ejecutivos se ha cuadriplicado en los últimos cinco años y que una organización con un 30% de mujeres líderes podría añadir hasta 6 puntos porcentuales a su margen neto. La realidad sobre este avance en la equidad de género la muestra un reciente informe sobre el resultado de una investigación entre casi 22 000 empresas que cotizan en bolsa de 91 países de todo el mundo. Los cinco primeros países con más mujeres en los consejos de administración son: Noruega (40%), Letonia (25%), Italia (24%), Finlandia (23%) y Bulgaria (22%). Al parecer, la diversidad se está convirtiendo en un diferenciador competitivo. Seguramente por eso es que, para muchas organizaciones con visión de futuro, la igualdad de género se está convirtiendo en una cuestión cultural reflejada en una representación equitativa de mujeres en las salas de juntas, de tal forma que la diversidad, la inclusión y la igualdad de género se convierten en políticas y se integran en la estrategia empresarial. Pero el crecimiento de la presencia del género femenino no se ha limitado al ámbito empresarial; se ha extendido al mundo de la política, aunque todavía están infrarrepresentadas en todos los niveles de la toma de decisiones en todo el mundo y aún se está muy lejos de alcanzar la paridad de género en la vida política. Desde el 1 de septiembre de 2021, 26 mujeres ejercen como Jefas de Estado y/o de Gobierno en 24 países. Sólo 10 países tienen una mujer como Jefa de Estado, y 13 países tienen una mujer como Jefa de Gobierno. Únicamente el 21% de los ministros de gobierno son mujeres, y nada más 14 países han alcanzado el 50% o más de mujeres en los gabinetes. En América Latina, el Caribe, Europa y América del Norte, las mujeres ocupan más del 30% de los escaños parlamentarios. En el norte de África, en Asia occidental y Oceanía, hay menos del 17% de mujeres en los parlamentos nacionales y la representación femenina es la más baja en los Estados insulares del Pacífico en donde las mujeres ocupan el 6% de los escaños. No obstante, hay pruebas establecidas y crecientes de que el liderazgo de las mujeres en los procesos de toma de decisiones políticas es mejor. Por ejemplo, una investigación sobre los panchayats (consejos locales) en la India descubrió que el número de proyectos de agua potable en zonas con consejos dirigidos por mujeres era un 62% mayor que en aquellas con consejos dirigidos por hombres, y en Noruega se encontró una relación causal directa entre la presencia de mujeres en los consejos municipales y la cobertura de la atención infantil. Es indudable que una mujer bien conocida en el mundo de la política es Angela Merkel, canciller de Alemania de 2005 a 2021, luego de lo cual abandonó el escenario político con un gran reconocimiento. Como ella, la neozelandesa Jacinda Ardern y la taiwanesa Tsai Ing-wen recibieron estrellas de oro por sus respectivas respuestas a la pandemia, en tanto Sviatlana Tsikhanouskaya, la líder opositora bielorrusa quien desde el exilio agita las aguas contra Putin, se erigió en la guerrera de la democracia de su país. Y mientras el COVID perdura, está claro que 2022 estará repleto de problemas políticos inmensamente complicados para todos los países, y seguramente muchas líderes femeninas estarán al frente de los esfuerzos para hacer frente a los complejos retos nacionales e internacionales en los próximos meses. En ese sentido se perfilan mujeres como: La británica Liz Truss, Ministra de la Mujer y la Igualdad que ha sido propuesta como posible sucesora del Primer Ministro Boris Johnson y pudiera igualar o superar el papel desempeñado por Margaret Thatcher; la francesa Valerie Pécresse, Presidenta del Consejo Regional de Isla de Francia y que el 4 de diciembre de 2021 fue elegida candidata a las elecciones presidenciales de Francia de 2022, o Merav Michaeli, de Israel, Ministra de Transporte, Infraestructura Nacional y Seguridad Vial de Israel y en quien se cuenta para reconstruir el partido liberal de Golda Meir y Yizhak Rabin, que ha estado en ruinas. Otras mujeres en el mundo demuestran su liderazgo político trabajando en todos los partidos a través de los grupos parlamentarios de mujeres -incluso en los entornos políticamente más combativos- y defendiendo cuestiones de igualdad de género, como la eliminación de la violencia de género, el permiso parental y el cuidado de los hijos, las pensiones, las leyes de igualdad de género y la reforma electoral. Otro prejuicio en contra del género femenino es una tradicional tendencia a motivar a las mujeres a actuar como los hombres, sin importar que no todos los hombres son buenos líderes o muy competentes en su área de trabajo. ¿Por qué no cambiar la perspectiva? ¿Por qué no pedir a los hombres en puestos de liderazgo adoptar algunos comportamientos de liderazgo que generalmente se encuentran en las mujeres? Algunas de dichas actitudes podrían ser: Conocer las propias limitaciones.- Aunque las mujeres no son tan inseguras como se las presenta en la literatura de autoayuda, es verdad que, en general, tienen menos confianza en sí mismas que los hombres. Esto no es malo ya que les permite entender cómo las ve la gente y les da la capacidad de detectar las diferencias entre en dónde están realmente y en dónde quieren estar. Las personas que se ven a sí mismas de forma más crítica que los demás son más capaces de prepararse para crecer. Esas son las mujeres. Motivar a través de la transformación.- Los estudios académicos demuestran que las mujeres son más propensas que los hombres a liderar a través de la inspiración, motivando en las personas un significado y un propósito. Dado que el liderazgo transformacional está vinculado a niveles más altos de compromiso, rendimiento y productividad del equipo, es una vía fundamental para mejorar el rendimiento de los líderes. No ordenar, sino empatizar.- Generalmente se califica a las mujeres como demasiado amables y cariñosas y por ello no pueden ser líderes; sin embargo, la idea de que alguien que no es amable y cariñoso puede liderar con eficacia se contradice con la realidad. El liderazgo del siglo XXI exige establecer una conexión emocional con los seguidores, como lo hacen de manera más natural las mujeres. Centrarse en escalar a los miembros del equipo.- Se ha demostrado que las mujeres líderes son más propensas a entrenar, orientar y desarrollar a sus subordinados directos, que los líderes masculinos. Son verdaderos agentes del talento, que utilizan la retroalimentación y la dirección para ayudar a las personas a crecer. No decir “soy humilde" sino ser humilde.- Llevamos 20 años pidiendo líderes humildes, pero seguimos gravitando hacia los que son demasiado confiados y narcisistas (generalmente no son mujeres). Hay diferencias de género bien establecidas en cuanto a la humildad, y favorecen a las mujeres. No todas las mujeres son humildes, por supuesto, pero la selección de líderes en función de la humildad daría como resultado más líderes mujeres que hombres. La humildad es fundamentalmente un rasgo femenino. También es un rasgo esencial para ser un gran líder. Es peligroso asumir que elevar a las mujeres desplaza o perjudica a los hombres. No hay que olvidar que los rasgos de liderazgo, como la confianza y la asertividad, no son competencia exclusiva de los hombres, así como tampoco la compasión y la empatía no sólo están presentes en las mujeres. Todos estos rasgos desempeñan un papel en el liderazgo eficaz de una empresa, por lo que es necesario dejar de encasillar o prejuzgar a las personas y permitir que ellas se complementen entre sí, independientemente de la identidad de género. Para romper esas barreras que han estado presentes durante décadas, es necesario aprender lo que realmente significa abrazar la diversidad en el liderazgo: crear un entorno en el que ambas partes de la ecuación no se enfrenten entre sí, sino que se complementen; en el que las mujeres y su aportación no sean simplemente toleradas, sino que sean valoradas por su mérito; y terminar con los criterios de equidad basados en cumplir con una política o alcanzar una cuota de género. A medida que las mujeres se han ido infiltrando en la esfera de la gestión, ha quedado claro que ofrecen una perspectiva diferente y una forma de trabajar y dirigir a las personas que puede producir los mismos resultados exitosos o mejores. Así que no se trata sólo de lo que se les enseña, sino también de saber cómo van a aprender esas lecciones. No hay que limitarse a predicar sino a actuar en consecuencia. La diversidad y la inclusión deben normar todas las decisiones y deben estar centradas en sus procesos. La equidad de género y más mujeres en puestos directivos tendría que considerarse como una inversión a largo plazo. Las empresas deben mantener una política de tolerancia cero hacia comportamientos discriminatorios, como la intimidación y el acoso, y ayudar activamente a los directivos y al personal a identificar y abordar las microagresiones. También deben establecer normas de comportamiento abierto y acogedor, y pedir a los directivos y empleados que se evalúen mutuamente sobre cómo están cumpliendo esa norma. Tienen que construir una cultura en la que todos los empleados sientan que pueden aportar todo su ser al trabajo. Que quede claro: una mayor diversidad de género en la dirección de las empresas no se traduce automáticamente en más beneficios, pero cuando una empresa se compromete con un liderazgo diverso, empieza a tener más éxito y los beneficios se irán mostrando. Finalmente: Si tuvieras que tomar una decisión para contratar o ascender a un ejecutivo y tienes la opción de una mujer altamente calificada y un hombre igualmente cualificado ¿a quién escogerías y por qué (olvidando las políticas de equidad)? ¿Qué responderías si te preguntaran por qué hay más hombres que mujeres directivas en la empresa en que trabajas? ¿Dirías que en tu lugar de trabajo se ha avanzado lo suficiente en el tema de equidad de género? ¿A cuántas mujeres ejecutivas recuerdas en diversas empresas? ¿Crees que se esté ayudando a un número suficiente de mujeres a encontrar su camino hacia los puestos de liderazgo para mejorar a las empresas?" ["post_title"]=> string(101) "Si el mundo es diverso, ¿por qué no lo son también las organizaciones y los órganos de decisión?" 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El confinamiento, el trabajo en casa, la cancelación de algunos puestos de trabajo y el cierre de empresas despertó en muchos la necesidad de innovar y crear formas honestas de hacerse de recursos para la subsistencia. Ello dio lugar a la creación de nuevos negocios ajustados a las necesidades tanto del emprendedor como de los consumidores de productos y servicios o dar un giro a un negocio existente. Un ejemplo de ello es la empresa familiar BuzzBallz/Southern Champion LLC presidida por Merrilee Kick, que produce cócteles preparados, y que durante la pandemia tuvo problemas de suministro de materia prima, como fresas procedentes de Europa. Kick no perdió tiempo en adaptarse y empezó a producir desinfectante para manos que luego donó, pero luego siguió creando nuevos productos que "reinventan la hora feliz". Otro es el caso de Carrie SiuButt, directora general de SimpleHealth, que ofrece acceso en línea a consultas y medicamentos sobre salud reproductiva. Cuando la pandemia obligó a pacientes y médicos a estar físicamente separados, SiuButt reconoció la importancia de la telesalud. "La pandemia nos golpeó, pero la telesalud es el lugar donde hay que estar", dijo. Te podría interesar: LA MUJER EN LOS CAPITALES DE RIESGO (ruizhealytimes.com) Este tipo de liderazgo con visión de futuro y rápida toma de decisiones hace posible que las empresas propiedad de mujeres prosperen en medio de los desafíos, expresa Camille Burns, directora general de la Organización de Mujeres Presidentas (WPO). "Es el don de la mentalidad empresarial, estar dispuesto a experimentar y adaptarse. Conozco a muchas empresarias que empezaron y terminaron en 2021 en lugares muy diferentes. Muchos miembros han crecido y les ha ido muy bien durante la pandemia. Están llegando a nuevos mercados y expandiendo sus negocios a pesar de todos estos desafíos", afirma. Así, el autoempleo se convirtió en la única oportunidad, especialmente para las mujeres, de ganar un ingreso. Con ingenio y capacidad de trabajo, y algunas como único sostén de sus familias, han sorteado las múltiples dificultades que se les presentan. Aun cuando la creación y desarrollo de un emprendimiento no siempre es fácil, muchas mujeres, caracterizadas por un espíritu activo y positivo, decidieron correr el riesgo de desafiar al mercado y al sistema asumiendo los inconvenientes y fracasos como aprendizajes. Son este tipo de mujeres las que, con valentía, han sabido enfrentar no sólo la crisis terrible que vivimos los últimos meses, sino el ambiente empresarial dominado por los hombres desde hace varios años, lo que las pone ante diferentes retos, generalmente distintos a los que experimentan sus homólogos masculinos. En afán de tener mayor claridad sobre las dificultades que enfrentan las mujeres en comparación con los hombres al iniciar un emprendimiento, Business News Daily -sitio de internet dedicado a información específica para startups- realizó una encuesta entre directoras generales de empresas para determinar cuáles son esos retos que enfrentan las mujeres emprendedoras y algunas sugerencias para hacerles frente. Estos son los resultados: El primer reto es el desafío a las expectativas sociales. Por lo regular, cuando una mujer tiene que hablar de negocios, especialmente con ejecutivos masculinos, tiende a adoptar una actitud estereotípicamente “masculina” que la haga ver como competitiva, agresiva y si se puede, hasta “dura” en el trato. Las ejecutivas encuestadas coinciden en que no hay nada como ser fieles a la personalidad de cada mujer para superar esas expectativas preconcebidas. Un segundo reto es el acceso al financiamiento, lo cual sigue siendo algo difícil para empresas cuya propiedad es de alguna mujer. En algunos países los bancos y otras instituciones financieras no consideran a las mujeres empresarias de clase media como solicitantes adecuadas para la creación de sus proyectos y, por tanto, no están seguros de quién devolverá el préstamo. Bonnie Crater, presidenta y consejera delegada de Full Circle Insights, portal especializado en soluciones en mercadotecnia, hace notar que los capitalistas de riesgo tienden a invertir en startups dirigidas por personas de su propia "tribu". Por ejemplo, un inversionista egresado de Stanford apoyará prioritariamente a empresas creadas por exalumnos de la misma institución. Por ello sugiere que las mujeres que buscan inversionistas para sus empresas, generen confianza a través de un gran equipo y un plan de negocio. Por su parte, Felena Hanson, fundadora del espacio de coworking Hera Hub para mujeres empresarias expresó que, otra forma de superar este problema, es conseguir que más mujeres inversionistas se apoyen mutuamente y que soliciten exactamente lo que necesitan, incluso si eso significa solicitar más de lo que quieren. Gloria Kolb, directora general y cofundadora de Elidah -empresa que busca empoderar a las mujeres a tomar el control de su salud- dice que los inversionistas masculinos tienden a suponer que las empresarias operan igual que los hombres e inflan sus cifras y por lo tanto obtienen financiamiento a niveles inferiores a los solicitados, las mujeres deben entender esta dinámica y enfocar sus lanzamientos en consecuencia. Un tercer reto es el ser tomadas en serio. Este desafío obedece a que la mayoría de las directoras generales se encuentran en un sector o lugar de trabajo dominado por los hombres, quienes por lo regular no quieren reconocer el papel de liderazgo de la mujer. Alison Gutterman, directora general y presidenta de Jelmar, empresa de productos de limpieza, tuvo esa experiencia al inicio de su negocio, lo que la lleva a expresar que “como empresaria en un sector dominado por los hombres, ganarse el respeto ha sido una lucha". Con la firme convicción de crear su propia reputación de empresaria por derecho propio, tuvo que aprender a construir su confianza y superar su autoconcepto negativo. El siguiente obstáculo es superar la visión devaluada que se tiene de la mujer empresaria, lo que la lleva a demeritar su valía tanto como mujer como empresaria. Molly MacDonald, fundadora y consejera delegada de The Mobile Locker Co., una empresa que proporciona almacenamiento personal para eventos, dijo a Business News Daily que siempre le ha resultado difícil transmitir su propio valor como líder: "Utilizar la primera persona de singular para hablar de los éxitos me parece que estoy presumiendo, y no puedo quitarme de encima la idea de que si alguien sabe que soy yo la única que tiene el control, el valor de lo que hacemos bajará”. Por su parte, Shilonda Downing, fundadora de Virtual Work Team, una consultoría en reclutamiento, aconseja a las mujeres que reconozcan el valor de sus ideas creativas y que valoren sus conocimientos. A su vez, Sharon Rowlands, directora general de Web.com Group y ReachLocal, proveedora de servicios de mercadotecnia en línea, coincidió en que la confianza es la clave del éxito, incluso cuando hay que enfrentarse a una sala de juntas llena de hombres. Otra situación que enfrentan las mujeres es la construcción de redes de apoyo. Felena Hanson opina que "Dado que la mayor parte del mundo empresarial de alto nivel sigue estando dominado por los hombres, puede ser difícil abrirse camino y facilitar las presentaciones y conexiones en algunas de las redes empresariales más elitistas". Te podría interesar: DESEMPEÑO DE LA MUJER EN EL TRABAJO (ruizhealytimes.com) Encontrar la red de apoyo adecuada no siempre es fácil. En Estados Unidos está la posibilidad de los eventos de networking centrados en las mujeres -como la Conferencia WIN, eWomenNetwork y los eventos de Bizwomen-, así como los foros y grupos en línea creados específicamente para las mujeres en los negocios, como Ellevate Network. Es algo que tendría que replicarse en todos lados para apoyar a las mujeres emprendedoras a construir su red de apoyos. Si echar a andar el emprendimiento es ya de por sí difícil, lo es aún más cuando se trata de lograr un equilibrio entre la vida empresarial y la familiar. Se espera que las mujeres pasen más tiempo con sus familiares y no se le anima a viajar mucho para explotar oportunidades de negocio. Encontrar la manera de dedicar tiempo a ambos es clave para lograr ese equilibrio entre la vida laboral y la familiar, dice Hilary Genga, fundadora y directora general de Trunkettes, empresa fabricante de trajes de baño, en tanto que para Michelle Garrett, de Garrett Public Relations, encontrar este equilibrio significó dejar un trabajo corporativo y empezar su propio negocio de consultoría antes de que naciera su primer hijo. Finalmente, el estudio de Business News Daily dice que el reto más interesante que puede enfrentar una mujer es el miedo al fracaso. Kristi Piehl, fundadora y directora general de Media Minefield, aconseja a las mujeres que no dejen que sus inseguridades les impidan soñar en grande, y las anima a superar los momentos de duda que todo empresario afronta y no esperar a la perfección antes de iniciar su negocio. Dicen los y las motivadoras que el fracaso no debe verse como algo negativo o como una excusa para renunciar a los objetivos. "Cuando oigas un 'no' una y otra vez, cuando tus planes no salgan bien, o si tomas una decisión costosa... considéralo como un momento de enseñanza", dijo Addie Swartz, directora general de reacHIRE, que pone en contacto a las empresas con mujeres que vuelven a trabajar después de una pausa. Lo importante, dice, es mantener el rumbo, “asimilar toda la información; filtrar el ruido y los detractores; aprender de los errores e intentar no volver a cometerlos. Pero hagas lo que hagas, no te rindas”. El hecho de que las mujeres han enfrentado la pandemia frente a un ambiente empresarial dominado por los hombres, convirtiéndose en exitosas emprendedoras no es sólo por casualidad o por la fuerza de la sobrevivencia. Aunque innumerables estudios sobre la creación de empresas en los mercados desarrollados concluyen que el número de empresas creadas por hombres es mayor que el de mujeres, otro tanto de investigaciones sugiere que las mujeres son mejores empresarias que los hombres. Uno de ellos, publicado por el think tank Centre of Entrepreneurs, con el apoyo de Barclays Bank, lo establece de esta manera: "Las mujeres empresarias son más propensas a trabajar para lograr un crecimiento controlado y rentable, con relativamente poco interés en posicionarse simplemente para una salida lucrativa. A menudo prefieren reinvertir los beneficios del negocio en lugar de invertir en capital para escalar de forma sostenible", explica Sarah Fink, jefa de investigación del Centre of Entrepreneurs. Con todas las reservas, el Centre of Entrepreneurs sugiere al menos cinco razones por las que las mujeres son mejores empresarias que los hombres. La primera es que las mujeres asumen mejor los riesgos calculados. El 87% de las mujeres participantes en el estudio se considera a sí misma como una persona que asume riesgos financieros, frente al 73% de los hombres; y el 80% de las mujeres dice que es probable que vea oportunidades donde otros ven riesgos, frente al 67% de los hombres. Ello no implica que las mujeres acepten el riesgo en primera instancia, sino que moderan su enfoque con una evaluación realista de los peligros que puede enfrentar una decisión. El segundo factor es que las mujeres son menos propensas al exceso de confianza. Sólo el 42% de las empresarias que participaron en el estudio afirmaron que su negocio estaba prosperando en la actualidad, lo que no implica que las mujeres lo estén haciendo peor que los hombres, sino que no exceden la confianza y obtienen mejores resultados. Otro motivo por el que el estudio revela que las mujeres son mejores empresarias es que son más ambiciosas. De acuerdo con la investigación, más de dos tercios de las mujeres que ocupan actualmente puestos de dirección dicen estar interesadas en crear su propia empresa en los próximos tres años y, entre quienes ya tienen un negocio establecido, el 47% de las mujeres están dispuestas a crear otra empresa en los próximos tres años, frente a sólo el 18% de los hombres. La siguiente razón es que las mujeres son más propensas a tener una visión a largo plazo. La investigación sugiere que las mujeres son más propensas a reinvertir los beneficios de la empresa para generar un crecimiento constante y rentable, mientras que los hombres son más propensos a buscar un crecimiento más rápido, posiblemente alimentado por la inversión de capital, y una salida más rápida. Finalmente el estudio establece que las mujeres tienen éxito a pesar de enfrentarse a más barreras que sus homólogos masculinos: tienen que trabajar más que los hombres para sacar adelante sus negocios, una cuarta parte de las mujeres dicen no tener las redes necesarias para crear sus negocios y hay un factor personal reflejado en que casi una de cada cinco mujeres afirma carecer de conocimientos técnicos. Sin embargo, estos problemas no se interponen en el camino del éxito de las mujeres: en un marcado contraste con las estructuras salariales normales, las empresarias del estudio del Centre of Entrepreneurs se llevan a casa el doble de sueldo que los hombres. Otros estudios llegan a conclusiones similares. El Boston Consulting Group publicó en el informe "Why Women-Owned Startups Are a Better Bet" (Por qué las empresas fundadas por mujeres son una mejor apuesta), que las empresas fundadas por mujeres obtienen más del doble por dólar invertido que las fundadas por hombres. Datos publicados por la Oficina del Censo de EE.UU., Dow Jones, Harvard Business Review y otros 10 estudios privados y públicos, muestran que: las empresas propiedad de mujeres generan ingresos significativamente mayores y crean muchos más puestos de trabajo que las de propiedad masculina, y que las mujeres son más eficaces en los puestos de dirección, mejoran significativamente los resultados de la empresa y tienen un apetito mucho mayor por el crecimiento y el éxito que sus homólogos masculinos. Por su lado, la Agencia Nacional Francesa de Investigación financió un estudio entre 350 instituciones de microfinanciamiento de 70 países, en el que se descubrió que las mujeres tienen un menor riesgo de cartera, menos cancelaciones y menos provisiones para pérdidas de crédito, con una tasa de reembolso de 97% al 98%, en tanto los hombres tienden a prometer más de la cuenta y a no cumplir, lo que supone un riesgo mucho mayor para inversionistas y acreedores. Igualmente El "State of the Workplace Report" de Hive, publicado en el Foro Económico Mundial, muestra que las mujeres son un 10% más productivas que los hombres y hacen más trabajo en menos tiempo; un estudio independiente del Instituto Ponemon descubrió que las mujeres trabajan más y durante más tiempo que los hombres, y el Journal of Entrepreneurship and Organization Management demostró con un estudio que las mujeres empresarias son más autónomas, más positivas, más agresivas, tienen mejor sentido común, piensan de forma más crítica y tienen una mayor determinación para tener éxito que los hombres. Y, a pesar de todo ello, los estudios demuestran que las mujeres tienen menos acceso al financiamiento, los bancos tienen un sesgo en contra de concederles préstamos, tienen menos acceso a la red y, en algunos países, no reciben equitativamente los mismos recursos que los hombres para sus empresas. Dependiendo de cada país pueden variar los datos, pero en general se ha demostrado que, en ciertos negocios, las mujeres empresarias lo están haciendo muy bien e incluso han superado a sus homólogos masculinos. Tienen éxito no sólo en el ámbito del derecho, la ciencia, la medicina, la aeronáutica y la exploración espacial e incluso en los servicios policiales y militares, sino que ahora están mostrando su poderío incluso en los negocios y la industria. Han demostrado que no son menos que los hombres en cuanto a eficacia, trabajo duro o inteligencia, siempre que se les dé el ámbito adecuado. Las investigaciones sostienen que las mujeres empresarias poseen ciertas características específicas que promueven su creatividad y generan nuevas ideas y formas de hacer las cosas; tienen una tendencia única a construir y mantener relaciones a largo plazo, y una mayor capacidad de comunicación, organización y creación de redes que sus homólogos masculinos. Además, su enfoque hacia riesgos calculados reduce el peligro de fracaso de sus organizaciones, y contribuyen a mejorar el crecimiento económico y la estabilidad de un país. Cuando una mujer se convierte en empresaria, puede proporcionar un medio de vida a por lo menos otras 10 mujeres e inspirar a otras a crear empresas, lo que multiplica la generación de empleos. Cuando las mujeres tienen éxito en un campo, es más probable que la siguiente generación de mujeres emule su éxito. Aún hay mucho por hacer para incrementar el número de mujeres emprendedoras en beneficio no sólo de ellas, sino de más mujeres y de sus respectivos países. Pero solas no avanzarán tan rápido como si llegan a intervenir otras entidades en su apoyo. Pensemos: ¿qué pasaría si organizaciones de la sociedad civil se unieran a organismos gubernamentales en cualquier nivel de gobierno (municipal, estatal o federal) para revisar leyes y prácticas administrativas que permitan el empoderamiento de la mujer empresaria? Y ¿cuánto se podría lograr en ese apoyo si consultores especializados y comprometidos asesoran las estrategias de nuevos negocios de mujeres, considerando sus necesidades, intereses y aspiraciones? Por otra parte, pensemos ¿qué hacen las industrias para apoyar la independencia de las mujeres y motivarlas a fundar su propio negocio? ¿Hay alguna manera de identificar los talentos empresariales de una mujer trabajadora para apoyar su desarrollo? Se dice que los talentos no cultivados de las mujeres jóvenes pueden ser identificados, formados y explotados para diversos tipos de industrias ¿Alguien está haciendo algo al respecto? De otro lado, si las empresas invierten en emprendedoras cuyos productos se complementan con los suyos, pueden asociarse en el desarrollo del producto de forma que la mujer emprendedora obtenga acceso a recursos de inteligencia de mercado, diseño, pruebas y estrategia que no podrían contratar por su cuenta. Las mujeres que lideran empresas y microemprendimientos no pueden ser pensadas aisladas del contexto económico y social en el que se desenvuelven. Los valores sociales, tales como la subvaloración del rol económico de la mujer, los estereotipos basados en el sexo, el acceso limitado de las mujeres a ciertos tipos de capacitación vocacional, las políticas y la legislación, impactan considerablemente en las condiciones de la creación, supervivencia y crecimiento de los emprendimientos productivos liderados por mujeres." ["post_title"]=> string(33) "LA MUJER EMPRENDEDORA Y SUS RETOS" ["post_excerpt"]=> string(194) "Cuando una mujer se convierte en empresaria, puede proporcionar un medio de vida a por lo menos otras 10 mujeres e inspirar a otras a crear empresas, lo que multiplica la generación de empleos." 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