Es indudable que a lo largo de nuestra historia han ocurrido eventos de sequías y escasez severa de agua en diversas regiones del país. Pero es en este siglo cuando se han comenzado a dar situaciones preocupantes, siendo México uno de los países que tienen los más altos niveles de estrés hídrico.
El estrés hídrico no es más que la relación entre la oferta y la demanda de agua en un determinado territorio. De tal manera que podemos medir el estrés hídrico a nivel de ciudad o localidad, pero también a nivel metropolitano, estatal, regional o nacional.
La organización World Resources Institute elabora un ranking de los 25 países en el mundo con estrés hídrico extremo, y las proyecciones apuntan a que para el año 2050 Chile seguirá siendo el país latinoamericano con la posición más alta dentro de dicho ranking con respecto a los demás países de nuestra región.
La mala noticia es que las proyecciones apuntan a que, en el año 2080, México se le emparejará a Chile en dicho ranking, siendo los dos países con el mayor estrés hídrico de Latinoamérica, y muy probablemente, entre los de mayor estrés hídrico del mundo.
En esencia, hay tres factores principales que agravan el estrés hídrico:
Aumento de la demanda 🡪 Derivado del aumento de la población y de la actividad económica (agrícola, minera o industrial).
Disminución de la oferta 🡪 Que se desprende de lluvias más erráticas o escasas, aunado al calentamiento de la tierra que incrementa los niveles de evaporación y aridez.
Mala gestión del agua 🡪 Que se explica por la falta de disposición de los actores gubernamentales y sociales para invertir de manera mucho más decidida en temas relacionados con el agua.
El calentamiento de la tierra es crucial
Suponiendo que en los próximos años y décadas, México mejore en cada uno de los tres apartados anteriores: utilización del agua (demanda), disposición de agua (oferta) y gestión del agua (administración e inversión), hay un factor que puede ser un serio problema.
Este factor es el incremento en la temperatura promedio de la tierra que vamos a tener durante este siglo.
La radiación solar entrante que afecta la dinámica atmosférica es absorbida por la Tierra, su atmósfera y sus océanos, mientras que una fracción de la radiación saliente es reflejada hacia el espacio. El balance entre la energía radiativa absorbida y la reflejada determina el promedio de temperatura.
El balance radiativo (entre lo entrante y lo saliente) es alterado por la intensidad de la energía solar, la reflectividad de las nubes o gases y la absorción de varios gases de invernadero.
De manera que para alcanzar un mejor balance de la temperatura promedio de la tierra tenemos que aumentar nuestra capacidad de captura de gases de efecto invernadero (GEI) y esperar que la energía solar que nos llega al planeta no se incremente demasiado.
En cualquier caso, ya estamos viendo los efectos en el incremento de la temperatura promedio de la tierra.
Una buena noticia es que en México contamos con mediciones precisas sobre el incremento promedio que podemos esperar en la temperatura, con base en tres escenarios posibles que consideran la energía solar y la capacidad reflectiva de la tierra.
Esos tres escenarios se describen en el “Atlas de vulnerabilidad hídrica en México ante el cambio climático”, elaborado en 2015 por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua.
Principales resultados del análisis del Atlas de vulnerabilidad hídrica en México ante el cambio climático hacia el año 2070 durante la época de primavera-verano.
Lluvias:
- En el escenario más favorable, Durango, Zacatecas, Nayarit y Aguascalientes serán los estados que tendrán las menores disminuciones en el promedio de precipitación anual, con disminuciones en torno a -3 y -4 por ciento.
- En contraste, y bajo el mismo escenario conservador, algunos estados como Sonora, Baja California Sur y la Ciudad de México tendrían disminuciones de precipitaciones promedio en torno al -8 y -9 por ciento.
- En el escenario menos favorable, estados como Sonora verían disminuir las precipitaciones hasta en -17 por ciento.
Incrementos en la temperatura promedio:
- En el escenario más favorable, Quintana Roo, Colima, Campeche y Baja California serán los estados que tendrán los menores incrementos de la temperatura promedio, con aumentos que oscilan entre +2.2 y +2.4 grados centígrados.
- En contraste, y bajo el mismo escenario conservador, algunos estados como Coahuila, Tamaulipas, Querétaro y San Luis Potosí, tendrían incrementos en la temperatura promedio entre +3 y +3.3 grados centígrados.
- En el escenario menos favorable, estados como Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León, Querétaro, y San Luis Potosí tendrían aumentos de temperatura que alcanzarían rangos de +5 y +5.6 grados centígrados.
Es preocupante que la mayoría de los estados del país que van a sufrir más fuertemente los estragos del cambio de clima, la aridez y el consecuente estrés hídrico, sean aquellos en los que la dinámica industrial es más fuerte. Preocupa porque son estados donde está concentrándose cada vez más la población proveniente de otras entidades, o incluso de otros países de América Latina.
Las cifras más recientes del INEGI en materia de exportaciones, dan cuenta que en el primer trimestre de este año, los estados de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Baja California, Guanajuato y Tamaulipas, concentraron en el primer trimestre el 57.7 por ciento del valor de las exportaciones.
El hecho que de cada 100 pesos de exportaciones, 58 lo producen seis estados, nos habla de la dinámica económica de esa región del país, que se extiende de la zona central hacia el norte del territorio. De tal manera que, los estados con la más fuerte dinámica económica también serán de los más afectados en el futuro por el cambio climático. La pregunta que se desprende de lo anterior es, ¿no sería adecuado que parte de la riqueza y prosperidad en estas entidades se destine a preparar el terreno para enfrentar los efectos adversos del cambio climático, tales como el estrés hídrico y la aridez del suelo?
Valor de las exportaciones mexicanas según principales
estados exportadores
(Cifras del primer trimestre de 2024)
Fuente: INEGI.
Movilidad climática
Es necesario tener siempre en cuenta que el agua y las condiciones climáticas favorables son un recurso indispensable para cualquier actividad humana, independientemente que tenga o no algún fin económico.
Pero recientemente han surgido diversos paradigmas que engloban las dimensiones que no habíamos estado viendo sobre el problema.
Uno de estos paradigmas es el que se denomina, movilidad climática, que consiste en el estudio de la migración por efectos del cambio climático que ya ese está dando en muchas regiones del mundo.
Según el PNUD, cada vez son más frecuentes en la región la migración y el desplazamiento asociados a riesgos climáticos, y se espera que ambos fenómenos vayan en aumento.
El Banco Mundial estima que para el 2050, tan solo en México y Centroamérica, hasta 17 millones de personas podrían llegar a desplazarse internamente. Sobre la movilidad climática, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo(PNUD), acaba de dar a conocer un interesante estudio titulado: “Una aproximación estratégica hacia la movilidad climática, adaptación y resiliencia en América Latina y el Caribe”.
En este importante estudio, se destaca que el cambio climático está dando origen a movimientos poblacionales, siendo América Latina y el Caribe (ALC) una región donde el fenómeno cobra una enorme notoriedad.
Quiero presentar a continuación los tres principales resultados del estudio del PNUD:
1. A pesar de que falta mucho por avanzar en el tema de la movilidad climática, varios gobiernos de América Latina y el Caribe ya están integrando la movilidad humana en sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (CND) y sus Planes Nacionales de Adaptación (PNA).
Por ejemplo, doce países de la región han definido sus PNA, y la mayoría menciona la movilidad climática ofreciendo recomendaciones concretas.
Las respuestas adaptativas que se proponen incluyen:
- Mejoras en la recopilación de datos y las proyecciones;
- Apoyo a viviendas adecuadas;
- Empleo y desarrollo de habilidades en áreas de expulsión y recepción de población;
- Inversiones para una reubicación planificada.
En lo que respecta a las Contribuciones Nacionalmente Determinadas, solo 11 de las 33 CND de la región mencionan la movilidad humana, y de hecho, lo hacen de manera muy general. Esto evidencia la imperiosa necesidad de una mayor discusión del tema en las más altas esferas políticas y gubernamentales de la región.
2. Un conjunto pequeño de países está reconociendo a las poblaciones migratorias como personas en riesgo.
Por ejemplo, Colombia está a punto de aprobar la primera ley de “movilidad climática” del mundo, proponiendo un registro unificado de desplazamiento climático y asignando responsabilidades a ministerios y agencias específicas.
En 2022, Argentina comenzó a otorgar visas humanitarias de tres años a personas desplazadas por razones climáticas desde Centroamérica, el Caribe y México.
Por su parte, Chile y Perú están discutiendo leyes, mientras que en 2021, Antigua y Barbuda hizo un llamado para el logro de acuerdos y marcos regionales con miras a abordar la movilidad climática.
Por último, Barbados, Cuba, Brasil, Panamá y Chile están explorando cómo reubicar a las poblaciones en riesgo, desde áreas como las costas, regiones propensas a la sequía e inundaciones.
3. El estudio sugiere un marco básico para la evaluación de posibles puntos críticos de movilidad climática, pues anticipar dónde es probable que ocurra el desplazamiento, la migración y la reubicación y qué poblaciones se verán afectadas es una parte vital de la planificación.
Mientras tanto, los tomadores de decisiones pueden adelantarse evaluando mejor los riesgos, identificando puntos críticos y estableciendo prioridades a través de este marco básico que analiza tres factores principales: los choques y las tensiones climáticas, los factores socioeconómicos y las vulnerabilidades estructurales.
Un aspecto crucial en este sentido es identificar las áreas que requieren o que van a requerir de recursos adicionales para abordar la movilidad climática, así como evaluar correctamente los impactos en la educación, salud y empleo que tiene la movilidad de las personas por efectos del cambio climático.
Últimos comentarios
El estrés hídrico no se origina solo por la poca oferta de agua sino por lo que hace un territorio en inversiones para una mejor gestión. De tal suerte, la prosperidad de algunas regiones del país, muchas veces evidenciadas claramente por el dinamismo de sus sectores de exportación, debería usarse para invertir mucho en mecanismos para paliar la escasez aún mayor de agua que se nos viene en los próximos años y décadas.
Por otro lado, los primeros estudios sobre el fenómeno de la movilidad climática nos han revelado que el cambio climático tiene y seguirá teniendo un impacto sobre el desarrollo humano en América Latina y el Caribe.
Desafortunadamente, los análisis más serios arrojan que en México, las políticas públicas de las que hasta ahora disponemos son muy limitadas, ya que carecemos de una comprensión detallada acerca de qué áreas y qué poblaciones serán las más afectadas.
X: @romero_hicks
Facebook: José Luis Romero Hicks
Referencias
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