Hace apenas unos cuantos días se llevó a cabo la Reunión sobre Energía Atómica y Medio Ambiente del G-7 (Estados Unidos de América, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania y Japón) bajo el nombre de #Planet Week” (Semana del Planeta) en la histórica ciudad de Turín, capital del Piamonte a los pies de los Alpes italianos, ahí donde nació y murió Norberto Bobbio (1909 a 2004) y Antonio Gramsci (1891 a 1937), grandes pensadores de la política y democracia contemporáneas, ahí donde Joyce se convirtió en empresario del cine, donde está la sede de la fábrica de autos FIAT, territorio anexado por Napoleón Bonaparte a Francia y donde surgió el Barroco y el “Art Nouveau” italianos.
Tuvo preponderante papel el Organismo Internacional de Energía Atómica dependiente de la Organización de las Naciones Unidas y presidido desde 2019 por el argentino Rafael Mariano Rossi desde 2019. Uno de los principales puntos a tratar fue el del regreso de la energía atómica como generadora de energía renovable y sus efectos en la descarbonización en la generación energética y dentro de las normas del Acuerdo de París y los últimos acuerdos (UAE Consensus) tratadas en Dubái (Emiratos Árabes Unidos, noviembre 30 a diciembre 13, 2023) dentro de la COP 28 y que ratificarán en la próxima reunión de la COP 29 de Bakú, Azerbaiyán (noviembre 2024).
La preocupación central es el uso de la energía atómica, misma que puede ser para generar energía o bien para la destrucción bélica,
Se abordaron varios otros temas por parte los ministros representantes de los países del G-7 ahí reunidos, tales como:
- Aspectos financieros con fondos públicos, participación de fuentes privadas y de organismos de carácter internacional.
- Esquemas para el desarrollo de la industria de energía atómica en países que quieran iniciar este tipo de generación (México es socio del OIEA y contribuyó con el Tratado de Tlatelolco en 1967 para la proscripción de armas nucleares en América Latina y el Caribe).
- Un tema abordado fue el de las cadenas de suministro y materias primas sobre todo el uranio (UR) mejorado que mediante un proceso químico de alta tecnología y usando difusión gaseosa se utiliza para los reactores nucleares, a los residuos o desperdicios se les llaman uranio empobrecido.
- Las técnicas de recuperación de uranio procedente del desmantelamiento de armas nucleares, solo permitido por ahora a los Estados Unidos de América y a la Federación Rusa.
- Los aspectos de la regulación y los reguladores de estas actividades de manera prospectiva por el nuevo enfoque que se les está dando a la energía nuclear haciendo memoria de los desastres de Chernóbil (en Ucrania) y más reciente el de Fukushima (en Japón), aquí intervinieron la OCDE y la WNA (World Nuclear Association).
- El compromiso de formar a nivel global un ambiente seguro para un ecosistema energético nuclear seguro.
El uranio se puede encontrar en muchas partes del mundo, lo importante es su mejoramiento, su transformación, los fines de su utilización y el posible riesgo que siempre va a existir de parte de aquellos gobiernos que pretenden amenazar con sus armas nucleares.
Los países más ricos en Uranio son Kazajistán (dos minas de propiedad mixta con Rusia) Canadá (mina de Cigar Lake), Australia (mina Olympic Dam), Namibia (mina Husab, propiedad 90 % china y Rössing, con inversión de Rio Tinto, España) Uzbequistan y Níger (mina SOMAIR que siendo propiedad francesa está en proceso de estatización por parte del nuevo régimen político del país), Otros países productores son Rusia, China, Ucrania, India, Estados Unidos, Sudáfrica, Irán y Pakistán.
En México hay uranio en los estados de Chihuahua, Nuevo León (cuenca de Burgos), Sonora, Baja California, Durango, San Luis Potosí, Veracruz, y recientemente en Oaxaca. La única planta nuclear que existe en nuestro país está en Veracruz en Laguna Verde que fue construida con fondos del programa “Átomos para la Paz” de Estados Unidos a propuesta del Maestro Nabor Carrillo Flores quien también vio la posibilidad de que se instalara en el pueblo mágico y hoy bajo fuego de Valle de Bravo. Según el GWEC (Global Wind Energy Council por sus siglas en inglés) en un estudio sobre generación de energía eólica, nuestro país hace seis años se proyectaba como una nación donde este tipo de generación energética se consideraba como muy conveniente, era México el segundo generador, solo después de Brasil. El estudio considera que para 2030 México necesitará triplicar su capacidad instalada en energías renovables con una inversión superior a los 20,000 millones de dólares, esperemos que en las elecciones de ese año se considere, en estas al parecer aún, no.
Esta nueva etapa en la generación eléctrica puede ser muy importante, requiere de mucha tecnología y capital para llevarse a cabo, la energía generada si bien es más barata en su precio al consumidor, las plantas nucleares siempre son un riesgo y requieren un mantenimiento muy preciso y constante.
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