Iskra en el país tetratransformado

¡Hola a todas y todos los lectores de este muy agradable y amable sitio noticioso! Mi nombre es Iskra y tengo algo muy genial, excelente y maravilloso que contarles. Por eso les pido que tengan una mente abierta. Vengan, sí, ustedes, todos los que están leyendo del otro lado de la pantalla… Vamos a hablar en voz muy bajita, para que no nos oigan… ¿Ya están intrigados o todavía me falta ponerle más emoción a este texto? 

Bueno, sin mayor preámbulo, ahí va lo que tengo que decirles a todos ustedes, amables lectoras y lectores. 

¡Qué emoción! 

Lo primero que quiero hacer es presentarme ante todos ustedes, porque como la mamá de mi humano siempre dice, lo cortés no quita lo valiente, y aunque mi cuerpo es pequeñito, sí que reboza de valentía (al menos, me siento valiente la mayor parte del tiempo, ¡incluso frente a un pastor alemán!). Verán, aunque esta columna aparezca bajo el nombre de “Octavio García”, mi humano, la estoy escribiendo yo, Iskra, su perro chihuahueño de pelo dorado. “Iskra” significa “chispa” en el idioma ruso. Cuando mi humano me adoptó, dijo que parecía una chispa, brincando de aquí para allá. ¡Qué buenos tiempos! Y, aunque ya no soy tan joven como antes, ¡le sigo haciendo honor a mi nombre de vez en cuando!

Volviendo al tema: en este momento, mi humano está escribiendo en su computadora lo que le estoy dictando (como buen oficinista que es, ¡ya está más acostumbrado a recibir órdenes que yo!). Aunque al principio estuvo un tanto reacio a la idea, aceptó darme voz a través de este medio, para poder compartir con ustedes una visión diferente a lo que pasa en este cacho del mundo que los humanos han decidido llamar México. Un país que, según entiendo, ha sido tetratransformado. Como podrán ver, y ustedes me perdonarán que me tome un poco de libertad ortográfica, pero me encaaaanta (sí, con todas esas “a”) el chisme político, casi tanto como a mi humano. Mi humano y yo hemos pasado tardes y noches discutiendo sobre estos temas, un poco antes de que caiga la noche y me acurruque junto a él para dormir calentito. 

Ya sé lo que se están preguntando en este momento: ¿cómo le hago para comunicarme con mi humano? 

Se los digo siempre y cuando nos prometan guardar el secreto. ¿Nos lo prometen?

¡Gracias! Yo sabía que podíamos confiar en ustedes, amables lectoras y lectores.  

Ahí les va nuestro secreto: yo, Iskra, puedo comunicarme con mi humano mediante telepatía. ¿Genial, no? 

Por eso, como pueden notar, a diferencia de mi humano, no uso palabras raras, como chido, nel, nomás, fregón, compa, valedor,  ¡y otras tantas que ni siquiera tengo permiso de escribir aquí! ¡Ya se imaginarán, todas esas palabras que comienzan con la combinación “ch” y sus variantes! Esas palabras prohibidas que tanto le gusta utilizar a los mexicanos. 

Ya sé que se estarán preguntando lo mismo que yo me he preguntado todo este tiempo: ¿por qué tengo la habilidad de comunicarme telepáticamente con mi humano? La verdad, no tengo idea. Tal vez soy el elegido para darle a mi humano un mensaje muy importante que va a salvar al mundo de una aniquilación segura… O tal vez solamente es una de esas bromas que, de vez en cuando, se le ocurren al universo. Un universo que, a pesar de que la mayor parte del tiempo es un lugar cuya belleza no podemos ni imaginar, a veces puede jugarnos bromas crueles y pesadas.

Hablando de bromas y jugadas crueles, ¿no consideran muy loco y mucho más bizarro que este país vuelva a estar en manos de un solo partido político, como lo estuvo durante la mayor parte del siglo XX? La mamá de mi humano dice que esos tiempos del partido hegemónico fueron muy pesados y oscuros y que les “costó uno y la mitad del otro” (no sé lo que esa expresión significa exactamente, pero entiendo que quiere decir que les costó mucho trabajo) sacarse de encima a esos humanos que orgullosamente se autonombraban como “priístas”. Esos mismos que, al menos eso registró la historia, chuparon y chuparon recursos de este país como si no hubiese mañana. ¡Créanme, si alguien sabe lo difícil que es sacarse parásitos chupasangre de encima, soy yo! Antes de que mi humano y su familia me rescataran, tuve algunas de esas pulgas horribles, que, pensándolo por un momento, sí tienen mucho en común con los viejos miembros del PRI…

… Muchos de los cuales ahora militan en un partido político que se llama Movimiento de Regeneración Nacional. O, en corto, Morena. Sí, “morena”, como un adjetivo que describe a muchas de las mujeres que viven en México. O como los humanos creyentes le dicen a la Virgen de Guadalupe. Aunque soy solamente un perro, incluso yo puedo ver que elegir ese nombre para un partido político fue lo que llaman ustedes como un “juego sucio”…

…¡Pero ahí me quedo por hoy, no dejen que me extienda más! Mi humano ya no tiene tiempo para estar escribiendo, así que es un buen momento para terminar por esta ocasión, no sin antes agradecerles por su amable tiempo. Ya vendré después para darles la visión más canina posible de los asuntos que ocurran en México, un país que, para bien o para mal, ya está bien tetratransformado. 

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