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LA POLITICA de la SALUD en MÉXICO

¿Recuerdan aquella advertencia que aparecía en las películas y las series de televisión con temas de horror y suspenso? Era algo así como: Algunos nombres han sido cambiados para no herir susceptibilidades; sin embargo, los hechos corresponden...

9 de noviembre, 2020

Antonio G Trejo

¿Recuerdan aquella advertencia que aparecía en las películas y las series de televisión con temas de horror y suspenso? Era algo así como: Algunos nombres han sido cambiados para no herir susceptibilidades; sin embargo, los hechos corresponden a la realidad.

Te ponían en guardia, estabas advertido que tal vez no ibas a ver una película color de rosa. Este artículo aún no está clasificado, es incoloro. En esta ocasión el objetivo es todo lo contrario: presentar hechos y circunstancias, invitar a la reflexión y actuar en consecuencia de la manera más positiva, pues después de todo seremos una vez más los responsables de nuestros propios actos.

Nuestro país, cansado de abusos, incongruencias y malas administraciones decidió romper esa secuencia de circunstancias y continuismo mal entendido. Por ello entregó el poder a una nueva administración que prometía cambios en las estructuras y las funciones de nuestras administraciones, un socialismo populista basado en la disminución de la pobreza, promesas de cero impunidad, cambios en la justicia social, etc. Desafortunadamente, el autor de esa campaña tan espectacular y promisoria ha encaminado sus esfuerzos y los recursos del país a engrandecer y proyectar su propia figura, olvidándose de que México es un gran país en vías de desarrollo donde su peculiar estilo medieval es insuficiente para resolver y proyectar los logros y las aspiraciones del país. Las leyes, reglamentos, políticas, planes de trabajo, programas de salud, bienestar y administración de los recursos han sido reformados para consolidar la personalidad de un cacique de pueblo, amo y señor de todos los esfuerzos y voluntades de sus gobernados, justo a la usanza de un primitivo autoritarismo.

En el artículo anterior (https://ruizhealytimes.com/ciencia-y-tecnologia/la-politica-del-coronavirus-en-mexico/)¹ se hizo referencia a las soluciones que el actual gobierno ha dado al problema del coronavirus. En esta ocasión, abordaremos situaciones que acontecieron antes o después de la pandemia. El objetivo es mostrar el origen, la manipulación y la solución de los problemas de bienestar y salud que nuestro país está padeciendo. Sería muy elaborado y extenso presentar un análisis de todos los problemas, por lo que solo trataremos los de mayor impacto para el grueso de la población.

Hace algunos meses, millones de padres y madres pasaban a dejar a sus pequeños a las guarderías antes de dirigirse a sus trabajos. Dichas guarderías recibían un generoso subsidio del gobierno, del cual en ocasiones se abusó. La anomalía nada tenía que ver con los padres, era una cuestión administrativa entre la guardería y las autoridades. Alguien descubrió la corrupción y la denunció, acto seguido, sin mediar ninguna auditoria o alguna investigación, el presidente decidió cerrar las guarderías; creando un gravísimo problema a todos estos empleados. El presidente dijo que el cierre obedecía a los intermediarios y a la corrupción generalizada que se había generado en el régimen anterior. Las protestas y el descontento social no se hicieron esperar, hasta que días después, el presidente declaró que iba a entregar a cada uno de los afectados una cantidad determinada y que cada quién solucionara su problema en la mejor forma. Obviamente, nadie se ha preocupado acerca de la convivencia de los pequeños, su desarrollo emocional y su alimentación. La corrupción se acabó y los intermediarios se eliminaron. A la fecha, no se sabe cuántos han recibido el dichoso apoyo ni como han resuelto su problema.

Miles de mujeres que estaban adscritas al Seguro Popular y recibían tratamientos anticancerosos y acudían a sus consultas con especialistas recibieron con asombro la noticia de que sus Programas se habían cancelado. Todo fue sin previo aviso y sin haberlas referido a otras clínicas u hospitales para continuar su atención médica. De acuerdo con datos de la SSA, 21759 cirugías relacionadas con el cáncer mamario se han eliminado debido al recorte del presupuesto recién impuesto al Sector Salud.

La Asociación Mexicana de Ayuda con Niños de Cáncer (AMANC) ha reportado 4308 casos con diversos tipos de cáncer de los cuales 3231 están en fase avanzada. En los últimos dos años muchos de estos niños habían tenido gran dificultad para continuar sus tratamientos en los hospitales. La situación empeoró, pues desde hace varios meses, la gran mayoría ha debido suspender el tratamiento porque simplemente no hay las medicinas para continuarlos. Las autoridades de la SSA sabían y estaban conscientes del problema y supuestamente habían importado los tratamientos; sin embargo, las medicinas desaparecieron misteriosamente de una bodega mexicana, después las encontraron. El juego macabro todavía continúa, en fin… no están disponibles. El reporte final a la fecha es que 615 menores han muerto en los últimos nueve meses a consecuencia de la falta de las medicinas. Conferencias, juntas, aclaraciones, promesas, nuevas fechas, etc. El caso es que lo único que hemos escuchado del presidente es: ¡Vamos bien!.. ¡La cosa mejora!… etc.

Después de que la pandemia hiciera explosión, los insumos básicos y los equipos y aparatos para atender a los ingresados empezaron a escasear. Muchos médicos y enfermeras de varios hospitales empezaron a protestar por la falta de implementos básicos de seguridad, pero pronto fueron acallados; no debían de protestar ni exhibir las fallas del sistema; algunos de ellos fueron disciplinados en forma injusta e irresponsable. ¡Hasta que por fin! Se hizo el gran anuncio de que se había concertado una gran compra con China, pero había que transportar los artículos a la brevedad posible. Afortunadamente, Aeroméxico hizo varios vuelos relámpago y rápidamente nos trajo toda la carga. Todo el mundo se activó y los aditamentos llegaron a sus destinos, luego sobrevino el desencanto: la calidad de los artículos importados no era mala sino infame. Las tallas, las texturas, los materiales en sí eran casi de juguete. Nada que ver para un trabajo profesional. El personal médico mostró ante las cámaras la calidad y la apariencia de los equipos de seguridad, las quejas volvieron a subir de tono, nuevamente hubo muchos médicos sancionados que mostraron las condiciones de trabajo y señalaron los riesgos innecesarios que debían afrontar. Poco a poco, los medios de comunicación dejaron de ocuparse de esta desgracia y todo se fue diluyendo. Médicos, enfermeras y personal de apoyo en ambulancias y hospitales fueron abandonados a su suerte. Muchos de ellos, los que pudieron, compraron sus propios aditamentos y trabajaron confiando en su destreza, experiencia y buena fortuna. Mientras, en la Ciudad de México, los epidemiólogos oficiales no cesaban en repetirnos: las curvas ya se están aplanando, ya domamos a la pandemia, etc.

Luego, en un afán de cinismo y desfachatez, se nos explicó la estadística del proceso infeccioso, que resultó contraproducente, pues usaron un modelo estadístico acorde con sus conclusiones; sin tomar en cuenta que muchos profesionales en México usan la estadística como una herramienta complementaria en su trabajo. El error se hizo notar y ellos volvieron a la carga: esos son mis números… los números deben multiplicarse por un factor..bla…bla..bla. Total, cifras fueron y vinieron y la pandemia no se aplanó ni obedeció las predicciones vespertinas de todos los días.

Volviendo a la calidad de los insumos, varios países europeos escandalizaron a la comunidad internacional con la misma queja de la pésima calidad de los artículos biomédicos chinos. Fotos en primera plana de algunos periódicos europeos muestran numerosas cajas de cartón y madera almacenados en áreas restringidas esperando a los Jumbo para que los regresen a su lugar de origen.

Algunas semanas después, empezó a circular la noticia de que médicos, enfermeros y personal de apoyo se estaban contagiando y se hablaba de algunos decesos. Al poco tiempo nos enteramos de que el número de infectados iba en aumento, hasta que el 3 de septiembre del 2020, los medios de comunicación y los periódicos nos informaron que había un saldo de 1320 decesos de personal médico (enfermeras, médicos, camilleros y personal de apoyo) y que ocupábamos el primer lugar en el mundo. A la fecha, no hemos encontrado ningún otro dato más actualizado.

México tiene un lugar privilegiado y un gran prestigio a nivel mundial en la práctica médica, el número tan desproporcionado de defunciones solo tiene una explicación: la pésima calidad de los artículos importados. A la fecha, nadie ha hecho ningún comentario sobre este gravísimo incidente, lo cual refleja una actitud indiferente, inhumana y un absoluto desprecio a la calidad profesional y humana de sus empleados que tuvieron la gran desgracia de haberse infectado en una forma tan irracional.

Estas acciones indignas y reprobables no corresponden en lo más mínimo a la investidura de ninguna autoridad que pretende gobernar un país como el nuestro. Esta conducta tan aberrante e incierta NO es lo que los mexicanos merecemos.

REFERENCIAS:

Antonio G. Trejo. La Política del Coronavirus en México. Ruiz Healy Times. Octubre 30, 2020.

Correo electrónico: [email protected]

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