Me preguntó un amigo: ¿cómo puedes ir el día a día con ese exceso de trabajo y responsabilidades diversas?
A lo que yo respondí: en realidad no tengo tiempo de trabajar. Estoy muy ocupado haciendo cosas que me gustan y me llenan de orgullo.
Eso no puede ser. Todo mundo necesita trabajar para poder salir adelante. Me contestó.
Te lo explicaré de la siguiente manera: Inicia el día, subo al auto y manejo sobre la carretera rumbo a la ciudad. El sol empieza a mostrar sus primeros rayos del día. ¿Trabajaré hoy? No, simplemente resolveré los problemas y necesidades de mis clientes en cuestión de imagen corporativa y publicidad.
Al llegar a la oficina, empieza el juego de colores, líneas e ideas de marketing las cuales se solidifican sobre el papel, el vinil y se asientan sobre bases de lámina, aluminio y PVC. Con el fin de mostrar una marca o alguna señal de prevención.
Al caer la tarde visito la galería donde promuevo el arte y el gusto por la cultura de mi país, un rincón especial donde la magia y la tradición mexicana se encuentran concentradas en un pintoresco lugar del pueblo de San Pedro El Saucito. Aquí el visitante entra en un mundo mágico e histórico donde disfruta de la herencia de nuestros ancestros.
Pero qué hay de los ratos de personales… la maravilla de la actuación cámaras de cine y tv, escenarios en vivo donde el teatro me permite ver las emociones de quien disfruta de la actuación. Todo esto es la dopamina para llenarme de energía, la creatividad toma su espacio para lograr mover las emociones de quien me ve y me acompaña. La radio me da voz para llegar lejos con el mensaje del arte mexicano y la cultura que nos define como mexicanos.
Ni qué decir de la palabra escrita. Aquí la imaginación no tiene límite, pues puedo mostrar mis experiencias y miedos; dar vida a mundos que no existen, amores que son imposibles y revivir historias que ya pertenecen al pasado.
¿Pero en qué momento disfrutas de tus seres queridos y de tu familia? Replicó.
Mi familia pertenece a este mundo donde no tengo tiempo para el trabajo, pues mi coestelar es mi querida esposa, mis hijos el mejor auditorio y mis amigos los críticos más estrictos.
Ahora te darás cuenta de que con un día saturado de gustos, emociones y sorpresas no tengo oportunidad de trabajar. Mi tiempo está dedicado a la construcción personal, al cuidado y convivencia de mi familia, además de disfrutar de la compañía de mis amigos.
Hace años que rompí con las rutinas, decidí optar por un mundo donde no existen los círculos viciosos. Ya no cuento las horas. Solo disfruto el momento de hacer lo que me gusta.
“ESTA ES LA NATURALEZA DE MI SER”.
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