Ratas y rateros

30 de julio, 2024

Fernando Navarrete

Mientras en la hermana nación venezolana el dictador Nicolás Maduro cometía un enorme fraude electoral para sorpresa de absolutamente nadie, dado que la historia jamás ha visto que un tirano respete el voto democrático de sus connacionales, en esta tierra de nopales y tortillas, los morenistas y sus aliados se aprestan a ejecutar el mayor robo en materia constitucional de la historia reciente (porque de dinero ya llevan un sexenio completo y cientos de miles de millones de pesos desaparecidos) preparando las 18 iniciativas de reforma que el prejidente anunció desde el 5 de febrero pasado, que incluyen entre otras la reforma al Poder Judicial, la eliminación de órganos como el INAI y el INE tal cual lo conocemos, la ampliación de la prisión preventiva oficiosa, etcétera, harto ya de la inseguridad en este país se entregó uno de los capos más elusivos de la historia: Ismael Mario “El Mayo” Zambada García, líder y fundador del Cártel de Sinaloa. Dado que Obrador trabaja sólo de 8 a 11 am y luego se va a macanear y a dormir y nada se hace sin su consentimiento, no hubo noticias ni comunicados de absolutamente nadie hasta 17 horas más tarde cuando Rosa Icela, la siempre eficiente Secretaria de Seguridad, salió a aclarar que este gobierno “no sabía nada de nada del asunto”. Todo corrió a cargo de la DEA y el FBI. Una operación bien ejecutada por los estadounidenses que, de haber llegado a oídos del inquilino de Palacio Nacional, seguro habría dado el pitazo. Junto con “El Mayo” también cayó Joaquín Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán. Curioso que toda la comitiva del gobierno no haya salido a celebrarlo como lo hicieron con la detención de García Luna, ni siquiera días después.

Por si lo anterior no fuera suficiente esta semana trascendió que los compinches de Obrador, los #$%& empresarios neoliberales, incrementaron notablemente su riqueza en este sexenio. La de Carlos Slim, a quien le encanta desayunar tamalitos de chipilín con el preciso, subió 78%. La de Germán Larrea un 944%, casi un 1000%. También se incrementaron la de Beckman, Bailléres y la de Salinas Pliego. De manera global, la fortuna de los grandes poseedores de capital de esta malograda nación aumentó un 226%, para llegar a un total de $156,000 millones de dólares. La quinta parte de la Deuda Pública de este país. Lo cual no tendría inconveniente alguno si no fuera porque buena parte de ese dinero proviene de las arcas gubernamentales, cortesía de López y sus secuaces.

Mismo caso que con los narcojuniors del demagogo mayor, quienes esta semana publicaron en exclusiva para La Jornada (diario al que esta administración ha otorgado $1,000 milloncitos de pesos, nada más) un infame mamotreto para tratar de lavarse las manos de sus negocios sucios. Básicamente en esta bellísima historia, Gonzalo y Andy López eran unos vagos e inútiles que se transformaron en empresarios multimillonarios justo en el gobierno de su progenitor siendo todo una GRANDÍSIMA COINCIDENCIA. Nada de tráfico de influencias, contratos a modo ni vínculos con el narcotráfico. Nada de eso. En absoluto. Ellos son las pobres víctimas en este caso y todos los que los acusan de ser unos RATEROS lo hacen porque quieren debilitar la “fuerza moral” de su apá. Pero bueno, al final nuestra clase política refleja, y mucho, a la población que dice representar y para muestra la sustracción de un pterodáctilo mecánico valuado en $2 millones de pesos que pertenecía a la expo JurassIc World The EXhibition en el centro comercial Perisur, de la alcaldía Coyoacán. Si. El pueblo güeno se robó un dinosaurio animatrónico. Nomás porque sí.

Mientras esto acontecía, dieron inicio los esperados Juegos Olímpicos de PARÍS 2024 con gran expectación por múltiples motivos; primero que nada, por ver cómo logra la Francia de Macron (y París, a cargo de Anne Hidalgo) llevar a buen puerto el multitudinario evento. La ciudad luz espera recibir más de 15 millones de turistas durante la justa olímpica, acorde con las estimaciones realizadas por el gobierno. Pero la seguridad es un tema que preocupa a propios y extraños. Gérald Darmanin, el ministro del interior francés, declaró a los periodistas de Le Figaro en 2022: “Hoy los extranjeros representan más del 7% de la población francesa y cometen el 20% de los actos de delincuencia. Negarse a verlo sería negarse a ver la realidad. Debemos ser más firmes tras constatar que el 39% de los actos delictivos cometidos en Lyon y el 48% de los de París lo son por extranjeros, a menudo reincidentes”. A eso hay que sumarle las amenazas por parte de Hamas por incluir al seleccionado de Israel en el torneo olímpico, quien aseguró habría derramamiento de sangre ante tal hecho. Y la guerra ruso-ucraniana, que parece no tener fin.

Antes de encender el pebetero, la famosa llama olímpica pasó por múltiples manos conocidas durante su recorrido desde tierras griegas hasta su última etapa, donde recayó en las de Pau Gasol, Zinedine Zidane, Rafa Nadal, Nadia Comaneci y en las de Snoop Dog. Porque cuando uno piensa en deporte de altísimo rendimiento, de élite, no cabe duda de que nuestra primera referencia es alguien como Snoop Dog.

Por su parte, la inauguración del evento cumplió y bien, sin que faltara el toque “progresista/Avant garde”; en medio de la lluvia, Lady Gaga ofreció una prueba de su innegable talento, 80 artistas del famoso Moulin Rouge realizaron una actuación memorable, tocó Gojira, la banda de death metal, hubo extractos de Carmen de Georges Bizet, de Los Miserables de Victor Hugo, apareció Marie Antoniette decapitada (curiosa fijación tienen los franceses con eso después de casi 250 años) y cantó Céline Dion, en francés obviamente. No faltó nada, ni la Torre Eiffel iluminada, ni personas vestidas de croissant, ni videos tipo Eurovision, nada. Hasta estuvo presente un fulano enmascarado saltando por las azoteas que se asemejaba al protagonista de Assassin’s Creed, el videojuego. En la obligada intervención progre, ya sobre el final, el evento nos trajo una recreación olímpica (donde muchos vieron la última Cena y pusieron el grito en el cielo) con un elenco obeso, travestido y multirracial y un papá pitufo pelirrojo ataviado como el dios Baco sobre un plato de frutas que dio pie a un rato de euro dance, encabezado por un “vikigue” rubio y barbón en vestido de cuero. O sea, justo el tipo de espectáculo decadente que aman los franceses, aunque lo anterior no tenga ninguna relación con el espíritu olímpico. O con el deporte.

Pero bueno, recordemos que esta es la Francia de Macron. Ah y faltó mencionar que hasta las ratas que habitan en el alcantarillado de la ciudad luz salieron a presenciar el estruendoso show, como lo corroboraron numerosas imágenes de la transmisión televisiva.

Hablando de ratas en París ahí anda Ana Gabriela Guevara. Y ya que entramos al tema de la delegación mexicana, que llegó como pudo a las Olimpiadas, esto es boteando y vendiendo comida y trajes de baño entre muchas otras cosas ante la displicencia de la CORRUPTÍSIMA CONADE, quien durante la administración Guevara, acorde con la Auditoría Superior de la Federación (ASF) se ha ROBADO casi $300 millones de pesos que deberían ir a los atletas, entre la extinción del Fondo de Alto Rendimiento (FODEPAR), los fondos correspondientes a las Federaciones y otros más, esta comenzó su actividad la madrugada del jueves.

Las mexicanas Ale Valencia, Ana Paula Vázquez y Ángela Ruiz de tiro con arco culminaron su participación con en el tercer puesto del podio, obteniendo una preciada medalla de bronce, la primera para el país. Los demás deportistas no han tenido tanta suerte; veremos si en el transcurso de los siguientes días hay mejores resultados para los atletas nacionales.

Nos leemos la semana entrante.