CARTAS A TORA 239

Querida Tora1: Se alborotó el cotarro, como dice la gente. Y es que los vecinos otra vez se acordaron de que no les han arreglado los baños, y que tienen que seguir usando los de las fondas...

6 de septiembre, 2021 CARTAS A TORA

Querida Tora1:

Se alborotó el cotarro, como dice la gente. Y es que los vecinos otra vez se acordaron de que no les han arreglado los baños, y que tienen que seguir usando los de las fondas cercanas, con  las molestias y el gasto que eso implica. Por lo tanto, le fueron a exigir al portero que se los arreglara. Pero, como de costumbre, el portero ni los recibió. Entonces, le hicieron una manifestación; y el otro día, cuando regresó de una visita a la Flor, se encontró con que la portería estaba bloqueada y no podía entrar.

No sabes cómo se puso. Intentó abrirse paso, pero no se lo permitieron. Entonces les dijo que él era la máxima autoridad en la vecindad, y que no estaba dispuesto a ceder a chantajes de nadie; que a él nadie le hacía “esas cosas”, y que se quitaran o que se atuvieran a las consecuencias. Los guaruras sacaron sus pistolitas, pero él les hizo seña de que las guardaran; y con  toda la dignidad que pudo reunir, fue hacia los baños de la vecindad, porque ya “le andaba”, aunque no quería decirlo. Pero ¿qué crees? Los baños también  estaban bloqueados, y no pudo entrar. Y para mayor burla, el del 34 le dijo que usara los baños de las fondas cercanas, y que les hiciera un consumo para que le dieran permiso para emplearlos. Sin decir palabra, el portero se dirigió al King’s, seguro de que ahí le dejarían usar el baño sin hacer consumo (Acuérdate que el portero es el dueño del King’s, aunque nadie en la vecindad lo sabe).

Yo quise ayudar a los vecinos, y corrí al King´s (Soy mucho más veloz que el portero). Cuando llegué, sólo estaba el encargado, porque ya era tarde. Pues me le enfrenté: maullé como nunca, le saqué las uñas, levanté la cola y brinqué encima de él. El pobre está calvo, y le llené de rayas el cuero cabelludo; al grado que el hombre salió corriendo y tropezándose, porque la sangre no le dejaba ver. Y, claro, llega el portero y se encuentra con el lugar cerrado. Hizo un buen entripado, y corrió a la fonda de enfrente.

Allí, por supuesto, tuvo que ordenar algo para comer; y dijo que mientras se lo preparaban se iba a lavar las manos. Entró al baño. “se lavó las manos” y se paró en el lavabo para alcanzar la ventana y escapar por ahí, porque no quería que los vecinos se salieran con la suya. Con la novedad de que la cabeza sí le pasó por la ventana, pero la panza no. Por más que lo empujó el guarura que lo acompañó, lo único que consiguió fue rasguñarse los brazos; y que, al escuchar el dueño de la fonda los pujidos que emitía, entrara al baño a decirle que él no permitía cochinadas en su establecimiento, que se fueran a otra parte. Pero antes de que terminara de decirlo se dio cuenta de lo que estaba haciendo, y le dijo que no sólo iba a pagar lo que ya había ordenado, sin que tendría que ordenar, además, unos “machitos” muy apretados (No sé lo que eso sea, pero por la forma en que le dijo, a mi me sonó muy feo). Y que si no lo hacía, lo denunciaría a la policía por “acoso sexual indecente”,

El portero, que no quería dar su brazo a torcer, ordenó al guarura que se comiera todo lo que el dueño de la fonda le sirvió (Hasta un postre de cajeta le obligó a comprar). Sólo entonces pudo salir; y los vecinos, que habían presenciado todo, lo dejaron pasar. Y cuando llegó a la portería se encontró con un  cartelón que decía “Ya sabes lo que te puede pasar si no nos arreglas los baños”.

Yo estaba muy contento, porque al fin se habían levantado los vecinos a exigir sus derechos. Esa noche se pusieron a celebrar su triunfo ruidosamente; pero el día siguiente, nadie se acordó de pedir al portero que pusiera manos a la obra. Llamarada de petate: eso fue el levantamiento social que yo llevaba tanto tiempo esperando.

¿Volverán los vecinos a exigir sus derechos? ¿Será necesario que surja algún líder de arrastre entre ellos? Será interesante ver lo que pase… si es que algo pasa.

Te quiere

Cocatú

1 Contexto: Un alienígena arriba a la Ciudad de México y, convertido en gato, llega a vivir a una vecindad. Le escribe a Tora, quien lo espera en su planeta natal, sus impresiones sobre lo que ve en ese lugar. Su correspondencia tiene algo de crítica social y toques de humor.

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