La educación universitaria ha pasado de ser una necesidad de crecimiento personal en lo profesional, a ser un semillero de nuevas ideas, investigaciones avanzadas en diferentes campos del conocimiento y un factor potencial para la solución de muchos de los grandes problemas globales que enfrenta la humanidad.
Más que la parte académica, la investigación universitaria -cualquiera que sea la institución educativa- ha tenido un impacto fundamental en la vida de los individuos y de las diferentes sociedades cambiando al mundo de una u otra manera.
Las universidades y en general todo instituto de enseñanza superior en el mundo influyen en la sociedad en diferentes aspectos de la vida como el medioambiental, el político, el económico y el social. Si no hay investigación no hay avances y el mundo podría quedar paralizado, lo que significaría el no desarrollo; no progresarían las tecnologías o la ciencia médica y de alguna manera ello repercutiría en la economía de los países.
Si tienes dudas acerca de lo que ha significado la investigación universitaria en los avances de la humanidad, sólo piensa en algunos logros significativos: Hans Kosterlitz y John Hughes, de la Universidad Humboldt de Berlín, fueron los primeros en descubrir, en 1975, que las endorfinas (las responsables de sentir placer) se producen de forma natural en el cuerpo; Alec Jeffreys, de la Universidad de Leicester, descubrió en 1985 que la huella dactilar de cada persona es totalmente única; Freddie Williams y Tom Kilburn en la Universidad de Manchester, crearon en 1948 la primera computadora de programa almacenado del mundo que dio paso a los videojuegos, el Internet y la comunicación instantánea; y en 1995, James Lovelock propuso en la Universidad de Yale la teoría de que la Tierra es un organismo vivo que reacciona y se adapta constantemente a sus circunstancias (Hipótesis Gaia).
Más Allá de la Ciencia
Pero además de desarrollos científicos de gran valía, a las universidades de gran parte del mundo también les ha preocupado la formación para el emprendimiento no sólo por el impacto que la creación de empresas tiene en el desarrollo económico de las sociedades, sino por el hecho de que cada vez es menor la probabilidad de que un profesional encuentre una opción laboral real y competitiva.
Un análisis realizado por la OCDE en 2017 revisó cuál es la participación de los jóvenes latinoamericanos en las actividades productivas, examinando su inserción en el mercado laboral, las competencias adquiridas y sus actividades emprendedoras. El análisis reveló que uno de cada cuatro latinoamericanos tiene entre 15 y 29 años, y que dos de cada diez de ellos “trabajan” en el sector informal, y los demás ni trabajan ni estudian ni reciben algún tipo de formación. La situación empeoró con la pandemia pues antes de ello los jóvenes latinoamericanos tenían pocas perspectivas de empleo que, con la pandemia, se agudizaron debido a la desaceleración económica y al cierre de muchas empresas que no pudieron resistir el confinamiento. Adicionalmente, nadie motivó a estos jóvenes para desarrollar algún emprendimiento que les ayudará a sortear la crisis.
Sin embargo, conviene recordar que en agosto de 2015 el grupo de investigación en Emprendimiento Empresarial de la Universidad Nacional de Colombia realizó una investigación con estudiantes de pregrado, nivel que consideraron “Semillero de Investigación”, con el fin de conocer, a partir de la revisión teórica, el aporte que la educación superior hace al proceso de convertirse en emprendedor. Como resultado fundamental se evidenció que los procesos de formación en emprendimiento desarrollan actitudes, despiertan el interés y ofrecen conocimientos útiles para el desarrollo del potencial emprendedor de los jóvenes, por lo que el equipo consideró que era importante su desarrollo en las instituciones de educación superior. El estudio fue publicado en la Revista de Investigaciones de la Escuela de Administración y Mercadotecnia (EAM) del Quindío.
Te puede interesar:
La SCJN estiró de más la liga; en septiembre del 24 podría pagarlo caro
Otra de las derivaciones de dicho estudio fue que los estudiantes que tienen contacto con programas para la formación de competencias y el fortalecimiento del espíritu empresarial tienen mayores oportunidades de emprender, que quienes no han tenido contacto con este tipo de formación.
Dieter Holtz, Presidente de Laureate Education Inc. en México, ha expresado que “El papel de la educación superior para fortalecer el desarrollo de las competencias e impulsar el emprendimiento entre sus estudiantes es fundamental. Las universidades somos un eslabón indispensable para que las ideas que se generan en las aulas se puedan trasladar al ámbito comercial.”
Sugiere que para potenciar las mentes creativas es fundamental alentar competencias como la capacidad de asumir riesgos y gestionarlos, desarrollar actitudes propositivas y el trabajo en equipo, y aprender a enfrentar la incertidumbre, entre otras, y reconoce la importancia de ejercitar la mentalidad emprendedora a través de la práctica como pueden ser los concursos de innovación. “Un ejemplo de ello fue Pitch to Rich México 2016, que surgió gracias a la alianza entre Virgin Mobile y Laureate México para impulsar a los emprendedores universitarios, a través de una competencia de negocios basados en desarrollos con aplicación en dispositivos móviles y con un beneficio social.” En ese evento participaron más de 100 proyectos de 45 universidades de México y el ganador fue una empresa que desarrolló una plataforma enfocada en el empleo para las trabajadoras domésticas.
Por su parte José Ernesto Amorós, Director Nacional de Programas Doctorales / Colíder del Grupo de Investigación de Enfoque Estratégico (Giees) en Emprendimiento y Liderazgo de la Escuela de Graduados en Administración y Dirección de Empresas (EGADE) del Tecnológico de Monterrey, al presentar en 2019 el reporte Global Entrepreneurship Monitor (GEM, 2018-2019) comentó que una de las conclusiones del mismo es que “Entre los factores que presentan mayores áreas de oportunidad están los procesos de educación, específicamente introducir nociones de emprendimiento, en los niveles básicos (primaria y secundaria)”. Asimismo destacó que dos de los aspectos mejor evaluados fueron el desarrollo de una cultura pro-emprendimiento, donde la sociedad valora la creación de nuevas empresas, y la formación para el emprendimiento en educación superior. “Este último aspecto es muy motivante, al reconocer el rol tan relevante de las instituciones de educación superior en pro del emprendimiento”.
La Experiencia del MIT
El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) está lanzando un nuevo enfoque para la formación de empresas denominado “Proto Ventures” que supervisará la aparición de nuevas empresas a lo largo de un ciclo completo que va desde el descubrimiento de ideas y recursos dentro de la comunidad del MIT, hasta la exploración del espacio para la solución del problema, un proceso metódico de reducción de riesgos; y la ayuda para construir una “proto empresa” que demuestre su viabilidad y la solidez de la tecnología.
Este programa funcionará a base de varios “canales” dirigidos por un Venture Builder, es decir, un experto en la materia con doctorado en un campo científico o tecnológico y experiencia de liderazgo demostrada, cuyo papel tiene diferentes aspectos comparables al de un post doctorado del MIT, al de un fundador de una startup, o al de un asociado de una empresa de Capital Riesgo.
Los canales son áreas temáticas delimitadas, como la atención sanitaria y la inteligencia artificial, en las que trabajarán los equipos. El Venture Builder es una persona dentro de la comunidad del MIT cuyo único trabajo es descubrir ideas que puedan dar lugar a empresas tecnológicas transformadoras, para luego dirigir el proceso iterativo de experimentación y desarrollo de la empresa; se trata de alguien con profundos conocimientos tecnológicos, empleado del MIT a tiempo completo, que dispondrá de un presupuesto y el apoyo de un equipo de Venture Fellows (miembros actuales de la comunidad del MIT que buscan trabajar en proyectos) a los que reclutarán.
Adicionalmente, el Venture Builder contará con el apoyo de una junta de asesores y un marco de programa por fases (descubrimiento, identificación, exploración y experimentación) con una serie de resultados basados en hitos para ayudar a estructurar el progreso.
El Programa Proto Ventures encuentra personas, ideas y tecnologías innovadoras en el MIT y las reúne para crear empresas tecnológicas transformadoras que creen nuevos paradigmas tecnológicos en busca de resolver “los grandes retos del mundo”. Se espera que con este programa se generen nuevos mercados y empresas tecnológicas transformadoras con un profundo impacto en los grandes problemas del mundo. Para su operación, este programa seguirá las mismas reglas de desarrollo y licencia que el resto de la investigación en el MIT.
En sintonía con lo anterior, recientemente ha surgido un movimiento que conjunta a un numeroso grupo global de agentes de cambio que, unidos, buscan crear posibilidades de solución a diversos problemas mundiales. En él participan egresados (maestros y doctores) de distintas universidades, organismos que apoyan el emprendimiento y algunas fundaciones, para integrar una comunidad masiva de agentes de cambio, convirtiendo la propiedad intelectual en aplicaciones tecnológicas significativas.
Entre las numerosas instituciones que se han unido figuran: AUTM, EGADE Business School, Global Entrepreneurship Network, Hultz Prize, MIT, NACO, Pacific Alliance, Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, Red Global MX, Red OTT México, Stanford, UK Royal Academy of Engineering, Universidad Católica de Chile, Universidad Nacional Autónoma de México, University of Sheffield, University of West Indies, US National Innovation Network,US National Science Foundation, UT Austin, Virginia Tech, World Intellectual Property Organization, y X Prize.
Es un movimiento que ayuda a los innovadores a diseñar, validar y desarrollar modelos de negocio vinculando a la academia con los centros de investigación y las corporaciones, que se ha dada cuenta de la importancia del emprendimiento de base científica y tecnológica y de la importancia de acortar la llegada de los productos o servicios al mercado.
¿Y la Comercialización?
La investigación universitaria no sólo es para consumo en la casa de estudios, especialmente cuando su objetivo está relacionado con la solución a grandes problemas de la humanidad. Un producto o servicio emanado de una institución de educación superior también tiene un valor comercial que beneficia tanto al (los) autor(es) como a la propia institución.
El proceso de comercialización de la investigación se realiza a través de un proceso denominado Transferencia de Tecnología a través del cual empresas u organismos se encargan de transferir entre ellas los conocimientos, tecnologías y habilidades para un mejor desarrollo y producción de bienes y servicios, con el fin de generar inteligencia tecnológica a organizaciones que carecen de recursos para mejorar dentro y fuera de la empresa.
La transferencia de tecnología agrega valor al producto o servicio, que se ha perdido por falta de conocimientos y avances tecnológicos, y a la vez genera competencia entre organizaciones que cuentan con recursos financieros para invertir en investigaciones científicas y tecnológicas para no perder mercado.
Mientras que algunos científicos continúan publicando sus investigaciones en revistas afamadas para obtener más subvenciones y continuar con sus investigaciones, hay otros que ven en los resultados de su trabajo o posible nuevo producto o servicio para bien de la sociedad. Es entonces cuando recurren a la transferencia de tecnología.
Según una investigación realizada por David Hsu, de la Wharton School, y Matt Marx, de la Universidad de Cornell, alrededor del 74% de los descubrimientos académicos que se tradujeron en productos obtuvieron patentes y aparecieron en revistas académicas. Según William Shaw, director senior de Transferencia de Tecnología y Colaboración con la Industria de la Universidad de Tufts, “Aquí en Tufts, nuestra misión es reunir a las distintas partes interesadas necesarias para que una idea salga del laboratorio y llegue al mercado. Reunir al equipo adecuado es lo que, en última instancia, permitirá alcanzar el mercado con mayor probabilidad de éxito“.
Para los investigadores que siguen el camino empresarial, existen programas en algunos países que ofrecen financiamiento en la fase inicial para llevar al mercado la investigación de la universidad. Por ejemplo, en Estados Unidos el gobierno ha implementado el Small Business Innovation Research (SBIR) y el Small Business Technology Transfer (STTR).
Existen también los aceleradores de emprendimientos en los que el científico puede aprender todo respecto al emprendimiento; el único tema es que el resultado de la ciencia universitaria debe funcionar y, probarlo, puede tomar tiempo. La medida de la validación de la idea científica es la publicación en revistas y patentes y la validación empresarial se medirá por la capacidad del científico para conseguir inversionistas privados o asociaciones corporativas y no por la respuesta de los clientes o las ventas, porque la investigación puede no llegar al mercado durante muchos años.
Esta comercialización del conocimiento, su rápida expansión y creciente dependencia de la informatización, el análisis de los grandes datos y la automatización, están cambiando la economía del mundo desarrollado hacia una que depende más del capital intelectual y de las habilidades, y menos del proceso de producción. Es lo que ahora conocemos como la Economía del Conocimiento.
La economía del conocimiento apoya y se nutre de la innovación, la investigación y los rápidos avances tecnológicos. La abrumadora mayoría de los trabajadores de la economía del conocimiento son extremadamente informáticos y, gracias a las instituciones de enseñanza superior, están capacitados para crear modelos empresariales y financieros. Por ello es que existe un vaivén entre los centros de investigación, las universidades y los grupos de reflexión, y las empresas que utilizan sus descubrimientos. A su vez, el énfasis en el conocimiento y la innovación en el mundo empresarial estimula un mayor y más rápido crecimiento de la información y el análisis y manipulación de datos en el mundo académico.
En Suma, Cuatro Puntos
- La creación de mejores condiciones para emprender, es decir, tener ecosistemas bien articulados en torno de universidades, es una fórmula que ha resultado muy exitosa en varios de los lugares más emblemáticos del emprendimiento a nivel mundial. Son los emprendedores y sus empresas los generadores de mayor competitividad e innovación, dos aspectos indispensables para el crecimiento económico y social de cualquier país.
- En la economía del siglo XXI es necesario también impulsar la capacidad para adquirir nuevos conocimientos y seguir aprendiendo a lo largo de la vida. Fomentar la curiosidad intelectual es vital para adaptarse a la velocidad de las innovaciones y ampliar las posibilidades de éxito de los emprendedores.
- De igual forma, fortalecer la vinculación de las instituciones de educación superior con el sector productivo es una condición necesaria para el desarrollo exitoso del ecosistema emprendedor. Para ello, los programas de formación que combinan el aprendizaje en el aula con experiencias laborales, son cruciales.
- Las incubadoras de negocio en las universidades también han probado ser muy útiles, pues a través de ellas se ofrece apoyo académico para la elaboración de un plan de negocios, el acercamiento a fuentes de financiamiento, asesoría para el arranque de operaciones de la empresa y seguimiento en sus primeros años.
Las universidades actuales tienen el reto no sólo de fomentar el emprendimiento, sino de ser más emprendedoras ellas mismas, mediante una participación más activa en la solución de los problemas sociales. No deben ser un mero espectador del cambio, sino
convertirse en el actor principal de dicho cambio, contribuyendo mediante la generación de ideas innovadoras que impulsen el desarrollo económico y social de sus comunidades. El emprendimiento es importante como elemento generador de riqueza y de empleo.
Un estudio de la Universidad de Cornell, resalta que existen dos modelos de educación en emprendimiento: Imán y Radiante. La diferencia radica en el lugar dónde se enseña sobre emprendimiento. El primero implica que todos los programas se imparten en una escuela o facultad. Un ejemplo de este modelo es Babson College (Massachusetts), aunque esto no implica que no puedan asistir estudiantes de otras facultades. En el segundo modelo, los cursos se imparten en varias escuelas. Por ejemplo, en la Universidad de Cornell los cursos se imparten en las nueve escuelas.
La conclusión es que el conocimiento proporciona la base para la experiencia técnica necesaria, las habilidades de recopilación y análisis de datos y las prácticas de gestión innovadoras que permiten a las empresas y negocios competir en la economía moderna y global. Los conocimientos y habilidades especializados pueden servir como activos productivos para que una empresa los emplee, o como productos para que una empresa los comercialice y venda.
¿Te has preguntado por qué algunas universidades son más fuertes en promover el emprendimiento?
Si estimas que el sistema de aprendizaje profesor-alumno ya no funciona para motivar el emprendimiento, ¿qué propondrías a tu alma mater?
¿Crees que el sistema de educación superior en tu zona de influencia debería ser más agresivo para fomentar la innovación y el emprendimiento?
¿Qué dirías que ha hecho exitoso al MIT en el tema de nuevas tecnologías y emprendimiento?
Para saber más sobre este tema, ingresa a https://hackx.space
Te puede interesar:
Solo el Poder Judicial puede limitar el poder de un muy popular AMLO
Guanajuato se consolida como el quinto estado exportador de México
El pasado 15 de noviembre de 2024, se informó sobre las exportaciones del tercer trimestre del Estado de Guanajuato....
noviembre 20, 2024El mercado de bienes para producir energías limpias en tiempos de la COP19
Sería muy positivo que la política energética de México en este sexenio se inserte de manera efectiva en las...
noviembre 19, 2024Foro Mar de Cortés
El valor de estos foros regionales radica en su capacidad para convertir las discusiones en acciones concretas.
noviembre 18, 2024¿Listo para comprar? Todo lo que necesitas saber sobre El Buen Fin 2024
El Buen Fin es un esquema de descuentos generalizados para el consumidor final de bienes y servicios que se...
noviembre 13, 2024