Ante las grandes transformaciones a las que las empresas han tenido que enfrentarse debido a la pandemia por el covid-19, cada vez más, están optando por el uso de nuevas metodologías para la gestión del talento. Esto ha traído como consecuencia la necesidad de analizar diferentes modelos para el desarrollo de equipos de trabajo. Uno de ellos es el modelo 70-20-10, que influye en el aprendizaje y crecimiento de los colaboradores de una empresa; comúnmente, se emplea para mejorar las capacidades de los mismos en diferentes ámbitos y reforzar su liderazgo.
Dicho modelo es un gran generador de resultados y se refiere a que los individuos adquieren el 70% de su conocimiento de las experiencias relacionadas con su labor cotidiana (learning by doing), el 20% de sus interacciones con los demás y el 10% de la instrucción formal tradicional (talleres, seminarios, cursos, diplomados, maestrías, doctorados, certificaciones), que suele ser la base de cualquier estrategia.
Una vez que se tiene claridad sobre el panorama actual de la empresa, hay que definir cómo va a ayudar el método 70-20-10 para poder alcanzar los objetivos de aprendizaje esperados.
El 70% permite que las personas descubran y perfeccionen sus habilidades en su desempeño profesional y que, gracias a ello, sean capaces de tomar decisiones de una manera efectiva, así como de enfrentar diferentes desafíos. Los proyectos que se implementen deben aportar un valor real a la organización.
El 20% se refiere a que los colaboradores aprenden por medio de la interacción, es decir, de aquellos que tienen mayor experiencia y a través de una variedad de actividades que incluyen coaching, mentoring, aprendizaje colaborativo, comunicación social, trabajo en equipo, entre otros. La estimulación y retroalimentación son los principales beneficios que otorga este enfoque.
Según esta teoría, el aprendizaje más efectivo se produce cuando el individuo dedica el 10% de su tiempo a programas académicos presenciales o en línea. Este tipo de aprendizaje refuerza lo estudiado a través de la experiencia en el trabajo y la comunicación interpersonal.
Las empresas deben crear una cultura de aprendizaje continuo entre sus colaboradores. Es una inversión necesaria que eleva su productividad, así como la rentabilidad de las mismas.
El modelo 70-20-10 es ágil y flexible; fomenta la colaboración y la transmisión de información relevante, incluso más allá de las áreas a las que pertenezcan los empleados de una organización; además, facilita su adaptación al cambio y que aprendan a la velocidad a la que se mueve su entorno, pero también debe tener en cuenta que cada persona aprende de diferente forma y en un tiempo determinado.
Este modelo se centra en la manera en la que las empresas pueden aprovechar el aprendizaje de sus colaboradores en su lugar de trabajo y debe ocupar un papel fundamental dentro del sistema de capacitación corporativo.
La formación desde un punto de vista más integral y estructurado es crucial para que las organizaciones crezcan, sean proactivas, competitivas y que sean exitosas en un entorno tan dinámico como el actual.

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