Como ya se ha planteado en anteriores ocasiones, la salud mental de los jóvenes se ha convertido en una preocupación, pues la pandemia incrementó de manera importante los casos de depresión.
Hace unos días, un equipo de científicos liderado por el especialista en trastornos alimentarios de niños y adolescentes, José Francisco López-Gil, publicó un estudio en donde se evalúan estos trastornos. Su evaluación incluyó datos de 16 países (España, Estados Unidos, Alemania, Finlandia, Reino Unido, India, entre otros) y concluye que el 22% de los niños y adolescentes (entre 6 y 18 años) sufren problemas alimentarios.
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), la anorexia o la bulimia se asocian a la delgadez, pero nosotros hemos visto que, a mayor índice de masa corporal, mayor prevalencia de desórdenes alimentarios”, afirma Lopez-Gil. “Y tiene sentido, porque una persona con mayor exceso de peso corporal posiblemente tenga una peor imagen corporal, problemas de autoestima, e incluso, problemas de bullying en su centro educativo”, añade.
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El estudio confirma que los problemas asociados a la alimentación los sufren más las chicas. Están los estereotipos que se generan a través de la imagen ideal representada en las redes sociales. También puede deberse a la mayor presión social sobre ellas por la estética. De la muestra, 30% de las mujeres reportaron tener algún padecimiento, comparado con sólo un 17% de los hombres.
Una recomendación del estudio es que se deben realizar campañas que fomenten una imagen corporal positiva y hábitos alimenticios correctos. Realizar una comida abundante y después saltarse varias comidas para compensar, por ejemplo, son comportamientos que levantan las alertas. Estas cuestiones las deberíamos trabajar desde muy temprano, porque estamos viendo que en este grupo de edad las prevalencias son altísimas.
El inicio de estas conductas se suele situar entre los 12 y los 14 años. Otros factores son la excesiva preocupación por la imagen corporal, sentir que se tiene exceso de peso cuando los demás lo ven como una persona delgada, el uso del vómito autoinducido o una pérdida grande de peso corporal en muy corto de tiempo. Otro síntoma es cuando se come sin poder parar (atracón).
No significa que si tenemos a un niño o una niña con alguno de estos síntomas de forma aislada tengamos que acudir inmediatamente a profesionales de la salud mental, pero, si se mantienen durante un tiempo prolongado, puede ser una señal de que necesitemos acudir a dichos profesionales.
Como el problema es multifactorial, el tratamiento debe ser integral. Este es uno de los errores que en muchas ocasiones se cometen. Aquí han de tener cabida psiquiatras o psicólogos, que suelen ser los profesionales a los que se cree que únicamente se debe acudir, pero también son importantes los nutriólogos en la parte de la prevención. Una vez que ha aparecido el problema, además, también podrían ser clave los profesionales de las ciencias de la actividad física y del deporte, porque hay conductas como el ejercicio compulsivo que podrían ser síntoma de un trastorno de la conducta alimentaria.
Con el uso de redes sociales como Instagram o TikTok hemos visto aumentar las conductas relacionadas con la ortorexia, que es una obsesión compulsiva por la comida saludable, y que también hay que tener en cuenta. De momento no es un trastorno de la conducta alimentaria definido como tal, pero estos comportamientos están en auge. En parte esto se debe a la posibilidad de utilizar filtros que generan una imagen irreal de la persona, por seguir a gente que muestran en redes una conducta o un estilo de vida que después tampoco se asemeja a la realidad o que son figuras idealizadas. Todos estos factores pueden incrementar estos comportamientos cada vez más prevalentes. En la prevención, habría que concienciar de que, en numerosas ocasiones, las redes sociales no son un reflejo de la realidad.
En cuanto a México, cada año hay alrededor de 20 mil casos de anorexia y bulimia y las personas más afectadas están entre las edades de 15 y 19 años.
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Las mujeres en México suelen ser mucho más propensas a sufrir un desorden alimenticio, ya que por cada hombre que lo padece 10 mujeres sufren de alguna condición alimentaria.
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*Esta nota se basa principalmente en el artículo de El Financiero “Día internacional de los trastornos alimenticios: ¿cuántos casos al año se registran en México?” disponible en https://www.elfinanciero.com.mx/salud/2022/11/30/dia-internacional-de-los-trastornos-alimenticios-cuantos-casos-se-registran-al-ano-en-mexico/ , el estudio “Global proportions of disordered eating in children and adolescentes” disponible en https://jamanetwork.com/journals/jamapediatrics/article-abstract/2801664#:~:text=Question%20What%20is%20the%20global,and%20adolescents%20showed%20disordered%20eating.Y José Francisco López-Gil, nutricionista: “Hemos visto un aumento de la obsesión compulsiva por la comida saludable con las redes sociales” disponible en https://elpais.com/salud-y-bienestar/2023-03-14/jose-francisco-lopez-gil-nutricionista-hemos-visto-un-aumento-de-la-obsesion-compulsiva-por-la-comida-saludable-con-las-redes-sociales.html
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