Estoy en Capital Riesgo, ¿qué debo buscar?

El atractivo de los fondos de capital de riesgo nace de los altos retorno sobre la inversión que pueden llegar a generar.

17 de julio, 2023 Estoy en Capital Riesgo, ¿qué debo buscar?

Quien crea que en Silicon Valley no hay segundas oportunidades, sólo tiene que ver lo que está sucediendo con Adam Neumann, el empresario israelí de 43 años, quien en 2010 cofundó WeWork, la firma de coworking de la que fue presidente y que llegó a valorarse en 47 000 millones de dólares, y a la que fue obligado a renunciar en 2019. 

Cualquiera hubiera pensado que ese era el fin de Neumann, tanto por el fracaso de la salida a Bolsa de WeWork, como por su liderazgo que incluía la frecuente renta de un avión para ir a hacer surf a Hawái acompañado por un séquito que iba con él a todos lados, entre quienes estaban un estilista para él y su esposa.

 Pero Adam está de vuelta, sólo que ahora pretende revolucionar el mercado de las rentas de departamentos en Estados Unidos, un país donde escasea la vivienda, algo que empieza a resultar atractivo para los capitales de riesgo. Neumann pretende generar fuertes lazos vecinales para una generación que tiene la idea de que es imposible comprar una casa en un tiempo donde la pandemia transformó el trabajo y los jóvenes ya no tienen que mudarse a una nueva ciudad después de encontrar un empleo. Su idea es llegar a los jóvenes profesionistas que alquilan apartamentos en algunas de las ciudades más vibrantes, lo que está redefiniendo el futuro de la vivienda.

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Desde inicios de 2020, pequeñas compañías ligadas a Neumann han adquirido más de 4,000 apartamentos recientemente construidos en varias ciudades de Estados Unidos, así como en algunos suburbios. En Nashville, Tennessee, por ejemplo, adquirió un bloque de 268 unidades que tiene entre sus amenidades una piscina con agua salada, un servicio especial de colección de basura y un parque privado para que los vecinos paseen a sus perros. Otra urbanización, en Fort Lauderdale (Florida), permite rentar habitaciones dentro de los 639 pisos que tiene, e incluye un área de arte para el disfrute de los vecinos y un cine al aire libre.

El retorno de Neumman se encuentra respaldado por Marc Andreessen, uno de los inversionistas más importantes de Silicon Valley, quien ha apostado por la nueva compañía de Neumman, denominada Flow, con una inversión de 350 millones de dólares y que comenzará a operar a inicios del próximo año. 

Andreessen, expresó en su blog: “Es natural que esta sea su nueva aventura después de WeWork. Adam vuelve al tema de conectar a las personas mientras transforma los espacios físicos y construye comunidad donde la gente pasa la mayoría del tiempo: sus hogares”. Asimismo se refirió a Neumman como un “líder visionario capaz de cambiar paradigmas “.

Un Poco de Historia

Hace 20 años, cuando Adam Neumann estudiaba en el Baruch College de Nueva York, propuso en un concurso de empresas emergentes una idea llamada “Concept Living”, un giro comunal en el alquiler de apartamentos, que sonaba como una residencia para estudiantes o profesionales urbanos. Su profesor la descartó rápidamente, con la explicación de que ningún emprendedor podría reunir suficiente dinero para cambiar la forma de vida de la gente. 

Neumann abandonó la idea pero lanzó otras empresas que fueron un fracaso, hasta que fundó lo que denominó otro tipo de red social física: WeWork, el negocio de co-working cuyo ascenso y caída se convertiría en un sinónimo de la arrogancia de las startups.

Neumann llamó la atención de los inversionistas y de los medios de comunicación casi tan rápido como lo hizo su empresa. Apasionado por sus planes para crear una cultura de trabajo que fuera más que un lugar para que la gente trabajara, se dedicó a crear un concepto publicitario en torno a la marca WeWork, alentando a la gente a trabajar duro y a festejar aún más.

Su concepto aportaba al alquiler de oficinas la disponibilidad de cervezas, juegos mecánicos y flexibilidad de tiempo, rompiendo con la monotonía del trabajo.  WeWork se expandió rápidamente y al poco tiempo tenía más de 50 locaciones en Estados Unidos, Europa e Israel. Ante el éxito de su concepto “We”, empezó a imaginar un “WeUniverse” en el que se modificaran los patrones de conducta en gimnasios, viviendas e incluso en las escuelas.

Con WeWork recaudó tanto dinero que, en 2016, Neumann revivió la idea de su época de estudiante, pero ahora bajo el nombre “WeLive”. La propuesta era ofrecer alquileres mensuales en edificios de apartamentos con mesas de billar y cocinas comunitarias, a una generación que sólo tenía los mejores precios fuera de las grandes ciudades de Estados Unidos.

El valor de WeWork se disparó hasta los 47,000 millones de dólares, pero el comportamiento de Neumann y los errores que cometió desplomaron su valor. Entre sus errores, es famoso por haber registrado la marca “We” y haberla vendido a su propia empresa por casi 6 millones de dólares, aunque acabó devolviendo el dinero a la compañía después de que este acuerdo se revelara durante el intento de salida a bolsa de la empresa y fuera posteriormente criticado por los inversionistas y el público. 

Además de no lograr que WeWork cotizara en la bolsa por lo complicado que resultaba, los inversionistas de Silicon Valley y Wall Street acabaron pagándole a Neumann un enorme paquete de salida, por valor de unos 1,000 millones de dólares, con tal de que abandonara la empresa. 

EL NUEVO PROYECTO

El financiamiento de Anderssen para Flow, una empresa cuya presencia más visible es un sitio web de una sola página con un logotipo en colores pastel y las palabras “coming 2023”, marcada por la misma ambición que originó WeWork, supone una valoración de aproximadamente 1,000 millones de dólares. 

Al referirse a esta operación en un blog, Andreessen expresó que lo que ha planeado Neumann es nada menos que “un golpe directo” al corazón de la mayor clase de activos del mundo: la propiedad residencial, en medio de una crisis que el mismo Neumann explicó de la siguiente manera: Estados Unidos tiene una escasez crónica de viviendas que entre 2018 y 2020 pasó de 2.5 a 3.8 millones de viviendas, y no está construyendo lo suficientemente rápido. Las leyes de la oferta y la demanda hacen que el precio de la vivienda suba más rápido que los salarios, y al mismo tiempo nos encontramos con una cohorte joven que en su momento se identificó como la Generación We pero que “es casi la Generación R porque necesita rentar”.

Así que Neumann invirtió cientos de millones de dólares en la compra de edificios de apartamentos de alquiler en ciudades como Austin, Miami y Nashville, cuya popularidad entre ese grupo demográfico no hizo más que crecer con la pandemia. Vio en ellos una “tremenda” oportunidad de hacerlos más habitables para los inquilinos que se esfuerzan por tener una mejor calidad de vida: “Sentí que había mejores maneras de operar los edificios. Y sentí que, francamente, había espacio para hacer más comunidad”.

Por su parte Andreessen manifestaba su temor por la soledad a la que se enfrentan las personas con poca interacción con sus vecinos y pensaba que sólo un cambio radical en el funcionamiento del sector inmobiliario podría resolver el problema. Consideró que Flow combina “un servicio centrado en la experiencia y orientado a la comunidad con la última tecnología”, pues el proyecto considera una aplicación en la que los inquilinos podrían realizar pagos y acceder a servicios y eventos.

Asimismo, insinuó que Flow también puede tener un objetivo mayor: replantear un modelo de alquiler con opción a compra que tiene décadas de antigüedad y que supuestamente facilita que los inquilinos se conviertan en propietarios, pero que ha estado plagado de prácticas depredadoras. “Puedes pagar un alquiler durante décadas y seguir teniendo cero capital, y por ello se necesita repensar toda la cadena de valor, desde la forma en que se compran y se poseen los edificios, hasta la forma en que los residentes interactúan con sus edificios y la manera en que se distribuye el valor entre las partes interesadas”.

Andreessen reconoce que La misión de Flow es “una carga pesada”, pero acepta que el tamaño de su ambición es lo que le atrajo. “Sólo los proyectos con objetivos tan elevados tienen la posibilidad de cambiar el mundo”, dijo, y Neumann era la única persona que había construido un negocio global que “cambiaba el paradigma” mientras ponía patas arriba un sector similar.

Aunque todavía no se sabe cómo Flow planea diseñar ese cambio  sobre la cantidad de propiedades que poseerá, ni cómo se ha estructurado la inversión de Andreessen, uno de los edificios que supuestamente ha comprado Neumann ya ofrecen una sala de música para sesiones de improvisación, un “parque de ladridos para perros” y un “servicio de recogida de basura”; otro edificio permite a los inquilinos “vivir el estilo de vida que se merecen”, con un sistema de alquiler por habitaciones, un cine al aire libre y una “zona de arte sobre césped”.

La inversión supone, en un año, la segunda muestra de apoyo de Andreessen a una empresa fundada por Neumann: En mayo invirtió 70 millones de dólares en Flowcarbon, la plataforma de Neumann de créditos de carbono basada en blockchain, que no parece tener ninguna relación con Flow. Curiosamente, la publicación del blog de Andreessen llama a Flow la “primera empresa de Neumann desde WeWork”.

Otras Inversiones

Con el mundo de las empresas de capital riesgo inundado de dinero, la presión para encontrar apuestas cada vez más grandes ha aumentado, incluso cuando el colapso de las acciones tecnológicas puso en duda las valoraciones de las empresas privadas y amenazó con cortar el flujo de nuevas recaudaciones de fondos.

A finales de junio, las empresas de capital riesgo de Estados Unidos disponían de una cifra récord de 290,000 millones de dólares para invertir, según PitchBook, lo que supone un aumento de casi 60,000 millones de dólares con respecto a finales de 2021. Solo Andreessen ha recaudado este año la friolera de 14,100 millones de dólares para vehículos de inversión que van desde fondos especializados en criptomonedas y biotecnología, hasta fondos más tradicionales de riesgo y crecimiento. Esto es casi lo mismo que recaudó en los siete años anteriores, según los datos recopilados por Crunchbase. Estas cifras hacen que mercados tan grandes como el de la vivienda sean más tentadores para las empresas de capital riesgo. 

Andreessen, que se dio a conocer como inventor del primer navegador web cuando aún era un estudiante universitario, es conocido por hacer grandes apuestas por las ideas más audaces. Ya había hecho una apuesta menor con FlowCarbon, una empresa gestionada por separado y lanzada por Neumann junto con su esposa Rebekah, a la que la ex actriz describió en una ocasión como su “compañera de pensamiento estratégico”.

Opiniones Diversas

Renovar el mercado inmobiliario de alquiler no es una idea única. Con más de 100 millones de dólares de inversión en capital riesgo, Common es una empresa de vivienda compartida que hace de gestor de la propiedad de un conjunto de apartamentos y casas. Su cofundador, Brad Hargreaves, dice que “Las empresas de capital riesgo (si es que se les puede llamar así hoy en día) tienen mucho capital para desplegar, y está claro que el cambio masivo en algunas industrias no vendrá sólo a través de la innovación de software de toque ligero”.

Con relación a Flow, expresó que es probable que la operación no esté estructurada como una operación de riesgo tradicional, aunque no está claro qué porcentaje del cheque sería financiamiento de deuda frente a financiamiento de capital.

La noticia del nuevo financiamiento a Neumann también generó opiniones sobre la desigualdad en el financiamiento de empresas, especialmente cuando las cifras de recaudación de fondos de este año destacan la disparidad continua en las inversiones hacia empresas cuyos emprendedores son mujeres o proceden de comunidades subrepresentadas. 

Asimismo, la operación ha suscitado diversas opiniones entre los inversionistas en fase inicial, cuyo trabajo consiste en respaldar a los emprendedores atípicos con grandes posibilidades de éxito. Algunos dicen que este es el punto exacto de la clase de activos de riesgo – respaldar a los emprendedores audaces – mientras que otros señalan que la segunda oportunidad de Neumann llega cuando las mujeres y los emprendedores afroamericanos luchan más que nunca para obtener capital inicial.

Kate Brodock, consejera delegada de Switch y socia general del Fondo W, calificó el acuerdo entre Andreessen y Neumman de “asqueroso”: “Esta es una de las firmas más grandes y notables que hay y simplemente no puedo entender. Es como si alguien se despertara y dijera: ¿cuántas casillas puedo marcar que sólo nos hacen retroceder?”.

Allison Byers, la fundadora de Scroobious, una plataforma que tiene como objetivo diversificar las startups y hacer que los fundadores sean más respaldados por el riesgo, describió sentir una rabia apagada: “Hay un trasfondo de aceptación y casi de impotencia aprendida. O como un trauma que todos hemos experimentado tanto que ya no tiene el mismo impacto”. Asimismo expresó: “Todo esto parece nuevo y horrendo para aquellos que han abierto los ojos a los problemas sistémicos del financiamiento de Capital de Riesgo en los últimos dos años, pero hemos estado lidiando con esto desde siempre”.

Varios inversionistas dijeron que el financiamiento tan grande de Flow reflejaba los prejuicios de su industria contra los emprendedores de minorías pues, en tanto Neumann ha podido recaudar cientos de millones de dólares para sus startups a pesar de los problemas de WeWork bajo su liderazgo, muchas mujeres, afroamericanos y latinos luchan por atraer incluso fondos minúsculos.

Las 90 empresas en etapa pre semilla y semilla fundadas en Estados Unidos por empresarios negros y latinos que revelaron sus rondas de financiamiento este año han recaudado hasta el momento 225 millones de dólares (mmd), con una ronda promedio de 2.5 mdd, y las empresas con emprendedores negros en EEUU también recaudaron sólo 1.2% del financiamiento total de empresas en 2022, según datos de Crunchbase. 

En general, en lo que va de 2022, las startups de Estados Unidos recaudaron un promedio de 4 a 6 mdd en rondas iniciales, según PitchBook. A este respecto, Robert Kazanjian, profesor de administración y director académico del Centro Roberto C. Goizueta para el Emprendimiento y la Innovación en la Universidad de Emory expresó que “Esto evidencia los desafíos que enfrentan los fundadores de minorías. Mucho de eso tiene que ver con la estructura de las redes personales que arman los capitalistas de riesgo”.

Muchos críticos han expresado que los inversionistas a menudo tratan a los emprendedores de grupos minoritarios como apuestas inaceptablemente arriesgadas, incluso en comparación con otros emprendedores con no tan buenos antecedentes.

Kate Brodock, socia general de la firma de capital de riesgo W Fund expresó en su red social: “Empresas como esta perpetúan una y otra vez un sistema tradicional que favorece a un conjunto pequeño y homogéneo de emprendedores”. Por su parte, Mac Conwell, socio gerente de RareBreed Ventures escribió en Twitter: “En tiempos de recesión económica, los repartidores vuelven a lo que consideran más seguro. Te despedirían más rápido por invertir en emprendedores subrepresentados que por invertir en Adam Neumann y su fama en WeWork”.

Charlie O’Donnell, fundador y socio general de Brooklyn Bridge Ventures opina que “Le dan crédito a Adam por construir una gran comunidad en WeWork, aunque WeWork siempre fue conocido por ser un lugar de trabajo poco inspirador. Aceptan una cierta reputación que realmente no tiene nada detrás más que las propias fanfarronadas de Adam”. Asimismo se declaró escéptico en cuanto a que Flow pudiera abordar de manera significativa los problemas con la vivienda, a pesar de las ambiciones de Andreessen.

Incluso cuando los empresarios más diversos se lamentan de las abrumadoras sumas de financiamiento de capital riesgo que siguen fluyendo hacia los emprendedores blancos y del género masculino, sean cuales sean sus errores pasados, Andreessen estaba pregonando el valor de los fracasos pasados: “Nos encanta ver cómo los emprendedores que repiten se basan en los éxitos del pasado, creciendo a partir de las lecciones aprendidas. Para Adam, los éxitos y las lecciones son abundantes”.

Y Tú…. ¿Qué opinas?

Si eres inversionista de capital de riesgo ¿darías una nueva oportunidad a un emprendedor que ha fracasado con anterioridad?

Si eres el emprendedor que requiere de un inversionista en capital de riesgo, a qué le darías más peso: ¿al propósito de la inversión o a los rendimientos esperados?

Cierto que el capital de riesgo llena un vacío que existe en las finanzas ya que, cuando tienes una empresa con gran potencial que requiere una fuerte cantidad de dinero para crecer, los bancos en su mayoría prestan dinero basados datos financieros actuales y no en potencial. Por su parte, por lo general, el inversionista de capital de riesgo compra participación en la startup para venderlo en el futuro a un precio mucho mayor logrando un gran rendimiento. ¿Qué piensas al respecto? ¿Cuál es tu experiencia personal?

El atractivo de los fondos de capital de riesgo nace de los altos retorno sobre la inversión que pueden llegar a generar. En promedio, en su mejor trimestre, los fondos de capital de riesgo han generado retornos del 29% en los últimos 15 años. Pero es importante saber que los rendimientos de los fondos de capital de riesgo varían mucho de uno a otro por lo cual se tiene que hacer una investigación muy a fondo sobre el fondo antes de invertir en él. ¿Qué nivel de rendimientos te gustaría obtener si eres inversionista?

Además, invertir en un fondo de capital de riesgo suele ser algo complicado porque lo tienes que hacer en el momento en el cual se está armando el fondo y también la inversión mínima suele ser grande. ¿Sabías que para invertir en un fondo de capital de riesgo debes estar en el ecosistema de las inversiones o de las startups? Ten en cuenta que son fondos sin liquidez y que es una inversión a largo plazo.

Recuerda: si eres un fondo de Capital de Riesgo debes de tener en cuenta el propósito de las inversiones y no sólo considerar los rendimientos al momento de realizar inversiones.

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