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Las pequeñas cosas: viuda negra

¿Por qué es relevante una historia ficticia de superhéroes?

11 de abril, 2022

“Míralas. Estas chicas eran basura. Las arrojaron a la calle. Yo reciclo la basura. Les doy un propósito. Les doy una vida”.

– Dreykov / Black Widow (2021).

El manual (inexistente) de las tendencias en RsSs (redes sociales) que se distinguen mediante el símbolo # (hashtag), indica que para alcanzar popularidad se debe hablar de los temas que se encuentran en el “ojo del huracán” por ejemplo: guerra, pandemia, revocación, consulta ciudadana, feminicidios, cambio climático o inflación entre otras. Los principales medios de comunicación desbordan información al respecto así que a nadie le extrañará encontrarse en este espacio con una temática diferente pero que ha estado vigente desde diferentes aristas: las mujeres.

Habitualmente utilizo referencias cinematográficas porque el cine además de ser arte también es un medio masivo de comunicación en tanto su función social y/o propagandística. En este caso toca echar un vistazo a la producción estadounidense “Black Widow” (2021) que pertenece al universo de superhéroes de MARVEL y en la que conocemos el origen del personaje femenino que pertenece a la saga de historias de los Avengers. Como toda producción de acción está llena de escenas rápidas, pero toca con especial delicadeza la trama familiar y tiene movimientos de cámara en zoom in (acercamiento) que nos revelan la desprogramación (o despertar) de las mujeres reclutadas en la “Habitación Roja” para mostrarnos mujeres sensibles, libres, poderosas y esterilizadas que al final de la historia deciden unirse como en un clan liderado por la hermana del personaje principal.

¿Por qué es relevante una historia ficticia de superhéroes? Por su relación con un tema que ocupa la agenda de políticas públicas y que sigue inconcluso: la desaparición de mujeres y los feminicidios. Muy de cerca del final, Natasha (Black Widow) obtiene información respecto a las mujeres alrededor del mundo que han sido reclutadas para ser entrenadas como asesinas seriales a la orden de Dreykov y es justo en ese momento que vemos rostros y nombres en una tonalidad roja que nos remite a esas otras historias reales sobre trata de mujeres que sufren de violencia, que son obligadas a violentar y reclutar a otras y que también son esterilizadas. Puede ser que cualquier parecido con la realidad sea mera coincidencia o puede que no, cada quién que juzgue.

Black Widow nos mantiene alertas en todo momento y nos clava una espina difícil de extraer en un contexto pintado de rojo a nivel mundial, no por una pandemia o la guerra únicamente sino por la presencia de violencia en todos los ámbitos y a todos los niveles hacia las mujeres; sin embargo, Natasha logra suavizar el trago amargo al momento de reivindicarse y seguir su camino como vengadora para salvar a la humanidad.

Puede ser que resulte tardío el análisis de un filme que cumple casi un año desde su fecha de estreno, pero se hace vigente y necesario porque aún queda mucho por hacer en materia de género y violencia no sólo en el universo femenino sino en lo general como humanidad, porque no hace falta ser programados mediante un chip o un entrenamiento para darse cuenta de que cada vez nos queda menos sentido humano.

La ciencia ficción puede resultar todavía increíble, pero lo cierto es que la tecnología avanza a pasos agigantados y lo que existe en la mente de un creador de historias no puede estar muy lejano de la realidad, menos en nuestros tiempos cuando #laspequeñascosas de la vida empiezan a ser reemplazadas por superavances tecnológicos que en manos de mentes vacías o psicópatas lejos de buscar el bienestar de la humanidad se convierten en armas letales (basta con mirar al otro lado del mundo).

A manera de colofón: “Hija, hermana, vengadora” (Black Widow / 2021) es lo que se lee en la tumba de Natasha y pienso en todas las mujeres que somos hijas, madres, empresarias, profesionistas, líderes, soldados, heroínas (aunque no de MARVEL) y que desde nuestros diferentes roles aportamos nuestro granito de arena al mundo. Ojalá que deje de ser necesario morir para ganar el reconocimiento por nuestra labor a la sociedad. Ojalá dejemos el discurso manchado de rojo para buscar el equilibrio.

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