Las posadas son parte del sincretismo religioso y fueron el medio de evangelización de los pueblos mesoamericanos. Lejos muy lejos estamos de imaginar siquiera lo que significó en su momento pasar de una religión politeísta a una monoteísta y lo que implicó el proceso del cristianismo venido desde Europa; sin embargo, actualmente las posadas son el mejor pretexto para reunirse, festejar y olvidarse de la cruda realidad en medio de música y diversión porque los villancicos, las piñatas, la colación y los aguinaldos han perdido vigencia.
El día 16 de diciembre inicia la temporada de posadas en alusión a los nueve meses de gestación hasta el nacimiento de Jesús. Es una fecha que coincide con el inicio del periodo vacacional en las escuelas y en algunas organizaciones, es el tiempo también de las compras de pánico para conseguir los mejores regalos o de ayudar a Santa Claus a dar juguetes a los niños.
Nos quedan nueve días de un año extremo, extraño y exótico, deberemos incluir en los propósitos de año nuevo coherencia y sentido político para todos y con ello, lograr un proceso electoral justo, informado, equitativo y favorable para el país.
Es el precierre del año y es importante cumplir con las obligaciones fiscales, cerrar ciclos, terminar con lo que ya no es útil para seguir avanzando y tomar un periodo de hibernación como hacen los osos, deshojarse como hacen los árboles y pausar la actividad, disfrutar del periodo vacacional y atesorar la convivencia familiar. Son tiempos de guardar reservas y el clima nos obliga a permanecer en casa.
Difícil es recuperar la fe en tiempos tan siniestros y controversiales como los actuales; sin embargo, parte de #laspequeñascosas es justamente encontrar una razón más allá de ser uno mismo y que permita creer, confiar, compartir, agradecer y disfrutar de la vida no sólo porque es época navideña sino porque estamos vivos y aquí nos tocó vivir.
A manera de colofón
Nos encontramos ante el final de una era con la desaparición de referentes en todos los ámbitos, con la ruptura de viejos cánones y aunque el cambio siempre es bueno porque implica movimiento quizá sea conveniente recuperar algo de lo que se ha perdido y que tiene que ver con algo esencial y básico como las buenas maneras y los valores, con el cumplimiento de reglas y la aplicación de la ley; una ley justa y no manipulada a modo de intereses personales porque así como va el mundo ahora parece que estamos en manos de gánsters. Ojalá que la época navideña alcance para reflexionar y motivar al cambio en modo positivo y para ir hacia adelante, no en retroceso.
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