Hoy, 27 de abril, es el Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido, un concepto con el que, parece, nos hemos familiarizado, sobre todo quienes vivimos en una ciudad grande. Al salir a la calle somos perturbados por ruidos desagradables generados por el transporte público y el comercio ambulante, por mencionar algunos ejemplos.
Las actividades cotidianas también pueden dañar nuestros oídos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el uso excesivo de audífonos podría comprometer la salud auditiva de personas en un rango de entre 12 y 35 años. Lo preocupante es que este daño podría darse de manera inmediata, con una sola exposición. Entre los síntomas más frecuentes destacan: pequeñas molestias, dolor, picazón y dificultad para escuchar.
Ahora que el home office y la educación a distancia son parte de nuestra cotidianidad, debemos prestar atención a lo anterior y moderar el uso de audífonos. Igualmente es importante que quienes gustan de escuchar música mediante estos gadgets ꟷprincipalmente los jóvenesꟷ moderen el volumen y consideren que el oído humano puede soportar entre 60 y 80 decibeles; los audífonos tampoco deben usarse por más de cuatro horas seguidas.
Los expertos señalan que, a medida que el volumen aumenta en cinco decibeles, basta dos horas y media para que se dañe el oído, de ahí la importancia de ser moderados.
Beneficios de permanecer en silencio
Contrario a lo que sucede cuando estamos “atrapados” en el ruido exterior, al permanecer en silencio le pasan cosas buenas a nuestro cuerpo y mente. Los siguientes son algunos beneficios:
- Conectar con el interior y generar un momento de bienestar
- Escuchar la respiración, lo que al mismo tiempo permite aliviar síntomas de ansiedad
- Hacer un alto para saber si lo que se está haciendo conduce hacia las metas establecidas
- Hallar las respuestas que a menudo se buscan afuera
- Tener un momento personal
- Revisar el diálogo interno
- Permanecer en el presente
De acuerdo con el psicólogo ambiental Craig Zimring, la contaminación acústica eleva la presión ambiental y la frecuencia cardiaca, de ahí otro beneficio de regocijarnos en el silencio.
Desconecta para conectar
Hay dos momentos ideales para permanecer en silencio: por la mañana y por la noche. Mi propuesta es dedicar al menos diez minutos a esta práctica e incluir el agradecimiento. Lamentablemente, hoy la conexión que hacemos es con la tecnología y no con nuestro interior, pero si te animas y pospones los “pendientes” o las “urgencias” notarás un gran cambio al iniciar tu día conectando con tu corazón y no con tu teléfono móvil.
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[email protected] / LinkedIn: Nancy Fuentes Juárez / Twitter: @nanfuentes2021
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