En nuestro escenario electoral hay dos actores clave, cuya participación sin duda será determinante del resultado sobre quiénes y cómo gobernarán al país desde octubre próximo hasta el 2030 y tal vez más allá: Los jóvenes (de entre 18 y 39 años) y las clases medias urbanas. Sin embargo, la abstención entre estos dos sectores de nuestra demografía ha sido cercano al 60% en las últimas contiendas electorales.
Por alguna razón, cuya explicación habría que buscar en ámbitos de la sociología de la cultura, tanto a las clases medias urbanas como a los jóvenes, la política no les ha interesado gran cosa en años. Arriesgando una hipótesis explicativa, sugiero que a ambos grupos les ha ido razonablemente bien en los últimos 25 o 30 años y ello puede explicar su indiferencia hacia los resultados electorales. Como bien declaró la congresista española, Cayetana Álvarez de Toledo, en reciente y sonora visita a nuestro país: los jóvenes (particularmente, pero también los clasemedieros) son hijos “de la larga paz liberal” -y democrática- que hemos podido gozar en México desde finales de la década de los 90’s. Tal vez por ello es que muchos en este sector de población parecen no darse cuenta de lo que está realmente en juego para nuestro futuro político como nación:
Esta vez, esa larga paz liberal y democrática que les ha permitido vivir en condiciones muy aceptables, se puede perder, cayendo en un abismo autoritario y populista que, siguiendo puntualmente los pasos del ala radical del Foro de Sao Paulo, nos llevaría a ese “socialismo del siglo XXI” que ha destrozado a Venezuela y a Nicaragua y mantiene en el fondo del pozo al pueblo cubano.
Es preciso saber que los demócratas mexicanos enfrentamos una elección de estado, como ya no habíamos tenido desde “los años recios” del priísmo autoritario en los años 80’s. Esto implica que se están gastando, ilegal y tramposamente, a favor de Claudia Sheinbaum y los candidatos de la 4T (y en detrimento de la salud, la seguridad, la educación y la infraestructura), miles de millones de pesos de los presupuestos del gobierno federal y de los 22 estados gobernados por Morena, a los que hay que sumar al gobernador de San Luis Potosí -un mafioso enlistado en el Partido Verde-, al de Morelos y también al de Nuevo León (Samuel García, que iba a ser candidato por MC). Además, a su servicio están los más de 22 000 “Servidores de la Nación” que, en todos los rincones del país, amenazan a la población engañándola con que, si no gana la 4T, se quedarán sin el dinero que hoy reciben del gobierno federal. A esto, hay que añadir la participación de grupos del crimen organizado que, operando a favor de Morena, intervendrá en las elecciones inhibiendo el voto libre y alterando muy probablemente el resultado de las elecciones en algunas regiones. (Un reporte de la SEDENA, cruzado con información del INE, señala que se espera intervención del crimen organizado en 40 de los 300 distritos electorales, donde podrían impedir la instalación de casillas, imponer funcionarios a modo, prellenar boletas o robarse las urnas). Todo esto ante un INE y un Tribunal Electoral parcialmente capturados por la 4T.
Como hemos dicho en otros escritos, contra el autoritarismo de un régimen que inhibe o intenta destruir la democracia electoral, el único remedio eficaz es la fuerza de la participación ciudadana. Fue la movilización y activismo de los ciudadanos lo que hizo caer al Muro de Berlín y provocó el colapso de la tiranía soviética en 1989 y fuimos los ciudadanos mexicanos los que derribamos “el Muro de Nopal” del autoritarismo priísta entre 1986 y 1997.
La transición a la democracia en México fue sin duda una victoria de la ciudadanía democrática contra “la nomenklatura” de aquel viejo partido de estado surgido de la Revolución de 1910. Esa gran victoria ciudadana fue posible, precisamente, por la amplia participación de los jóvenes y de la clase media que, con marchas, plantones, pancartas, pintas en las paredes y hasta huelgas de hambre, logramos que los votos realmente se contaran y tuviéramos un instituto electoral independiente del gobierno, ciudadano, profesional y confiable. Fuimos entonces los universitarios, los profesionistas, los maestros, los pequeños empresarios, los periodistas, los ciudadanos independientes y demócratas que penetramos las estructuras del PAN y del PRD y fortalecimos a los sectores modernizadores del PRI los que hicimos posible la tan anhelada democracia.
Hoy México requiere, otra vez, del compromiso y la participación política, tanto de la clase media como de los jóvenes. Contra una elección de estado, se requiere que la ciudadanía salga a votar el 2 de junio, en favor de la única alternativa que hoy tenemos para salvar a la democracia y que está representada precisamente por los partidos que hicieron la transición en 1996: PAN, PRI y PRD, que por esta misma razón están aliados, con todo y sus diferencias históricas. Es más importante salvar a la democracia que pelearse por diferencias ideológicas. Citando a Ortega y Gasset: Primero es el ser, después el modo de ser.
Lamentablemente la memoria histórica de mucha gente es muy corta. Sobre todo los jóvenes, en buena parte ignoran lo que fueron las luchas de las generaciones que les precedieron en favor de una vida pública menos indigna que la que vivimos antes de la transición democrática y a la que nos quiere devolver la 4T.
Algunos quizá dan por garantizada la vida democrática sin darse cuenta que a la democracia hay que construirla cada día y que no conoce otro modo de ser que el de la mejora continua. Otros no saben que “lo perfecto es enemigo de lo bueno” y, frente a las evidentes insuficiencias de la política y la economía del último cuarto de siglo, han preferido entregarse a las mentiras del populismo autoritario que se predica cada mañana desde Palacio Nacional. Otros más, que dicen oponerse a Morena, se están dejando engañar por el ritmo pegajoso de la propaganda de Movimiento Ciudadano, viendo a Jorge Álvarez Máynez “como una opción diferente a la corrupción de los partidos tradicionales”.
Llamado especial a los jóvenes mexicanos
Muchachos, ¡México los necesita! Si no quieren acabar teniendo que salir del país en unos años, forzadamente, como les ha ocurrido a millones de jóvenes venezolanos, nicaragüenses y cubanos, deben hacer su tarea en favor de la democracia y participar para la construcción de una sociedad cada vez más abierta, más libre, más justa, más próspera y solidaria. El bien común, no surge de manera automática si cada quien se concentra únicamente en sus propios intereses. El bien común demanda nuestro compromiso activo en los asuntos sociales y políticos. Hay que hacer caso a Dostoievski: Todos somos responsables de todos.
Ejerzan, en primer lugar, su derecho a votar. ¡No se abstengan! Pero el derecho al voto implica la obligación de estar bien informados y conscientes de la realidad nacional (y del mundo) y de la historia. Para esto sirve la educación que no solamente es un privilegio sino un conjunto de exigencias al servicio de ese bien común necesario.
Entiendo que muchos de ustedes sienten simpatía por el candidato “Máynez”, quien se presenta como una alternativa innovadora, como una “tercera vía” entre lo que ofrece Morena y los partidos tradicionales. Pero es mentira. Es mentira porque MC está integrado, mayoritariamente, por viejos políticos que provienen de los partidos tradicionales, sobre todo del PRD, pero también del PRI y del PAN. Desde luego en MC hay gente valiosa, como también la hay en el PRI, el PAN y el PRD. También hay personajes con antecedentes de corrupción importantes, empezando por su propio presidente y fundador, Dante Delgado, quien fue gobernador en Veracruz por el PRI y estuvo en la cárcel acusado de peculado y enriquecimiento ilícito. Históricamente, formaron alianza para la candidatura de AMLO en 2006 y 2012, pero en 2018 apoyaron a Ricardo Anaya, aliados con el PAN y el PRD. En la actualidad están jugando un rol de colaboración encubierta con Morena para debilitar el voto opositor para la presidencia, dividiéndolo en favor de Claudia Sheinbaum. Esto implica, en los hechos, una traición a la democracia y a México. No es casual que uno de sus talentos jóvenes, Luis Donaldo Colosio Riojas, se ha pronunciado ya varias veces, porque MC se integre a la alianza con Xóchitl Gálvez para salvar la democracia y dejar de hacerle el juego a Morena.
Nuestro país necesita avanzar en muchos ámbitos: prioritariamente en materia de seguridad pública, en salud, educación y bienestar social; desde luego abatir los niveles de pobreza lacerantes, que por cierto se han agudizado en el sexenio de AMLO. También, por supuesto, reducir radicalmente los niveles de corrupción en la administración pública (que también han crecido con la 4T). Pero necesitamos hacer todo eso con democracia, estado de derecho, mecanismos de rendición de cuentas y fortalecimiento institucional. Sin estos elementos propios de la institucionalidad democrática, crece la corrupción, se incrementa el capitalismo mafioso y el derroche de recursos públicos. Esto ya lo hemos vivido en México y no queremos regresar a esos horrores.
Si no te gusta el desastre que ofrece Morena para tu futuro: 1) Vota este 2 de junio y 2) hazlo por Xóchitl Gálvez (votar por Máynez equivale a votar por Morena).
X: @Adrianrdech
Te puede interesar:
¿Beneficiará el oro blanco a los mexicanos o solo a los políticos?
Construyamos una democracia pareja
Votar es decidir y empezar a responsabilizarse, aceptando que todas y todos debemos poner de nuestra parte para aplanar...
mayo 29, 2024La Elección del 2 de junio… ¿Continuidad o Cambio?
¿En la Cuarta Transformación están libres de pecado?
mayo 29, 2024¿Continuidad o alternancia en la Presidencia de México? 10 puntos a considerar
“La democracia no se trata solo de tener elecciones, sino de tener un gobierno limitado y derechos individuales protegidos”....
mayo 29, 2024