En la vida hay días que percibimos como buenos y malos. En realidad, es sólo eso, una percepción personal. Recientemente tuve un día “malo” y cuando pienso en los motivos, ninguna de las acciones por las que me DEJÉ afectar eran mías.
Y es que algunas veces somos como antenitas que van absorbiendo toda la energía del entorno y dejamos que las emociones otros nos afecten. Es útil hacer un alto para pensar por qué nos estamos sintiendo mal. Podemos establecer límites para evitar que las emociones, reacciones o acciones de terceros afecten nuestro ánimo. La verdad no es muy sencillo, pero si somos conscientes de esto, paulatinamente iremos aprendiendo.
Es importante saber que cada quién es dueño de sus emociones, no es válido culpar al otro de nuestro sentir. Las emociones no se controlan, se miran, se es consciente de éstas y de que pasarán pues son momentáneas. Lo que sí podemos medir y controlar son nuestras reacciones y acciones si están dañando a otros.
Aún así, si los demás no son capaces de verlo, lo más sano es colocar distancia y separarnos durante el momento de caos. No dejarnos envolver por el mal humor de los demás y respetar su momento de MalEstar.
Cuando estés teniendo un día que percibes como “malo” recuerda:
- Piensa en el motivo
- Si algo salió mal o tienes una sensación desagradable recuerda que pasará en unas horas
- Si te sientes mal porque otra persona está en conflicto aléjate un tiempo, pon distancia, no te dejes afectar por problemas que no son tuyos
- Aprende a poner límites
- No te sientas culpable ni trates de resolver asuntos si no está en tu mano
- Cada ser humano es responsable de sus emociones, reacciones, acciones, no es válido culpar
¡Hasta la próxima!
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