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¿Se despidió Creel de la candidatura presidencial?

La figura emergente de Xóchitl Gálvez representa el obstáculo más fuerte en el camino hacia la candidatura presidencial de Santiago Creel.

6 de julio, 2023

Israel Aparicio

¿Se despidió Creel de la candidatura presidencial?

El pasado martes 4 de julio, el presidente de la Cámara de Diputados, Santiago Creel Miranda, se inscribió al proceso interno de la alianza opositora, en busca de la candidatura presidencial que enfrentará al oficialismo en 2024. En su discurso emotivo, pareció por momentos llorar mientras lanzaba diatribas contra el presidente Andrés Manuel López Obrador. Visiblemente conmovido, su lenguaje exagerado pareció esconder un dolor personal, ante el panorama muy desolador de sus aspiraciones presidenciales.

En contraste, ese mismo día el lanzamiento de la senadora Xóchitl Gálvez tuvo un momento estelar, cuando se inscribió al proceso interno del frente opositor, que recordó los buenos tiempos de la cargada priista al contar con todo el aparato a su favor. Como se sabe, la figura de la senadora panista ha recibido un impulso orgánico desde las cúpulas empresariales que le auguran enormes posibilidades de ser la candidata presidencial opositora.

Contrario a lo que se pensaba, incluido el mismo Santiago Creel, las elites del PRIAN y las oligarquías económicas no tenían definida la candidatura presidencial, por lo que la figura emergente de Xóchitl Gálvez representa el obstáculo más fuerte en el sueño de ser candidato.

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El sentimiento de abandono y de frustración del precandidato Creel se enfocó en contra de la figura presidencial, pero en realidad, con la inyección de recursos y de movilización a favor de la precandidatura de Gálvez, la amargura y la decepción están dirigidas en contra de esas elites, a las que se debe el diputado panista, y que al parecer, lo dejaran fuera de la contienda presidencial.

Aunque el método de selección del candidato presidencial opositor pasa por una aduana de la recolección de 150 mil firmas, además de una serie de encuestas, debates y una elección interna, los dados parecen cargados a favor de Xóchitl. El diputado Santiago Creel ve más cuesta arriba, su deseo de ser el candidato presidencial opositor. No es que los partidos políticos coaligados hayan dejado de tener un control férreo en el proceso, pero el que Creel Miranda pretendiera imponerse desde la cúpula panista a su compañera sería una locura que ahora sí definiría la contienda presidencial a favor del candidato o candidata de Morena.

El problema para Creel es que ha reconocido los métodos de favoritismo para una aspirante presidencial, entiende que desde dentro de las cúpulas y oligarquías agrupadas en la alianza opositora, la línea parece ser darle mayor impulso a la precandidatura de su compañera de partido. Esta opción que baraja la oposición es el simple pragmatismo de frente al proceso que parecía definido a favor del oficialismo, debido a los cartuchos quemados que son los aspirantes presidenciales. Estos que no animaban ni a sus deterioradas bases de apoyo, pero que ya se han ido bajando de la contienda interna.

Por lo pronto, la figura de Xóchitl representa una incógnita sobre el nivel de crecimiento y aceptación que puede lograr, ya que no es la clásica candidata de la derecha, al tener rasgos indígenas y una trayectoria propia. Incluso sin ser de las figuras de mayor peso histórico en la oposición, tratará de ganar el proceso interno con muchos desafíos y retos en su mismo partido y con las cúpulas dominantes.

El fenómeno de Xóchitl podría tener vasos comunicantes con el de la candidatura de Vicente Fox, que fue presidente y lanzó a la escena pública a la propia Gálvez. El imponerse por el pragmatismo de ser la figura opositora más competitiva, no le asegura el apoyo incondicional de las elites dentro del PAN e incluso desde otros partidos como el PRI, que se desmorona ante el liderazgo sepulturero de Alejandro, “Alito” Moreno. Este último quien solo busca la protección del fuero, mediante una candidatura plurinominal al senado.

El que la senadora Lilly Téllez se bajara de la contienda presidencial, al señalar serias dudas con respecto al proceso de selección interna, deja el camino libre a la senadora panista que ya fue descalificada por la misma ultraderecha como una candidata marxista, similar a morena.

La senadora Gálvez, que por momentos no entiende del todo el tamaño del reto que enfrenta, se ha visualizado a sí misma como presidenta y se dice independiente de las elites. Buscará marcar distancia con las oligarquías que le han apoyado, por contradictorio que parezca, debido la generosa asesoría jurídica y económica que le permitió obtener un amparo a su derecho de réplica en la conferencia matutina presidencial.

Creel podría con argucias tratar de dinamitar la candidatura de Xóchitl, quizás el día de su inscripción sintió el desánimo de la cargada y de cómo, una vez más, ve frustradas sus aspiraciones de ser candidato presidencial. El mismo panista sabe que sus posibilidades de triunfo eran casi nulas, pero le consolaba el presentarse al proceso y ver su nombre en la boleta electoral.

El futuro de Creel y de Xóchitl es aún incierto, ambos pelearán la candidatura presidencial opositora, pero en el caso de la senadora, tiene un mejor panorama competitivo, sin que aún sea suficiente para poder ser presidenta de México. Ya que con los triunfos de morena en 23 entidades federativas mantendrá el control territorial, de presupuesto y de estructura electoral, lo que hará muy difícil que una candidatura opositora se imponga al nuevo aparato oficialista, que cuenta además con el apoyo popular de los electores.

Con meses de efervescencia política por venir, muchos procesos en marcha y los imponderables del poder, es aventurado asegurar que Xóchitl tiene ganada la candidatura presidencial. Pero por lo que se observa, ya se cocina su figura para obtener simpatías de los electores que no acaban de aceptar a los partidos tradicionales caídos en el repudio y el descrédito.

No es que la senadora de lograr la candidatura presidencial pueda hacer y deshacer a su antojo, ya que le debe el impulso de estas semanas, a esos poderes fácticos que desde siempre han estado detrás de la clase política, de la que la senadora no es la excepción. La envalentonada candidata apuesta a que se le construya una figura carismática, con el riesgo de que la misma Xóchitl sea su propio némesis si no controla sus exabruptos, desfiguros e ignorancia en temas de trascendencia nacional, que por lo pronto la condenan a ser solamente una candidatura populista más.