Para Martina, como todo, como siempre…
Directo y sin muchas metáforas o alegorías, surtido de poca paja y hablando siempre de mujeres, sexo, borracheras y drogas, la literatura de Heinrich Karl Bukowski aka Charles Bukowski, a 28 años de su muerte, sigue generando un tremendo entusiasmo entre sus antiguos lectores que lo idolatran; además de tener la gran facilidad de enganchar y atraer a los jóvenes cultos de esta época, que encuentran en su escritura el suficiente punch para sentirse magnetizados hacia la prosa cínica y fresca del “viejo indecente” y sus personajes extravagantes, que no son más que jugadores, bravucones, viciosos, borrachos, desempleados y prostitutas.
Excesos alcohólicos, ambientes sórdidos, pasiones desenfrenadas y dosis mayores de apuestas a los caballos de carreras, colmaron la vida del famoso autor, que nació en Alemania en 1920. Hijo de un militar americano, Bukowski llegó a California junto con toda su familia a los dos años de edad; en ese soleado lugar vivió los mejores y peores momentos de su vida. Se dice que en su juventud, batallando contra un grave caso de acné, era tan penoso que nunca tuvo ni amigos ni novias; entonces, aislado y autodidacta, acúmulo gran cantidad de lectura, que al final, lo llevó a publicar más de cincuenta libros, entre poesía, cuento y novela.
Heredero de Henry Miller y Jack Kerouac, a sus cincuenta años crea a su alter ego literario, llamado Henry Chinaski, que aparece en su primer novela, de nombre Post-Office, y con la que, después de muchos años, pudo renunciar a su trabajo de cartero y dedicarse de lleno a la escritura. Charles Bukowski encontró en sus siguientes novelas (Factótum, Women, Ham on Rye, Hollywood y Pulp) un registro de desparpajo e ironía, que le entregó la fama literaria, utilizando, también, a su ciudad favorita, Los Ángeles, como uno de sus personajes principales.
La mejor adaptación de la obra de Charles a la pantalla grande, que realmente plasma el espíritu sórdido de Bukowski, es Barfly de Barber Schroeder, con Mickey Rourke y una increíble y decadente Faye Dunaway. Y a cuento de todo esto, también se tiene que mencionar una serie que gozó de mucho éxito en la cadena Showtime por ahí de 2007, y que se llamó adecuadamente Californication; en la cual el personaje principal es Hank Moody, un evidente homenaje a Charles Bukowski, un convincente borracho, mujeriego y sinvergüenza interpretado por David Duchovny, que es famoso y muchas veces detestado en el contexto artístico, en el ambiente literario y cinematográfico Angelino, por su actitud retadora e indiferente; pero nunca dejando de ser un cariñoso padre con su adorable hija, ni un lacayo y súbdito de su bellísima ex mujer, Karen.
“Estas y otras cosas demuestran que la vida gira sobre un eje podrido”, diría Don Charles Bukowski. “To quote The Clash, should I stay or should I rock the casbah?”, contestaría San Hank Moody.

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