México recibió hace 77 años a cientos de polacos que huían de la Segunda Guerra Mundial y del horror en campos de trabajos forzados.
Dejaban atrás el suelo donde habían nacido y, tras un doloroso destierro, llegaban a un nuevo país del que poco o nada conocían, pero que los recibió con alegría y la esperanza de que aquel conflicto bélico pronto llegaría a su fin.
Los años hasta acabar la guerra los pasaron como refugiados en una finca a las afueras de León, en el estado de Guanajuato. A aquel pedacito de su país creado en el corazón de México lo llamaban “la pequeña Polonia”, de acuerdo con una publicación de la BBC.
Muchos, sobre todo quienes llegaron siendo niños, aún recuerdan sus días en la hacienda de Santa Rosa como los mejores años de su vida. Pronto pasaron del dziękuję al “gracias” para reconocer esa segunda oportunidad que se les había presentado.
Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, Polonia sufre las consecuencias: asesinatos masivos, encarcelamientos de disidentes, desplazamientos forzado; la URSS da inicio a la deportación en masa de la población polaca de las zonas que se había anexado para repoblarlas con rusos. Según Polonia, fueron expulsados unos 1.2 millones de personas.
Unas 40 mil personas entre soldados, mujeres y niños dejaron territorio ruso rumbo a Irán, que en ese momento apoyaba al bloque de los países aliados. Aunque muchos murieron en el camino, su llegada al puerto de Pahlevi los llenó de esperanza.
México, un país en el otro lado del planeta y con fuertes restricciones ante la inmigración en aquella época, se ofreció también a recibirlos.
Los refugiados podrían vivir en el país hasta que terminara la guerra. Su transporte y manutención sería posible gracias a un préstamo de Washington al gobierno polaco en el exilio y de organizaciones polacas en Estados Unidos, destaca la publicación de la cadena británica.
El barco llegó al puerto de San Pedro, al sur de Los Ángeles. De ahí, fueron en tren a la frontera entre El Paso y Ciudad Juárez, en México, hasta llegar a León en Guanajuato. Era 1 de julio de 1943. Habían viajado durante semanas a lo largo de más de 22 mil km.
El segundo grupo llegó a León el 2 de noviembre de 1943. En total, fueron mil 453 los refugiados polacos que encontraron en la hacienda de Santa Rosa, a 10 km de León, su nuevo hogar.
Era “la pequeña Polonia”.
Había clínica, capilla y mercado. Los adultos aprendían oficios y los niños estudiaban en la escuela siguiendo el sistema educativo polaco, ya que la intención era que regresaran a su país al acabar la guerra.
“El tema de los niños de Santa Rosa es aún hoy muy valorado porque muy pocas naciones se mantuvieron cerca de la Polonia invadida por los ejércitos nazi y soviético en 1939”, le dice a BBC Mundo desde Varsovia el embajador mexicano, Alejandro Negrín.
“Cuando presenté mis cartas credenciales como embajador al presidente de Polonia, Andrzej Duda, él se refirió con aprecio a ese momento histórico y el mensaje que recibo de distinguidas personalidades es muy claro: ‘Polonia y los polacos no olvidan'”.
CARTAS A TORA 370
Cocatú es un extraterrestre que toma la forma de un gato. Llega a una vecindad de la CDMX. Desde...
noviembre 22, 2024GEOPOLÍTICA, MIGRACIÓN, ANARQUISMO… AMERICAN COMPANY, una novela arriesgada: Ana Claudia Molinari
La escritora mexicana Ana Claudia Molinari presenta su segunda novela, AMERICAN COMPANY, editada por Ediciones del Espejo Somos. Esta...
noviembre 22, 2024Gracias a la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística, AC por otorgarme los Reconocimientos al Mérito de la Producción Editorial y a la Difusión Histórica y Cultural
El Dr. Juan Carlos Tolentino Flores presidente de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística Fundada en 1942,...
noviembre 21, 2024De Frente Y Claro | MENOS PRESUPUESTO PARA CULTURA
Grave y preocupante el panorama para la Cultura no solamente en el 2025, sino en lo que será esta...
noviembre 21, 2024