Para Martina, mi güera costeñita.
Sería erróneo creer que los grandes estudios estadounidenses vienen a México a filmar sus películas por una cuestión de dinero. Eso no es necesariamente cierto, pues los escenarios mexicanos, con sus maravillas naturales, su mágico folclor y sus espectaculares paisajes, son idóneos para contar estas historias. Cuando Tony Scott pasó cinco meses en la CDMX rodando Hombre en llamas, confesó sentirse enamorado de nuestro país. Según él, “La ciudad de México no solo es un lugar más, sino es un tercer acto que entra en juego en cada una de las escenas, con su Centro Histórico con edificios del siglo XV y su gente tan singular”.
A nivel de cine cuántas locaciones no han habido en Acapulco, por ejemplo. Es un hecho que el viejo Acapulco sedujo enormemente a Hollywood. Elegancia, opulencia, diversión, placidez: cada uno de estos adjetivos describen perfectamente al puerto guerrerense de los años cincuenta. Es sabido que sus playas hospedaron a las figuras cinematográficas de moda. En su apogeo, el famoso Hollywood Gang tomó el Hotel Los Flamingos como sede; y bueno, esta célebre banda, esta popular pandilla, incluía entre sus miembros ni más ni menos que a Johnny Weism Muller (el primer Tarzán), John Wayne, Frank Sinatra, Errol Flynn y Tyrone Powell.
Para entender mejor el importante lugar que Acapulco tiene en el séptimo arte es una obligación mencionar los nombres de Orson Welles y Rita Hayworth, dos monstruos de la cinematografía mundial. En 1949 Welles (Ciudadano Kane) se puso tropical con un exótico thriller llamado La dama de Shanghai. Un guión conciso, lleno de giros, basado en un relato policial de Sherwood King, cuya principal misión era analizar los comportamientos humanos. Las circunstancias de la realización del filme fueron casi tan extrañas como su trama. Orson Welles y Rita Hayworth llegaron a rodar a Acapulco en 1946 en pleno trámite de divorcio, a punto de la separación.
Como todas las películas de este laureado director, La dama de Shanghai es fascinante, colmada de momentos inolvidables, pero enormemente confusa. Dice la leyenda que cuando Harry Cohn, el productor de la Columbia Pictures, vio por primera vez la cinta, ofreció mil dólares a la persona en la sala que le pudiera explicar la trama donde el marinero Michael O´Hara, papel que interpreta Welles, es contratado para conducir un lujoso yate en un viaje de placer por el mar del Pacífico organizado por un prestigioso abogado y su bella mujer, la femmefatale Hayworth.
Fue una producción enorme, con presupuesto altísimo, rodada gran parte en Acapulco, mostrando sus escenarios de lujo y sus fastuosas viviendas. “La dama de Shanghai” es una magnífica película, toda una aventura cinematográfica que manifiesta el genio que Orson Welles tuvo como director; tanto que el famoso Truman Capote (autor de A sangre fría), a mediados de la década de los cincuenta, mencionó lo mucho que la amaba, y declaró que la había visto decenas de veces y que podía recitar de memoria sus deliciosos diálogos.

CARTAS A TORA 281
Cocatú es un extraterrestre que llega a la Tierra para estudiar el comportamiento humano. Adopta la forma de un...
marzo 28, 2025
Vivir con pasión
El tercer milenio se ha caracterizado por la levedad. Se requieren almas dispuestas a plantarse en firme y escribir...
marzo 25, 2025
Ray Manzarek y el arte de revivir Carmina Burana
Cada nueva interpretación, cada nuevo toque que los artistas le dan a una pieza, aportan una nueva capa, una...
marzo 24, 2025
CARTAS A TORA 380
Cocatú es un extraterrestre que llega a la Tierra para estudiar la raza humana. Adopta la forma de un...
marzo 21, 2025