Justamente me acabo de enterar que nuestra Presidenta designó al Dr. Hugo Lopez-Gatell como representante oficial del Gobierno Mexicano ante la World Health Organization (WHO) en Ginebra (Suiza). Tardé un gran lapso en recuperarme de tan vulgar y corriente desacato, pero después de leer y escuchar otros comentarios me sentí más relajado; había otros peores que yo.
El título del nombramiento es incierto porque al parecer no cumple con los requisitos diplomáticos que exigen estas propuestas (lo cual implicaría la aprobación de las Cámaras Legislativas, situación que ocasionaría un escándalo que el gobierno pretendió evitar). Esa es la razón que obligó a la Presidenta a declarar: yo fui quien lo escogí, fue mi elección.
El Dr. López-Gatell obtuvo su Doctorado en Epidemiología en la John’ s Hopkins University en Baltimore en el 2006. Teóricamente, estaba calificado y era un candidato idóneo para dirigir las operaciones de Salud Pública necesarias para contener la implacable diseminación del coronavirus. Sin embargo, lejos de planear, discutir, acordar, ejecutar los procedimientos adecuados, el Dr. López-Gatell se dedicó a alabar, festejar, celebrar las bromas y comentarios populacheros del mandatario anterior1.
No solo eso, sino que usó su influencia para entorpecer la compra de medicinas básicas, artículos farmacéuticos, uniformes sépticos, la compra de vacunas autorizadas, evito a toda costa la adquisición de las pruebas de diagnóstico para que la ciudadanía permaneciera ignorante acerca del inusitado contagio y la agresividad viral. Inclusive, se animó a hacer bromas acerca de los efectos letales que sufrían las poblaciones infectadas.
Muchas de estas acciones tan negativas se interpretan como su gran afán y consenso narcisista para conseguir el favor del entonces presidente AMLO. Dentro de su enorme deseo por cumplir sus anhelos, no le importó haber sacrificado cerca de 750 000 habitantes, de los cuales, según los expertos se pudieron haber salvado 250 000 de haber sido atendidos adecuadamente. Quizá, la peor de sus decisiones fue el haber evitado la vacunación del personal de emergencias (choferes, camilleros, enfermeros, doctores, personal de apoyo, etc.), que nos ocasionó cerca de 35 000 decesos absolutamente innecesarios. Esta desgracia causó una gran consternación a nivel internacional, de hecho; no se tiene memoria de que algún otro país haya descuidado y sacrificado a su personal de emergencia, como en México.
En síntesis, la participación del Dr. López-Gatell en este y otros casos anteriores refleja sin duda que este individuo posee un singular espíritu criminal que ha usado y expresado en toda su capacidad y poder en forma reiterada en contra de sus semejantes. Sus acciones encajan plenamente dentro del significado de crímenes de lesa humanidad que se caracterizan por:
- causar sufrimiento a las víctimas o atentan contra su salud física o mental;
- estar dirigidas contra los miembros de una población; usar armas o situaciones que causen incomodidad, penuria, angustia u otras inconveniencias.
La historia ha condenado al Dr. López-Gatell a mostrarse como un carácter autocomplaciente, extremadamente narcisista, constructor de su distorsionada realidad. Obviamente, sus características difícilmente se adaptan al perfil de un epidemiólogo cuya función sería precisamente lo contrario: procurar el bienestar de la comunidad, evitando o aliviando el dolor o la infección, manteniendo un cálido contacto con la comunidad; etc. Desafortunadamente su desarrollo profesional se limitó a una tarea de embuste que después se transformó en engaño y decepción al asociarse con un infame mercader de sueños y costumbres que le transformaron y apartaron de sus funciones.
La semana anterior, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos publicó una grave acusación contra el Gobierno Mexicano. Les reclamaba la protección y la impunidad protectora dedicadas a los cárteles del crimen organizado especializados en el robo, transporte y venta de hidrocarburos extraídos del subsuelo mexicano. La acusación también hacía énfasis en la amplia participación en la compra de insumos químicos para la fabricación y exportación de drogas como el fentanilo y las anfetaminas. Todas estas operaciones se realizaban bajo la administración de tres compañías financieras semiprivadas que controlaban la logística de los negocios en todo el mundo. Dichas compañías operaban con otros bancos y financieros establecidos en las principales capitales del mundo.
Como es de suponerse, el escándalo fue mayúsculo, la Presidenta Sheinbaum declaró varias veces que todo era un infundio irracional y que no existían evidencias que probaran las denuncias. La presión para la Presidenta aumentaba en todos sentidos y proporciones; simplemente no había manera de explicar ni resolver las denuncias.
Diversas declaraciones de expertos financieros independientes y personal de la fiscalía general encontraron serias irregularidades en la documentación de los hidrocarburos transportados en gigantescos buques y contenedores. También se han encontrado evidencias que describen las adquisiciones de insumos químicos y equipo especial utilizado en la industria farmacéutica. Estos hallazgos podrían relacionarse con los cuantiosos volúmenes de fentanilo y anfetaminas que han sido incautados en las investigaciones recientes. Todos estos eventos y situaciones son el reflejo del alto grado de corrupción protegida por la impunidad intocable del régimen anterior
El impacto de las noticias aumentaba proporcionalmente al tiempo transcurrido, las promesas de: se harán las investigaciones correspondientes; procederemos a castigar a los responsables, etc. perdieron su credibilidad, sucumbieron ante su propia falsedad y decepcionaron a enormes grupos ciudadanos. En un breve lapso de ocho días la imagen presidencial y el supuesto nivel ejecutivo se diluyeron estrepitosamente. Fue entonces cuando surgió nuevamente la política criminal que en esta ocasión apareció en la forma de una incipiente felicitación a Lopez-Gatell por su reciente nombramiento ante la WHO.
Esta descomunal falacia es una burla increíble a la memoria de todos los sacrificados, es una grave ofensa para todos los sobrevivientes que recordamos esa desventura y que aún sufrimos la escasez de los productos farmacéuticos, la reprogramación de los tratamientos y las cirugías interrumpidas por decreto presidencial y de muchas otras cosas que aun nos hacen falta para recuperarnos.
Pero volvamos a la realidad, lo importante no era el impacto de la noticia de Lopez-Gatell ni el nivel del Programa de Salud Pública que apenas está en vías de recuperación. El verdadero propósito de tan enorme e irracional propuesta era el distraernos del colosal fraude y la inusitada impunidad que aun protege los actos de corrupción cometidos en el sexenio anterior.
Sin duda alguna, Lopez-Gatell no había dejado ningún buen recuerdo de su participación, luego:
- ¿a quién le importaba su futuro?;
- ¿quién tenía o tuvo el interés para rehabilitarlo?;
- ¿que ha hecho él para merecer tan importante distinción?
No hace falta que identifiquemos al autor de este pseudo engaño tan vulgar y doméstico, tiene todas las características de Morena.
Es muy posible que la propuesta no procederá a menos que el nombramiento cumpla con todos los requisitos diplomáticos. Por otra parte, es bien sabido que los Comités Ejecutivos de la WHO invitan expresamente a los candidatos que ellos desean incorporar a sus Directivas, es una especie de elevada distinción académica que representa y significa un gran estímulo para el recipiente; situación que sin duda el Dr. López-Gatell no pudo acreditar durante sus funciones como Subsecretario de Salud en el lapso de la pandemia del COVID-19.
Sin embargo, a pesar de lo anterior sería muy conveniente y apropiado que nuestras principales sociedades médicas y científicas expresaran por escrito nuestro rechazo de tal propuesta ante la WHO. Aclarando que dicha distinción solo cumple un capricho político y que de ninguna manera representa la opinión y el comentario del pueblo mexicano. Al mismo tiempo, sería un gran beneplácito que dichas misivas se hicieran públicas en nuestros medios de comunicación.
La protesta pública es una actividad que hemos olvidado, es necesario reavivarla ante las actuales circunstancias.
REFERENCIAS.
- Antonio G. Trejo., El Espejo del Dr. Lopez Gatell. Ruiz Healy Times. Septiembre 29, 2023.
Antonio G. Trejo: Correo electrónico: [email protected]
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