¿Le preguntas o le respondes a la vida?

Regularmente solemos preguntarle a la vida: ¿por qué me pasa esto, por qué debo experimentar esto otro, por qué me pones frente a esta situación dolorosa? Pero muy rara vez nos ponemos a pensar que la vida, con su transcurrir, nos está haciendo preguntas. Partiendo de esta premisa, ¿cómo es que te gustaría responder?

Por ejemplo: si de pronto la vida te pone frente a una enfermedad delicada o que requiere cierta atención, una buena técnica para salir avante ante dicha circunstancia es preguntándote qué tipo de respuesta darás ante ese cuestionamiento. ¿Responderás con una queja?, ¿responderás con responsabilidad haciéndote cargo de tu salud?, ¿responderás con enojo al pensar que la vida te está enviando un “castigo” ?, ¿responderás con sabiduría cuestionándote qué aprendizaje puedes obtener?

Pensar de esta manera te brinda una herramienta más para gestionar los momentos dolorosos y las adversidades que también son parte de la vida. Igual que como una moneda, tu vida también tiene dos caras y hay que aceptarlas, te gusten o te disgusten. 

Recuerda que son los momentos más complejos los que hacen que te detengas, que cambies el orden de tus prioridades y que reflexiones acerca de tus decisiones. Y eso es positivo para tu vida. 

¿Qué piensas acerca de estas ideas? Te animo a contarme y a compartirlas con tus seres queridos. 

¡Hasta la próxima!

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