Cuando entramos en duelo por una pérdida o nos sentimos tristes debido a alguna circunstancia adversa creemos que la vida no tiene sentido, al menos la nuestra. Sin embargo, como dice Viktor Frankl, a pesar de todo, la vida siempre merece ser vivida.
Este neurólogo, psiquiatra y filósofo austriaco, fundador de la logoterapia y el análisis existencial sobrevivió al cautiverio de cuatro campos de concentración, y si un ser humano que experimentó tantas atrocidades afirmó que la vida siempre vale la pena, es por algo, ¿no te parece?
Por eso, hoy quiero compartir tres razones para experimentar la vida al máximo.
- Piensa en que eres único y estás en este mundo no por casualidad sino por un motivo muy específico. Siéntate un momento y piensa en tu misión de vida, qué te gusta y qué ha sido una constante a lo largo de tu vida. Todos tenemos habilidades que podemos desarrollar para apoyar a otros. ¿Cuál es la tuya? Eso es algo que está dentro de cada ser humano, sólo que a veces nos sentimos tan abrumados y nos enfocamos en cuestiones superficiales, que no ponemos atención a nuestro llamado.
- Sólo tienes una vida y una oportunidad (al menos en esta dimensión); si no disfrutas hoy, ¿entonces cuándo? Te animo a dejar de perder el tiempo en acciones o situaciones que no te benefician, tú sabes bien cuáles son. Dale tu atención únicamente a aquello que contribuye a tu crecimiento. Concéntrate en planear y en cómo materializar tus sueños. Te aseguro que, si tienes tu mente fija en eso, no quedará espacio para la tristeza.
- Mira a tu alrededor, ¿ya viste toda la gente que te quiere y se ocupa de ti? Tu familia, amigos y compañeros son una bendición, sonríe para contagiarlos, actúa con energía y alegría para inspirarlos. ¿No tienes a nadie? Entonces ve a un espejo y mírate, eres único y especial. Ámate y haz todo por ti.
Gracias por leerme, si te gustó este texto comparte con tus seres queridos. Hasta la próxima.
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