El estrés es el mal de nuestra época y no solo afecta a un sector de la población como se pensaba antiguamente, que era “privilegio” de unos cuantos: hombres de negocios, empresarios, mujeres con problemas pre menstruales o personas con problemas mentales. Actualmente las investigaciones científicas han mostrado que el estrés ha afectado a gran parte de la población mundial, incluyendo niños, adolescentes y adultos de todos los estratos sociales y económicos.
La OMS estima que el estrés afecta casi al 90% de la población mundial. Un alto porcentaje de trabajadores padece algún tipo de estrés laboral.
El ritmo frenético en el que vivimos, trabajando, haciendo mil cosas a la vez para “aprovechar” el día al máximo sin derecho a pausas o un tiempo libre porque sentimos que al hacerlo estamos perdiendo tiempo, pues tiempo es dinero, y no recordamos que el tiempo es lo más valioso que tenemos y que se nos escapa de las manos en un abrir y cerrar de ojos.
Esta forma de vida nos ha llevado a descuidar nuestro cuerpo, salud, familia, amigos, diversión y muchas otras cosas y en compensación son frecuentes los dolores de cabeza, musculares, de espalda, exceso de peso, insomnio, diabetes, problemas cardiacos y un sinfín de otros problemas.
Al final ¿qué es el estrés?
“En realidad el estrés es una reacción innata del organismo cuando tiene que hacer frente a una situación que pone en jaque el equilibrio entre la demanda percibida y los recursos disponibles”. Es un constructo psicológico que significa cansancio físico y mental, el cual produce una reacción en el organismo, funciona como un mecanismo de defensa y responde ante la situación amenazante.
¿Sabías que existe Estrés Positivo y Estrés Negativo?
Estrés Positivo
El eustrés, también conocido como “estrés positivo”, es el que provoca que mantengamos nuestra mente abierta y activa. Está relacionado con la tensión interior necesaria para conseguir objetivos, para permanecer activos y creativos, para cambiar.
Estrés Negativo
El distrés o estrés negativo, cuando se vuelve crónico, se genera un desequilibrio y malestar a nivel físico, mental y emocional, con altísimos costes para el bienestar general y la calidad de vida de la persona, que llega a afectar a su rendimiento y sus relaciones.
Hay 3 fases que desencadenan la respuesta del estrés:
Fase de alarma- Ante la percepción de un peligro potencial se produce una reacción de alarma durante la cual el cuerpo responde incluso sin que seamos conscientes de ello.
Fase de resistencia o adaptación- En ella el organismo intenta superar, adaptarse o afrontar lo que percibe como una amenaza.
Fase de agotamiento- Ocurre cuando la agresión se repite con frecuencia o es de larga duración, y cuando los recursos de la persona para conseguir un nivel de adaptación no son suficientes.
¿Cómo librarnos del estrés?
La práctica de Mindfulness (Atención Plena en el momento presente) nos ayuda a reconocer los agentes estresantes reales, y una vez sabiendo cuáles son, podemos entrenarnos para poder responder conscientemente en vez de reaccionar en forma automática:
- De esta forma podremos detectar los signos de tensión de nuestro cuerpo antes de conocer la razón o el origen de ellos.
- Al practicar el Mindfulness sentimos que vivimos más plenamente, apreciamos el momento presente y facilitamos la aparición de estados de ánimo positivos incompatibles con el estrés.
- Entrenarnos en la respiración consciente puede llegar a ser una de las destrezas más importantes para mantener la salud y aprender a reducir el estrés en cualquier circunstancia
Consejos Mindfulness contra el estrés:
- No saltes automáticamente de la cama apenas suene el despertador. Tómate unos minutos para hacer un breve chequeo consciente de tu cuerpo.
- Advierte mientras te bañas o arreglas si tu mente está pensando, organizando o preparándose para el día que le aguarda. Si es así tráela de nuevo al momento presente.
- Camina de forma pausada cuando salgas. Conecta con tu cuerpo, advierte la presencia de cualquier tensión y trata de relajarla.
- Descubre el valor de la pausa en tus actividades diarias y laborales. Haz una sola cosa a la vez, para poder estar presente realmente en ella.
- No te apresures por llegar a casa cuanto antes. No te dejes engañar por la sensación de que disfrutarás cuando llegues: ahora es el momento de disfrutar. Solo existe “ahora”.
- Antes de irte a la cama, revisa cómo está tu cuerpo fijándote en las tensiones que adviertas.
Nada de esto es una fórmula milagrosa, el Mindfulness es un entrenamiento constante de la mente, y como todo, requiere práctica constante, dedicación y tiempo para poder ver los resultados y aprender a vivir plenamente en el aquí y ahora; soltando el pasado, aceptando el presente como es, sin juicios y acogiendo nuestro futuro de acuerdo con lo que cosechamos hoy.
¡Te invito a practicarlo para librarte del estrés!
Referencias:
Material del curso Mindfulness Transpersonal, Escuela Española de Desarrollo Transpersonal, Madrid, España, 2018.
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