Todos somos movidos por el deseo de una u otra forma, desde nuestro inicio, cada uno de nosotros nacimos por el deseo sexual de nuestros padres o el deseo de tener un hijo y formar una familia. A partir de ahí somos presas fáciles de los deseos: de un chocolate, una buena comida, un buen vino, una buena compañía, una buena pareja, un buen empleo, un buen carro, una buena casa, unas buenas vacaciones, el deseo de amar y ser amado…y la lista es interminable, el mundo se mueve por el deseo.
Todos deberíamos tener esos deseos saludables, aquellos que nos hacen soñar, que nos hacen seguir adelante levantándonos cada día con objetivos claros, con la esperanza de días mejores, aquellos deseos que nos hacen continuar con todas las ganas y garra para alcanzarlos.
Sin embargo, el deseo se puede convertir en una verdadera prisión que condicione nuestra vida si no sabemos diferenciar el deseo saludable del que nos hace sufrir. Cuando perdemos ese parámetro estamos expuestos a convertirnos en esclavos de nuestros propios deseos.
La tiranía del apego
“Cuando el deseo nos atrapa, condiciona y dirige nuestra vida, puede convertirse en un auténtico tirano que nos gobierne y usurpe nuestra libertad, o en una verdaderaadicción, de forma que no importe cuánto hagamos por colmar ese deseo, y sin embargo la satisfacción sea imposible”.
El problema radica en la insatisfacción, pues cuando alcanzamos alguno de nuestros deseos u objetivos, queremos más, pues no nos satisface lo suficiente o nos cansa rápidamente… Si conseguimos un mejor empleo, después de algún tiempo vamos a querer otro con mejores beneficios y mejor puesto; si compramos el carro que tanto queríamos, después de un tiempo queremos otro porque ya salieron otros mejores; si tenemos una pareja, nos gustaría que fuera con ciertas características como la pareja de mi amigo/a, y así vamos por la vida deseando y sufriendo por lo que no tenemos sin dar valor a lo que ya tenemos.
Cuando esos deseos nos atrapan y empiezan a dirigir nuestra vida, se convierten en apego, cuando nos aferramos a algo o a alguien y queremos tenerlo cueste lo que cueste, ese precio muchas veces es demasiado alto, nos cuesta la salud, la paz mental y muchas veces hasta la vida. Este apego puede surgir en cualquier ámbito de nuestra vida: profesional, familiar, personal, amoroso, etc.
“Tenemos un fuerte apego por satisfacer nuestros deseos, y en nombre de esto, trabajamos incansablemente a lo largo de nuestra vida, pasando por muchas dificultades y problemas. Cuando nuestros deseos no son satisfechos, nos quedamos infelices y deprimidos, lo que frecuentemente nos lleva a sentir enojo y crear más problemas, tanto para nosotros como para los otros.
Cuando perdemos a nuestros amigos, trabajo, estatus, reputación, etc., sentimos dolor y muchas dificultades debido al fuerte apego por todas esas cosas. Si no fuera por el apego, no habría ningún motivo para sufrir o tener problemas al perderlas”.
(Geshe Kelsang Gyatso)
Nuestra mente está programada a demostrarnos constantemente que no podemos ser felices “sin todo esto”.
¿Qué es el apego?
“El apego no es otra cosa que la vinculación compulsiva a una cosa o persona determinada, o a una situación, originada por la creencia de que sin “eso” no puedes ser feliz”.
Todas esas cosas, personas o situaciones a las que nos apegamos y creemos que sin ellas no podremos ser felices, son motivo de nuestro sufrimiento y falsas creencias de que nuestra felicidad depende de circunstancias externas.
Y así el deseo nos mantiene atrapados en el círculo vicioso de la ansiedad por conseguir y el temor a perder: ambos son el verdadero impedimento para ser felices.
Algo totalmente cierto es que: A MAYOR APEGO, MAYOR SUFRIMIENTO.
¿Cómo podemos desapegarnos?
Aquí entra la práctica del Mindfulness:
- Aceptar todas nuestras sensaciones, emociones y deseos sin juzgar.
- Al surgir nuestros deseos, debemos observarlos sin apresurarnos a satisfacerlos.
- La urgencia empieza a desvanecerse.
- Surge una sensación de alivio y paz corporal y mental.
- Descubrimos que nuestro estado natural es estar completos y satisfechos más allá del deseo.
No olvidemos que todo pasa, todo cambia, es la ley de la impermanencia.
Referencias:
“Como Solucionar Nossos Problemas Humanos” As Quatro nobres Verdades, Geshe Kelsang Gyatso, Ed. Tharpa, Brasil, 2018.
Material Curso Mindfulness Transpersonal, Escuela Española de Desarrollo Transpersonal, Madrid, España, 2018.
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