La pandemia ocasionada por el SARS-Co-V-2, también conocida como COVID – 19, ha causado una serie de efectos devastadores a los diversos círculos sociales de nuestro país. Uno de los más lamentables es el emocional, que se refleja en la confusión e inseguridad producida cuando no es posible ver al enemigo ni tienes la confianza de que alguna autoridad esté enfocando sus esfuerzos para encontrar una solución a toda la serie de inquietudes e incertidumbres que se han generado desde el inicio de la pandemia. Al enfermar, es horrible la espera que define la gravedad de tu caso y más cuando se dificulta la atención médica que, se supone, todos deberíamos tener. Pero lo peor de todo son las mentiras políticas que se han ensañado en forma criminal y han enviciado la comunicación a una incredibilidad descomunal.
El objetivo fundamental de este Breviario es proveer información básica para que el lector tenga un mejor entendimiento acerca de las infecciones causadas por este patógeno. En estas líneas se pretende hacer una síntesis de los conocimientos básicos descritos en la literatura especializada, donde en ocasiones se ha procurado evitar la terminología científica, tratando de presentar la información en una forma simple y directa, sin lenguaje mañanero.
Características Generales. Los virus no se consideran seres vivos sino agregados moleculares de ácidos nucleicos (DNA o RNA) y proteínas. Son extremadamente pequeños y no es factible observarlos con un microscopio óptico sino con uno más poderoso como el electrónico. De tal manera que no es posible saber acerca de su presencia, sino cuando ha causado alguna infección. Sin embargo, se sabe que solo pueden vivir algunas horas (de ocho a 50) en determinados medios ambientes; el problema existencial que tienen es que deben encontrar rápido una célula; de lo contrario corren el riesgo de desnaturalizarse (no pueden morir porque nunca estuvieron vivos). Los virus no realizan reacciones metabólicas, su única función y objetivo es encontrar una célula para infectarla. Esto se convierte en una ventaja enorme para nosotros, ya que si somos capaces de evitar que el virus se pose o invada las células de nuestras mucosas (ojos, nariz y boca) estaremos en posibilidad de evitar la infección. Nuestra herramienta para realizar esta tarea es el cubrebocas porque actúa como una barrera física impidiendo el acceso del virus. Debemos usarlo y checar siempre que siempre se conserve en buen estado.
En numerosas ocasiones se han reportado individuos que poseen el virus pero que no manifiestan síntomas graves. Estos casos se les conoce como asintomáticos y son verdaderamente riesgosos porque ni ellos mismos saben que están infectados y pueden esparcir el virus en su medio ambiente. Al hablar liberamos sin desearlo pequeñas y finas gotas de líquido llamadas aerosoles. Estas partículas son un vehículo excelente para que los virus se diseminen porque se pueden proyectar a cualquier parte del medio ambiente y contaminarnos. Nuevamente contamos con una ventaja formidable que consiste en mantener una sana distancia de dos metros, lo cual reduce sustancialmente la posibilidad de contaminarnos.
Los virus son muy antiguos, existen claras evidencias de que han atacado todo tipo de células desde hace miles de años produciendo enfermedades como la viruela, la rabia, el virus del mosaico del tabaco, la poliomielitis, etc. El hombre ha sido siempre la víctima que ha tenido que esperar hasta que los virus completen sus ciclos. Desde tiempos inmemoriales, los antiguos han considerado a los virus como un enemigo formidable. Cuando el latín era la lengua más difundida, alguien intuyó el gran riesgo y decidió referirse a los virus como: un fluido venenoso. Obviamente el autor no tenía ninguna idea de la virología, pero vislumbró la terrible amenaza que esto significaba.1
Funciones. El virus se encuentra suspendido en el medio ambiente y una vez que ha invadido una célula, ésta es penetrada por el polímero de ácido nucleico que, automáticamente, toma el control de las reacciones celulares para imponer la síntesis de moléculas del virus. El virus utiliza la energía y la organización celular para reproducir su propia estirpe molecular y reproducirse en gran cantidad, causando una sintomatología que puede ser leve o tener un desenlace fatal. Los virus son verdaderos parásitos que atacan células de animales, plantas y humanos. En forma espectacular también atacan a algunas células bacterianas, en cuyo caso se llaman bacteriófagos.
Los virus tienen la gran ventaja de poseer un alto índice de mutación, es decir, suelen alterar sus genomas en forma natural o inmediatamente después de haber inyectado su material nuclear. Esto lo podemos observar fácilmente con el virus de la gripe que a menudo nos azota cada fin de año. Cada vez que aparece es una cepa diferente que nos trae una sintomatología distinta, lo cual hace necesaria la vacunación con el fin de minimizar los síntomas que la cepa viral en turno trae cada invierno. En el caso de la actual pandemia con el SARS CoV-2 se han caracterizado por lo menos ocho diferentes mutantes o variedades que obviamente tendrán diferentes sintomatologías y efectos. Esta es una gran incógnita porque se ignora cuándo va a disminuir o a terminar la capacidad de mutación y, por ende, acabar con esta desgracia.
La vacunación es la acción de aplicar un principio activo en nuestro cuerpo con el fin de producir anticuerpos que nos ayuden a minimizar la sintomatología, o sea, disminuir las molestas reacciones que presenta nuestro cuerpo cuando es invadido por alguna molécula extraña o tóxica. Las vacunas de ninguna manera son la cura de ninguna infección. Son paliativos para que nuestro cuerpo tenga una fácil recuperación y en ocasiones los anticuerpos son producidos permanentemente en nuestro cuerpo, lo cual significa una gran protección. En el caso del SARS ese es uno de los principales problemas: los anticuerpos producidos se desnaturalizan o se degradan, no suelen durar mucho tiempo. La consecuencia inmediata es que la protección no dura mucho tiempo, y si dura, no es muy confiable. Por eso existen muchas reinfecciones.2
Después de haber adquirido las vacunas es importantísimo que los pacientes vuelvan a sus precauciones habituales sin confiarse, sin descuidar su autoprotección. La otra gran precaución que deben tomar en cuenta es el lavado de las manos, la razón es muy simple, los virus están dispersos en el ambiente y nosotros no los podemos ver, de manera que estamos susceptibles a la contaminación involuntaria de nuestras manos. El lavarlas frecuentemente evitará la posibilidad de contaminar las células de nuestras mucosas.
Existen algunas preguntas que no han sido resueltas a satisfacción y que dada su importancia es prudente prestarles un poco de atención:
- ¿Cómo saber si soy un contagiado asintomático?
Acude a la clínica u hospital y pide que te hagan una prueba de anticuerpos o una PCR (prueba de la polimerasa, la cual sería preferible porque es muy específica), esto determinará si has estado en contacto con el virus. Ambas pruebas deberán ser negativas.
- Ya me vacuné, ¿significa que estoy a salvo?
De ninguna manera, primero debes cumplir con el tratamiento adecuado: una o dos dosis, siempre con la vacuna de la misma farmacéutica. Debes continuar con las mismas precauciones porque todavía eres susceptible al ataque de otra mutante, es decir, otro virus con diferente código genético. Esto podría agravar los síntomas y hacer peor la infección.
- He oído hablar de mutantes o variedades, ¿qué son?
Un mutante es aquel que ha sufrido un cambio en su código genético, por lo tanto se comportará diferente y esto podría empeorar la sintomatología y el pronóstico de tu infección. Por desgracia, los virus suelen mutar frecuentemente en forma natural y eso complica el curso de la infección.
- ¿Por qué algunos pacientes infectados duran más que otros?
Es una situación genética muy específica de cada paciente que determina la respuesta inmunológica contra el ataque del virus. También se puede deber a que el paciente padece de otra enfermedad crítica, su edad, su estado clínico, etc.
- ¿Cuál es la mejor vacuna?
Cualquiera de las aprobadas por Food and Drug Administration (FDA): Pfizer, Moderna y Johnson and Johnson. Todas las demás son una buena opción.
- Me dijeron que puedo mezclar las vacunas, que no me pasa nada.
Yo preferiría no mezclarlas, cada vacuna tiene sus especificaciones del fabricante y deben respetarse. Hasta donde puedas, trata de conseguir una segunda dosis de la misma vacuna.
- ¿Es cierto que perros y gatos también se contagian?
Varias veces se ha reportado que los felinos son susceptibles a la infección, así que guarda tu distancia y evita besarlos.
- ¿Puedo ir al cine/teatro si uso tapabocas?
La recomendación es que evites lugares cerrados que estén muy concurridos. La sugerencia podría ser: observar la sana distancia y determinar el aforo del salón. Es preferible asistir a sitios abiertos que no estén demasiado concurridos, en todo caso, el uso del cubrebocas es obligatorio.
- ¿Existe algún antibiótico o tratamiento efectivo contra el COVID-19?
A la fecha no hay ningún antibiótico o tratamiento efectivo contra las enfermedades virales por una razón muy simple: sería muy inespecífico porque los virus suelen mutar con o sin causa aparente y en cualquier momento. Hasta ahora los laboratorios farmacéuticos han explorado la posibilidad de causar impedimentos estéricos a nivel de los receptores que conectan el virus y las paredes de las células del paciente. Es decir, se trata de impedir que virus y célula se conecten para evitar la inyección del ácido nucleico, inhibiendo así la infección. Esto se ha ensayado en otros virus y parece que da buenos resultados; sin embargo, todavía falta afinar varios detalles. Otra posible solución sería ensayar algunas soluciones de agregados inmunológicos (ℽ globulinas) a los pacientes que resultaron infectados, esto les reforzaría la respuesta inmunológica y pudiera convertirse en un agente que alteraría las reacciones bioeléctricas.
He tratado de resolver las preguntas más frecuentes de la mejor manera posible, si existiera alguna otra que no haya comentado agradeceré que me lo comuniquen a mi correo electrónico.
Mis mejores deseos para todos.
REFERENCIAS.
- Leslie Collier, John Oxford, Human Virology Oxford University Press, Third Edition 2006.
- Dorothy H. Crawford. The Invisible Enemy. Oxford University Press. 2000, Great Britain.
Correo electrónico: [email protected]
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