object(WP_Query)#17565 (51) {
["query"]=>
array(5) {
["cat"]=>
int(14)
["posts_per_page"]=>
int(2)
["orderby"]=>
string(4) "rand"
["post__not_in"]=>
array(1) {
[0]=>
int(29049)
}
["date_query"]=>
array(1) {
[0]=>
array(3) {
["after"]=>
string(10) "18-03-2021"
["before"]=>
string(10) "15-04-2021"
["inclusive"]=>
bool(true)
}
}
}
["query_vars"]=>
array(65) {
["cat"]=>
int(14)
["posts_per_page"]=>
int(2)
["orderby"]=>
string(4) "rand"
["post__not_in"]=>
array(1) {
[0]=>
int(29049)
}
["date_query"]=>
array(1) {
[0]=>
array(3) {
["after"]=>
string(10) "18-03-2021"
["before"]=>
string(10) "15-04-2021"
["inclusive"]=>
bool(true)
}
}
["error"]=>
string(0) ""
["m"]=>
string(0) ""
["p"]=>
int(0)
["post_parent"]=>
string(0) ""
["subpost"]=>
string(0) ""
["subpost_id"]=>
string(0) ""
["attachment"]=>
string(0) ""
["attachment_id"]=>
int(0)
["name"]=>
string(0) ""
["pagename"]=>
string(0) ""
["page_id"]=>
int(0)
["second"]=>
string(0) ""
["minute"]=>
string(0) ""
["hour"]=>
string(0) ""
["day"]=>
int(0)
["monthnum"]=>
int(0)
["year"]=>
int(0)
["w"]=>
int(0)
["category_name"]=>
string(18) "cultura-para-todos"
["tag"]=>
string(0) ""
["tag_id"]=>
string(0) ""
["author"]=>
string(0) ""
["author_name"]=>
string(0) ""
["feed"]=>
string(0) ""
["tb"]=>
string(0) ""
["paged"]=>
int(0)
["meta_key"]=>
string(0) ""
["meta_value"]=>
string(0) ""
["preview"]=>
string(0) ""
["s"]=>
string(0) ""
["sentence"]=>
string(0) ""
["title"]=>
string(0) ""
["fields"]=>
string(0) ""
["menu_order"]=>
string(0) ""
["embed"]=>
string(0) ""
["category__in"]=>
array(0) {
}
["category__not_in"]=>
array(0) {
}
["category__and"]=>
array(0) {
}
["post__in"]=>
array(0) {
}
["post_name__in"]=>
array(0) {
}
["tag__in"]=>
array(0) {
}
["tag__not_in"]=>
array(0) {
}
["tag__and"]=>
array(0) {
}
["tag_slug__in"]=>
array(0) {
}
["tag_slug__and"]=>
array(0) {
}
["post_parent__in"]=>
array(0) {
}
["post_parent__not_in"]=>
array(0) {
}
["author__in"]=>
array(0) {
}
["author__not_in"]=>
array(0) {
}
["ignore_sticky_posts"]=>
bool(false)
["suppress_filters"]=>
bool(false)
["cache_results"]=>
bool(false)
["update_post_term_cache"]=>
bool(true)
["lazy_load_term_meta"]=>
bool(true)
["update_post_meta_cache"]=>
bool(true)
["post_type"]=>
string(0) ""
["nopaging"]=>
bool(false)
["comments_per_page"]=>
string(2) "50"
["no_found_rows"]=>
bool(false)
["order"]=>
string(0) ""
}
["tax_query"]=>
object(WP_Tax_Query)#17517 (6) {
["queries"]=>
array(1) {
[0]=>
array(5) {
["taxonomy"]=>
string(8) "category"
["terms"]=>
array(1) {
[0]=>
int(14)
}
["field"]=>
string(7) "term_id"
["operator"]=>
string(2) "IN"
["include_children"]=>
bool(true)
}
}
["relation"]=>
string(3) "AND"
["table_aliases":protected]=>
array(1) {
[0]=>
string(21) "rt_term_relationships"
}
["queried_terms"]=>
array(1) {
["category"]=>
array(2) {
["terms"]=>
array(1) {
[0]=>
int(14)
}
["field"]=>
string(7) "term_id"
}
}
["primary_table"]=>
string(8) "rt_posts"
["primary_id_column"]=>
string(2) "ID"
}
["meta_query"]=>
object(WP_Meta_Query)#17536 (9) {
["queries"]=>
array(0) {
}
["relation"]=>
NULL
["meta_table"]=>
NULL
["meta_id_column"]=>
NULL
["primary_table"]=>
NULL
["primary_id_column"]=>
NULL
["table_aliases":protected]=>
array(0) {
}
["clauses":protected]=>
array(0) {
}
["has_or_relation":protected]=>
bool(false)
}
["date_query"]=>
object(WP_Date_Query)#17484 (5) {
["queries"]=>
array(4) {
[0]=>
array(6) {
["after"]=>
string(10) "18-03-2021"
["before"]=>
string(10) "15-04-2021"
["inclusive"]=>
bool(true)
["column"]=>
string(9) "post_date"
["compare"]=>
string(1) "="
["relation"]=>
string(3) "AND"
}
["column"]=>
string(9) "post_date"
["compare"]=>
string(1) "="
["relation"]=>
string(3) "AND"
}
["relation"]=>
string(3) "AND"
["column"]=>
string(18) "rt_posts.post_date"
["compare"]=>
string(1) "="
["time_keys"]=>
array(14) {
[0]=>
string(5) "after"
[1]=>
string(6) "before"
[2]=>
string(4) "year"
[3]=>
string(5) "month"
[4]=>
string(8) "monthnum"
[5]=>
string(4) "week"
[6]=>
string(1) "w"
[7]=>
string(9) "dayofyear"
[8]=>
string(3) "day"
[9]=>
string(9) "dayofweek"
[10]=>
string(13) "dayofweek_iso"
[11]=>
string(4) "hour"
[12]=>
string(6) "minute"
[13]=>
string(6) "second"
}
}
["request"]=>
string(463) "SELECT SQL_CALC_FOUND_ROWS rt_posts.ID FROM rt_posts LEFT JOIN rt_term_relationships ON (rt_posts.ID = rt_term_relationships.object_id) WHERE 1=1 AND (
( rt_posts.post_date >= '2021-03-18 00:00:00' AND rt_posts.post_date <= '2021-04-15 00:00:00' )
) AND rt_posts.ID NOT IN (29049) AND (
rt_term_relationships.term_taxonomy_id IN (14)
) AND rt_posts.post_type = 'post' AND (rt_posts.post_status = 'publish') GROUP BY rt_posts.ID ORDER BY RAND() LIMIT 0, 2"
["posts"]=>
array(2) {
[0]=>
object(WP_Post)#17516 (24) {
["ID"]=>
int(63047)
["post_author"]=>
string(1) "9"
["post_date"]=>
string(19) "2021-03-26 09:52:52"
["post_date_gmt"]=>
string(19) "2021-03-26 14:52:52"
["post_content"]=>
string(5401) "
Querida Tora:
Fíjate que llegó a la vecindad una señora nueva (en el buen sentido de la palabra), que inmediatamente nos intrigó a todos. Es muy misteriosa. Llegó como con veinte maletas, ocho baúles y un número infinito de bultos, todos de diferentes colores y formas, algunos hasta brillantes y que parecían llenos de estrellas. No sabes cómo la miraron las chismosas de la vecindad (en una palabra, todas). Yo también. Y me metí a su vivienda, a ver qué era todo aquello.
Así, a la entrada, colgó cortinas y puso luces de colores. En el centro, una mesa con una bola de cristal encima, varios juegos de naipes, un recipiente con agua, una varita (¿mágica?), una calavera, un sapo verde disecado y no sé cuántas cosas más. Enseguida me dije: Esta es una adivina, ¿Y qué crees? Adiviné.
Al principio no dijo nada, y se limitaba a andar por el patio sin hablar con nadie. Si acaso, contestaba los saludos con una inclinación de cabeza. Pero yo me di cuenta de que oía con atención todo lo que se decía a su alrededor. Y un día en que estaba el patio rebosante de gente y de chismes, se interpuso en el camino de la señora del 44, una mujer muy poquita cosa y muy asustadiza, y le dijo con voz potente y hueca: “¡Cuidado! Cuídate de ese hombre, que te va a llevar por el camino de la perdición”. La pobre mujer se estremeció de arriba abajo (eso no es muy meritorio, porque es chaparrita), se encerró en su casa; y en la tarde que la fue a visitar un señor que ya es habitual, lo echó con cajas destempladas, a gritos y tirándole cuanto encontró a mano. Y no me lo vas a creer, pero luego les dijo a las vecinas que ese hombre era agente de una casa de lenocinio (consulta el diccionario, porque a mí me da pena decirte lo que significa) y que se la quería llevar. Excuso decirte que todas las viejas la felicitaron por haber tenido el valor de echarlo de su casa y de su vida.
A raíz de eso, las vecinas empezaron a hacerle plática, y a visitarla. Y al poco tiempo, ya iban a consultarle sus problemas y a pedirle que les echara la buenaventura. Ella accedía, complacida, y les cobraba por el “servicio” (porque de algo tenía que vivir; que si no, se las echaba gratis, porque le caían muy bien). En unas cuantas semanas, se hacían colas a la puerta de la vivienda de Madame Sura (así dice que se llama, pero debe ser un nombre “artístico”). Y también venían de las vecindades cercanas.
¿Y el portero?, te preguntarás. El portero se presentó una noche, bastante tarde (para que no se dieran cuenta los vecinos) y le dijo que en la vecindad no podía lucrar; y que si lo hacía, justo era que compartiera sus ganancias con él. Y le fijó una cuota por cada persona que la visitara. Madame Sura no se inmutó, sino que entró en trance (o sea, se puso patitiesa y habló con voz ronca) y le dijo que el domingo tendría su respuesta. El portero se puso pesado con que quería una respuesta inmediata; pero la voz de Madame Sura se hizo casi un rugido, echó chispas por los ojos y le dijo que no la presionara. El portero se impresionó mucho, aunque lo disimuló bastante bien, y le dijo que la esperaba hasta el domingo, pero no más.
Yo me pasé esos días en la vivienda de la Madame, pues quería ver lo que iba a preparar para el domingo. Pero ella siguió con sus paseos por el patio, aunque sí noté que platicaba más con las vecinas, y cuando llegaba a su casa escribía algunas notas y pasaba algunos ratos pensativa.
Y llegó el domingo. Precisamente, el portero había citado a los vecinos a junta para discutir alguna tontería, así que estaban casi todos en el patio, sentaditos, esperando las palabras de la “autoridad máxima”. Y a las doce en punto, cuando el patio hervía de expectación, apareció Madame Sura, que por cierto se veía más alta (aquí entre nos, se puso unos tacones enormes, que no se le notaban porque llevaba una falda muy larga) y más desmelenada que nunca, y de un salto se plantó en el estrado, frente al portero. Este como que se chiveó (Diccionario Folklórico, por favor) un poco, pero aguantó como un buen torero y hasta la miró con ojos centelleantes (se había puesto un poco de diamantina en los párpados para la ocasión). Entonces, Madame Sura hizo unos giros rápidos, en que le revolotearon todas las túnicas y trapos que se había puesto, y con voz salida de las entrañas de la tierra, dijo:
-Cuidado con lo que haces, cuidado con lo que pides. Los hados te han sido favorables, pero se te pueden voltear. Y si exiges más de lo que debes, te secarás por completo, y ya no podrás regar a ninguna Flor. Ni siquiera a una hierbita.
El portero se quedó pálido, porque precisamente la Flor lo estaba esperando en la portería, y venía bastante alegre y jacarandosa, y no quiso ni imaginar lo que pasaría si se quedaba seco. Así que canceló la junta, alegando una leve indisposición, se tomó unos cuantos alipuses (te imaginas lo que son, ¿no?) y puso en acción la regadera.
Sin embargo, no se volvió a acercar a la Madame; la saludaba muy atentamente cuando se la encontraba en el patio, y la dejó hacer su negocio tranquilamente, Lo que puede una amenaza bien dicha, ¿verdad?
Bueno, mi amor, pórtate bien, y hasta la próxima.
Te quiere,
Cocatú
"
["post_title"]=>
string(17) "CARTAS A TORA 218"
["post_excerpt"]=>
string(0) ""
["post_status"]=>
string(7) "publish"
["comment_status"]=>
string(4) "open"
["ping_status"]=>
string(4) "open"
["post_password"]=>
string(0) ""
["post_name"]=>
string(17) "cartas-a-tora-218"
["to_ping"]=>
string(0) ""
["pinged"]=>
string(0) ""
["post_modified"]=>
string(19) "2021-03-26 09:52:52"
["post_modified_gmt"]=>
string(19) "2021-03-26 14:52:52"
["post_content_filtered"]=>
string(0) ""
["post_parent"]=>
int(0)
["guid"]=>
string(35) "https://ruizhealytimes.com/?p=63047"
["menu_order"]=>
int(0)
["post_type"]=>
string(4) "post"
["post_mime_type"]=>
string(0) ""
["comment_count"]=>
string(1) "0"
["filter"]=>
string(3) "raw"
}
[1]=>
object(WP_Post)#17603 (24) {
["ID"]=>
int(63431)
["post_author"]=>
string(3) "167"
["post_date"]=>
string(19) "2021-04-06 08:54:20"
["post_date_gmt"]=>
string(19) "2021-04-06 13:54:20"
["post_content"]=>
string(6062) "
En el gremio médico, bien se dice que “el que solamente sabe de medicina, ni de medicina sabe”. Es por ello que el día de hoy en esta columna, haremos honor al Dr. Gianluigi Colalucci, el restaurador más importante del siglo XX, quien el martes 29 de marzo falleció a los 92 años.
Mucha gente se puede preguntar cómo se han mantenido centenares de obras del trecento, quattrocento y cinquecento italiano en los Museos Vaticanos. La gran labor no fue del artista, si no, pongamos de ejemplo al fresco de Leonardo da Vinci, ubicado en la Catedral de Santa Maria delle Grazie, en Milán, mundialmente conocido por se la representación más famosa de la escena bíblica de la Última Cena, donde gran parte de los pigmentos y detalles de la obra han desaparecido por tanto una mala técnica usada por el florentino y por la mala calidad de la conservación y restauración de la obra a lo largo de los siglos.
Por otro lado, en el costado derecho de la Basílica de San Pedro, se encuentra la obra pictórica más grande del mundo (abarcando más de 1,100 m2), y cuya restauración, que terminó en 1994, además de ser altamente controversial, les dio una luz nueva a los frescos diseñados por el artista (que para mi es el más grande de todos los tiempos) Michelangelo Buonarroti. Estos frescos, se pensaba, eran opacos, dramáticos, basados en la técnica popularizada en el manierismo “chiaroscuro” y con pocos matices lumínicos, pero cuando el Dr. Colalucci fue nombrado por el Papa Juan Pablo II en 1980 para realizar la restauración más dramática de dicho siglo, se encontraron escenas bíblicas llenas de colores, nítidas, brillantes y absolutamente majestuosas debajo de capas de suciedad y restauraciones pasadas que no beneficiaron a la obra. Un ejemplo clásico para observar el dramatismo de este contraste es la Gioconda del Louvre (oscura, con un tono ocre, sucia) y la del Prado, esta última estando bien conservada y restaurada por el museo español (llena de colores, justo como la vio da Vinci).
El Dr. Colalucci puede ser un desconocido por varios lectores de esta pequeña columna hasta el día de hoy, pero en el mundo del arte es un punto de inflexión sobre la forma de restaurar obras tan complicadas (porque recordemos que un fresco es una técnica difícil de hacer, basada en huevo y pigmentos orgánicos, y la ubicación del de Miguel Ángel no es para nada fácil de acceder por su elevación a más de 13.4 metros del espectador), y tan importantes por su valor religioso, artístico y cultural (¡quién no conoce el detalle de la mano de Adán aproximándose a la mano de Dios!), y por ello se merece el más alto respeto del mundo entero.
Además, caben mencionar en esta columna varias maravillas que se encuentran en la Sistina, como las decenas de símil a la anatomía humana ubicadas a lo largo del fresco, como la forma de cerebro que se encuentra en la escena de la creación, donde Dios, su manto rojo y sus ángeles forman una silueta casi perfecta de un encéfalo humano, o el parecido exacto de la sibila libia a la de la primera vértebra cervical (llamada “Atlas).
Finalmente, quiero hacer la invitación al lector a cuatro cosas: La primera, poder visitar la magnífica réplica de la Capilla Sixtina que viaja por todo México (y que al día de hoy se ubica en Cancún), o una réplica bastante semejante pintada por Don Miguel Macías, ubicada en la Parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, localizada en la Colonia Moctezuma, de la Alcaldía Venustiano Carranza; segunda, la lectura de Miguel Ángel y yo, libro del Dr. Colalucci sobre la restauración de la Capilla; tercera, a la lectura de varios artículos que se ubican en la parte inferior de la columna, donde se realizan detallados análisis de las pinturas miguelangelinas; y cuarto, a ver las próximas videocolumnas que empezaré a realizar y varios de mis compañeros colaboradores han estado realizando en la plataforma (https://www.youtube.com/watch?v=Lyd8CG0Yo7o) .
Referencias:
- Colalucci G. Michelangelo Buonarroti: Restoration of the Frescoes on the Vaulted Ceiling and the Last Judgment in the Sistine Chapel. Conservation Science in Cultural Heritage 2016;16(1):89-108.
- Colalucci G. On the Science of Art Restoration. World Futures 1994;40(1-3):133-134.
- Colalucci G, Plasencia A. Touching the Soul of Michelangelo. MIT Press Scolarship Online 2017; May(1).
- Grassi E, Palumnbo P. Seen/Unseen: Michelangelo master of camouflage and deception. Progress in Neuroscience 2013;1(1-4):117-123.
- Verlicchi A. Hidden anatomy in the Sistine Chapel ceiling: an overview. Progress in Neuroscience 2013;1(1-4):124-127.
"
["post_title"]=>
string(29) "El Restaurador de los Frescos"
["post_excerpt"]=>
string(0) ""
["post_status"]=>
string(7) "publish"
["comment_status"]=>
string(4) "open"
["ping_status"]=>
string(4) "open"
["post_password"]=>
string(0) ""
["post_name"]=>
string(29) "el-restaurador-de-los-frescos"
["to_ping"]=>
string(0) ""
["pinged"]=>
string(0) ""
["post_modified"]=>
string(19) "2021-04-06 08:54:20"
["post_modified_gmt"]=>
string(19) "2021-04-06 13:54:20"
["post_content_filtered"]=>
string(0) ""
["post_parent"]=>
int(0)
["guid"]=>
string(35) "https://ruizhealytimes.com/?p=63431"
["menu_order"]=>
int(0)
["post_type"]=>
string(4) "post"
["post_mime_type"]=>
string(0) ""
["comment_count"]=>
string(1) "0"
["filter"]=>
string(3) "raw"
}
}
["post_count"]=>
int(2)
["current_post"]=>
int(-1)
["in_the_loop"]=>
bool(false)
["post"]=>
object(WP_Post)#17516 (24) {
["ID"]=>
int(63047)
["post_author"]=>
string(1) "9"
["post_date"]=>
string(19) "2021-03-26 09:52:52"
["post_date_gmt"]=>
string(19) "2021-03-26 14:52:52"
["post_content"]=>
string(5401) "
Querida Tora:
Fíjate que llegó a la vecindad una señora nueva (en el buen sentido de la palabra), que inmediatamente nos intrigó a todos. Es muy misteriosa. Llegó como con veinte maletas, ocho baúles y un número infinito de bultos, todos de diferentes colores y formas, algunos hasta brillantes y que parecían llenos de estrellas. No sabes cómo la miraron las chismosas de la vecindad (en una palabra, todas). Yo también. Y me metí a su vivienda, a ver qué era todo aquello.
Así, a la entrada, colgó cortinas y puso luces de colores. En el centro, una mesa con una bola de cristal encima, varios juegos de naipes, un recipiente con agua, una varita (¿mágica?), una calavera, un sapo verde disecado y no sé cuántas cosas más. Enseguida me dije: Esta es una adivina, ¿Y qué crees? Adiviné.
Al principio no dijo nada, y se limitaba a andar por el patio sin hablar con nadie. Si acaso, contestaba los saludos con una inclinación de cabeza. Pero yo me di cuenta de que oía con atención todo lo que se decía a su alrededor. Y un día en que estaba el patio rebosante de gente y de chismes, se interpuso en el camino de la señora del 44, una mujer muy poquita cosa y muy asustadiza, y le dijo con voz potente y hueca: “¡Cuidado! Cuídate de ese hombre, que te va a llevar por el camino de la perdición”. La pobre mujer se estremeció de arriba abajo (eso no es muy meritorio, porque es chaparrita), se encerró en su casa; y en la tarde que la fue a visitar un señor que ya es habitual, lo echó con cajas destempladas, a gritos y tirándole cuanto encontró a mano. Y no me lo vas a creer, pero luego les dijo a las vecinas que ese hombre era agente de una casa de lenocinio (consulta el diccionario, porque a mí me da pena decirte lo que significa) y que se la quería llevar. Excuso decirte que todas las viejas la felicitaron por haber tenido el valor de echarlo de su casa y de su vida.
A raíz de eso, las vecinas empezaron a hacerle plática, y a visitarla. Y al poco tiempo, ya iban a consultarle sus problemas y a pedirle que les echara la buenaventura. Ella accedía, complacida, y les cobraba por el “servicio” (porque de algo tenía que vivir; que si no, se las echaba gratis, porque le caían muy bien). En unas cuantas semanas, se hacían colas a la puerta de la vivienda de Madame Sura (así dice que se llama, pero debe ser un nombre “artístico”). Y también venían de las vecindades cercanas.
¿Y el portero?, te preguntarás. El portero se presentó una noche, bastante tarde (para que no se dieran cuenta los vecinos) y le dijo que en la vecindad no podía lucrar; y que si lo hacía, justo era que compartiera sus ganancias con él. Y le fijó una cuota por cada persona que la visitara. Madame Sura no se inmutó, sino que entró en trance (o sea, se puso patitiesa y habló con voz ronca) y le dijo que el domingo tendría su respuesta. El portero se puso pesado con que quería una respuesta inmediata; pero la voz de Madame Sura se hizo casi un rugido, echó chispas por los ojos y le dijo que no la presionara. El portero se impresionó mucho, aunque lo disimuló bastante bien, y le dijo que la esperaba hasta el domingo, pero no más.
Yo me pasé esos días en la vivienda de la Madame, pues quería ver lo que iba a preparar para el domingo. Pero ella siguió con sus paseos por el patio, aunque sí noté que platicaba más con las vecinas, y cuando llegaba a su casa escribía algunas notas y pasaba algunos ratos pensativa.
Y llegó el domingo. Precisamente, el portero había citado a los vecinos a junta para discutir alguna tontería, así que estaban casi todos en el patio, sentaditos, esperando las palabras de la “autoridad máxima”. Y a las doce en punto, cuando el patio hervía de expectación, apareció Madame Sura, que por cierto se veía más alta (aquí entre nos, se puso unos tacones enormes, que no se le notaban porque llevaba una falda muy larga) y más desmelenada que nunca, y de un salto se plantó en el estrado, frente al portero. Este como que se chiveó (Diccionario Folklórico, por favor) un poco, pero aguantó como un buen torero y hasta la miró con ojos centelleantes (se había puesto un poco de diamantina en los párpados para la ocasión). Entonces, Madame Sura hizo unos giros rápidos, en que le revolotearon todas las túnicas y trapos que se había puesto, y con voz salida de las entrañas de la tierra, dijo:
-Cuidado con lo que haces, cuidado con lo que pides. Los hados te han sido favorables, pero se te pueden voltear. Y si exiges más de lo que debes, te secarás por completo, y ya no podrás regar a ninguna Flor. Ni siquiera a una hierbita.
El portero se quedó pálido, porque precisamente la Flor lo estaba esperando en la portería, y venía bastante alegre y jacarandosa, y no quiso ni imaginar lo que pasaría si se quedaba seco. Así que canceló la junta, alegando una leve indisposición, se tomó unos cuantos alipuses (te imaginas lo que son, ¿no?) y puso en acción la regadera.
Sin embargo, no se volvió a acercar a la Madame; la saludaba muy atentamente cuando se la encontraba en el patio, y la dejó hacer su negocio tranquilamente, Lo que puede una amenaza bien dicha, ¿verdad?
Bueno, mi amor, pórtate bien, y hasta la próxima.
Te quiere,
Cocatú
"
["post_title"]=>
string(17) "CARTAS A TORA 218"
["post_excerpt"]=>
string(0) ""
["post_status"]=>
string(7) "publish"
["comment_status"]=>
string(4) "open"
["ping_status"]=>
string(4) "open"
["post_password"]=>
string(0) ""
["post_name"]=>
string(17) "cartas-a-tora-218"
["to_ping"]=>
string(0) ""
["pinged"]=>
string(0) ""
["post_modified"]=>
string(19) "2021-03-26 09:52:52"
["post_modified_gmt"]=>
string(19) "2021-03-26 14:52:52"
["post_content_filtered"]=>
string(0) ""
["post_parent"]=>
int(0)
["guid"]=>
string(35) "https://ruizhealytimes.com/?p=63047"
["menu_order"]=>
int(0)
["post_type"]=>
string(4) "post"
["post_mime_type"]=>
string(0) ""
["comment_count"]=>
string(1) "0"
["filter"]=>
string(3) "raw"
}
["comment_count"]=>
int(0)
["current_comment"]=>
int(-1)
["found_posts"]=>
int(16)
["max_num_pages"]=>
float(8)
["max_num_comment_pages"]=>
int(0)
["is_single"]=>
bool(false)
["is_preview"]=>
bool(false)
["is_page"]=>
bool(false)
["is_archive"]=>
bool(true)
["is_date"]=>
bool(false)
["is_year"]=>
bool(false)
["is_month"]=>
bool(false)
["is_day"]=>
bool(false)
["is_time"]=>
bool(false)
["is_author"]=>
bool(false)
["is_category"]=>
bool(true)
["is_tag"]=>
bool(false)
["is_tax"]=>
bool(false)
["is_search"]=>
bool(false)
["is_feed"]=>
bool(false)
["is_comment_feed"]=>
bool(false)
["is_trackback"]=>
bool(false)
["is_home"]=>
bool(false)
["is_privacy_policy"]=>
bool(false)
["is_404"]=>
bool(false)
["is_embed"]=>
bool(false)
["is_paged"]=>
bool(false)
["is_admin"]=>
bool(false)
["is_attachment"]=>
bool(false)
["is_singular"]=>
bool(false)
["is_robots"]=>
bool(false)
["is_favicon"]=>
bool(false)
["is_posts_page"]=>
bool(false)
["is_post_type_archive"]=>
bool(false)
["query_vars_hash":"WP_Query":private]=>
string(32) "3a00c8f696fd6b7a1f10b78fdbe08b1c"
["query_vars_changed":"WP_Query":private]=>
bool(false)
["thumbnails_cached"]=>
bool(false)
["stopwords":"WP_Query":private]=>
NULL
["compat_fields":"WP_Query":private]=>
array(2) {
[0]=>
string(15) "query_vars_hash"
[1]=>
string(18) "query_vars_changed"
}
["compat_methods":"WP_Query":private]=>
array(2) {
[0]=>
string(16) "init_query_flags"
[1]=>
string(15) "parse_tax_query"
}
}