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Mujeres hablando de mujeres

“Este amor insensato que le profeso sigue siendo para mí un insondable misterio”. –Marguerite Duras

11 de noviembre, 2025

Esta fue una quincena a la que podría llamar “El vagón rosa de la vida”. No sé si fue consciente o casualidad, ahora que trato de conceptualizarlo me doy cuenta de que una cosa llevó a la otra pero tengo que hablar de la importancia que hoy descubro: que las mujeres hablemos de nosotras mismas y de otras mujeres, de sus vidas, de sus trabajos, de sus esfuerzos y luchas.

Dos libros leí este mes. No pretendía que fueran escritos por mujeres como tampoco era la intención que fueran coreanas. Así llegaron. Uno estaba formadito en mi lista de libros apilados esperando turno y el otro me atrapó desde la portada y se vino conmigo un día que iba a comprar una medicina.

Primero fue “Nacida en 1982”, de Cho Nam-Joo que narra la vida de Kim Ji-Young, una joven coreana desde su infancia hasta su maternidad, entrelazando también historias de otras mujeres en la trama. Es una novela muy bien contada y muy interesante de leer en el mundo occidental en el que tal vez pensamos que el machismo patriarcal que padecemos es exclusivo de nuestra cultura latina, pero resulta muy interesante acercarse a través de la lectura a otras realidades lejanas e increíblemente cercanas a la nuestra.

Después vino “La Vegetariana”, casualidad que agradezco, de la escritora Han Kang premio Nobel de Literatura 2024, traducción o mejor dicho aproximación de otra mujer Sunme Yoon proeza casi tan grande como la misma novela. Se cuenta la historia de Yeong-Hye, obviamente no diré de qué trata la novela, solo daré la recomendación más sincera y amorosa que como lectora puedo dar: ¡Por favor, lean esta obra de arte! Es sin duda uno de los mejores libros que he leído en los últimos años, un libro perturbador, un personaje ideado con una pulcritud literaria, impecable en su narrativa, en un nivel de erotismo que pocas veces tiene uno la oportunidad de leer, una historia que sin duda me acompañará el resto de mi vida.

Después me veo a mí misma también recomendado y proporcionando de mi propia biblioteca un pequeño pero poderoso libro tantas veces hojeado por mi misma que parecería que es muy antiguo y que ha pasado por muchas manos y encantado muchas vidas, otro libro espectacular de escrito por una mujer y que yo regalé a mi hija como una madre que saca de un viejo baúl algo muy valioso para heredar a su primogénita esperando que ella haga lo mismo en su momento y la tradición pase de generación en generación de mujeres, un libro con una foto de una adolescente en la portada: “El Amante” de Margarite Düras. Sin duda uno de los libros que más ha influido en mi vida.

Y cierro la semana yendo al cine con esa misma hija a ver una película que nos cautivó y dejó con mucho o nada que decir, “Die My Love” de la escritora Argentina Ariana Harwicz dirigida por Lynne Ramsay (Hablemos de Kevin, otra historia espectacular). Es una de esas películas que te da tanto que te deja sin palabras para describir las emociones que te provoca y te entrega en la soledad de tu pensamiento una serie de cuestionamientos y respuestas no siempre correspondientes pero si sorprendentes y reveladoras de un montón de cosas.

Me llené de historias de mujeres contadas por mujeres, de descripciones hechas por mujeres, de personajes femeninos inventados por mujeres y me doy cuenta de lo importante que es poner atención a lo que mujeres tenemos que decir de otras mujeres, de cómo nos leemos y cómo nos queremos hacer escuchar, de todo lo que tenemos que decir de nosotras mismas y de lo esenciales que somos cuando espejeamos nuestra realidad en las historias o las entrevistas en las que gritamos nuestras inquietudes, en las que denunciamos a través de voces que inventamos y que usamos para decirle al mundo qué sentimos, qué necesitamos, en dónde y cómo estamos paradas en una situación mundial en la que no acabamos de, a pesar de ser la base, encontrar nuestro lugar, sentirnos vistas, valoradas y entendidas por los hombres.

Mujeres hablando de mujeres, como lo hizo Sor Juana Inés y Sylvia Plath o Alejandra Pizarnik, como lo hacen las activistas que marchan con o sin máscara para llamar la atención sobre la problemática que vive nuestro género, como hacen muchas entrevistadoras y youtubers a las que sigo y que se especializan o deciden hablar sobre mujeres.

La forma como le queremos decir al mundo como somos y que cuando pedimos igualdad es igualdad con equidad, que si pedimos apoyo es con contención, con solidaridad y sorpresas, sin juicios, apoyo real, que si queremos ser partícipes y ser líderes queremos también ayudar a las que vienen un poco más atrás o un poco más despacio y que nuestra misma tribu nos entienda y atienda a nosotras cuando necesitemos respirar.

Leer y escuchar a mujeres hablando de mujeres es la forma más segura de poder acercarnos a entender lo que somos y lo que necesitamos, cuando y porque lo necesitamos, no digan que no les dimos la clave, nosotras sí queremos que nos entiendan, si queremos que sepan cómo queremos y necesitamos ser tratadas, nos la hemos pasado dejando pistas por todos lados, solo hay que saberlas leer.

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