Las pequeñas cosas: nantli

Lo que yo vi fue a una mujer que ambiciosa o no, impulsa a un hombre a ocupar el lugar que merece dentro de una dinastía poco honesta.

9 de mayo, 2022 Las pequeñas cosas: nantli

“Para toda mujer, decidir ser mamá es una elección única y personal.” Yo, Mamá, Editorial Acribus, 2015.

A mi mente vienen los recuerdos de aquellos años de infancia en los que celebrar el 10 de mayo equivalía a participar en los bailables que formaban parte del festival escolar y lo cual garantizaba buscar trajes típicos, aprenderse los pasos y las coreografías y pasado el suceso revisar las fotografías que mi padre capturaba del evento. Así que vestí algunos trajes típicos de Oaxaca, Michoacán, Estado de México, Brasil, Guerrero y Tamaulipas, quizá me motivaba más el espíritu dancístico que la celebración en sí pero tampoco puedo asegurarlo. El hecho es que mi memoria me manda esos recuerdos y no puedo evitar preguntarme qué significaba para mi madre ese día.

Tengo una madre biológica de la cual me separé a los seis meses de edad cuando fui a vivir a casa de mis tíos. Mi tía (hermana de mi mamá) se convirtió en mi segunda madre si no es que en la única dado que fue a la que vi todos y cada uno de los días en que mi madre biológica no estuvo conmigo, aunque siempre supe que su ausencia se debía a la precariedad en la que vivía y a su horario laboral que le impedía cuidarme y dedicarme su tiempo completo. Así que soy la hija de una madre soltera y trabajadora pero también lo soy de una madre que me dedicó todo su tiempo y que acompañó mis días y mis noches (y digamos que para la década de los ochentas aún no se hablaba de matrimonios homoparentales o al menos, no eran el centro de la atención). 

Y así fue como crecí entre dos modelos maternales muy diferentes y opuestos. De un lado existió siempre la bondad y el consentimiento; del otro, la exigencia y la disciplina, pero ambos se complementaron de tal forma que hicieron de mí la mujer que ahora soy sin juzgar si fue bueno o malo.

Como preámbulo a la acostumbrada celebración por el 10 de mayo a nivel nacional, me permití escribir estas líneas en primera persona porque me siento cómoda en la autobiografía y porque sigo creyendo en la trascendencia de la maternidad como punto central de la crianza y acto vital en tanto que se trata de la gestación de vida, lo cual no es poca cosa. Por ello es que he escrito aquí, aquí, aquí y aquí al respecto y lo seguiré haciendo en tanto se me permita utilizar este foro para poner el tema sobre la mesa desde la experiencia personal pero también a partir de la reflexión respecto al impacto que el ejercicio de maternar tiene en la sociedad.

Durante el tiempo de gestación de mi unigénito leí cierta cantidad de artículos y libros. Vi hermosos documentales sobre la vida de las madres en la naturaleza y sus procesos biológicos de reproducción, los cuales me maravillaban y me ayudaban a imaginar qué tipo de mamá quería ser. Cuando él nació, todo lo imaginado se quedó en el olvido porque el primer descubrimiento es que no hay recetas, no existen manuales y no es posible una forma única de ser madre porque no se trata de un molde que se adquiere en la tienda. Se es la madre que se puede ser con todos los miedos, tabúes y críticas habidos y por haber, con la presión social de quienes se asumen como superiores porque tienen la teoría pero no la práctica y porque todos son los mejores padres hasta que les toca ejercer el rol en primera persona.

No es posible un modelo único porque la vida no surge en moldes, la vida es con sus negros, blancos, grises y colores. Y sí, queda mucho por aprender, por corregir, por aportar y principalmente, queda mucho por abrigar, apoyar y acompañar a las madres en un mundo hostil en el que hay más padres ausentes cada vez (lo cual no me toca juzgar porque cada cual sabrá el lugar que le toca) y menos empatía para quienes son madres solteras por elección o por abandono de las parejas.

Hace falta poner a la maternidad en su justo lugar porque “ser madre hoy debe considerarse como una forma diferente de enfrentarse a la vida sin perder la identidad como mujeres independientes de la época moderna, revalorizando y defendiendo la función que tenemos en la sociedad en tanto raíces de nuestra sociedad futura” (Yo, Mamá / Ed. Acribus) y porque la experiencia de maternar es una de #laspequeñascosas que dan sustento, forma y amor incondicional a la vida.

A manera de colofón: En 2016, como consecuencia de la publicación de mi primer libro autobiográfico “Yo, Mamá” y con ayuda de un súper amigo artista y diseñador gráfico abrí un espacio digital al que llamé Nantli = madre en náhuatl según registros de Fray Bernardino de Sahagún, y me di a la tarea de conectar con otras madres para realizar toda serie de actividades en torno a la maternidad. El resultado fue más que satisfactorio y aleccionador porque una nunca deja de aprender cuando se es madre, lo primero que ocurre es reconocerse como mujer y reencontrarse con la esencia propia para luego ir haciendo camino al andar por el sendero de la crianza porque es un rol para toda la vida con fecha de inicio pero sin final y es también una aventura, un reto, un aprendizaje y sobretodo un acto de rendición ante el amor inocente de un nuevo ser que requiere de toda nuestra atención, dedicación y mejor versión de nosotras mismas.

Comentarios


Las pequeñas cosas: todo mal

“Por ti bella Mariana, por ti lo puedo todo, el mundo entero si me mandas te lo pongo de otro modo…” –...

marzo 4, 2024
¿Eres responsable de tu vida?

¿Eres responsable de tu vida?

El hecho de ser adulto no implica que lo seas.

marzo 28, 2024




Más de categoría
¿Eres responsable de tu vida?

¿Eres responsable de tu vida?

El hecho de ser adulto no implica que lo seas.

marzo 28, 2024

Las pequeñas cosas: percepción

“Volverá a mí la maldita primavera” – Yuri.

marzo 25, 2024

Nuestro tiempo de campeones

Independientemente de nuestras habilidades y capacidades físicas, todos hemos vivido nuestro propio tiempo de campeones. Lo importante es tener...

marzo 18, 2024

Las pequeñas cosas: cuatro años después

“Mi delito es la torpeza de ignorar que hay quien no tiene corazón…”. – “Y si fuera ella”, Alejandro...

marzo 18, 2024