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Las pequeñas cosas: nahui ollin

Los dioses prehispánicos, además de un nombre propio tenían uno calendárico, que era cuando se le festejaba y el nombre calendárico del Sol era Cuatro Movimiento.

21 de marzo, 2022

Elizabeth Cruz Ramírez

“La primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido”.

– Antonio Machado (1875 – 1939).

Oficialmente nos encontramos a dos años de distancia de aquel funesto 17 de marzo del año 2020 cuando nos enviaron a todos a confinarnos indefinidamente a nuestras casas. Las calles se quedaron vacías, los comercios cerraron sus puertas, las oficinas dejaron de encender la luz, las escuelas se quedaron sin estudiantes y los autos dejaron de circular, el silencio y el vacío permearon el ambiente durante los siguientes días, semanas y meses; se perdió la primavera o nos perdimos de ella (y con ella). Dos años después nos encontramos de frente a la celebración primaveral todavía con vestigios pandémicos pero en cierta medida “libres” (no me toca juzgar si es o no lo correcto).

Jesús Galindo Trejo (doctor en Astrofísica e investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM) explica: “La Tierra surgió de la nebulosa primigenia del Sol y en algún momento, cuando evolucione, en cuatro mil 500 millones de años, que entre a una fase en la que transforme su combustible interno, crecerá de tamaño; ya no será amarilla sino roja y podrá absorber a la Tierra. El origen y el fin está en el Sol (…) los dioses prehispánicos, además de un nombre propio tenían uno calendárico, que era cuando se le festejaba y el nombre calendárico del Sol es Cuatro Movimiento, Nahui Ollin. Algunos consideran que es una indicación de que las salidas en los solsticios como las puestas forman, justamente, ese diagrama en forma de ‘X’, que indicarían los cuatro movimientos extremos del Sol”.

En la actualidad, los avances científicos y tecnológicos han dejado en el olvido los mitos, ritos y costumbres que se tenían en diferentes culturas a lo largo y ancho de la tierra, pero todavía es posible presenciar algunas celebraciones en torno a un fenómeno astronómico que marca el fin del invierno (o la oscuridad) para dar paso a la luz con la llegada de la primavera. Entre los diferentes mitos encontramos el de Perséfone (hija de Zeus y Deméter) quien es secuestrada por Hades y se convierte en la diosa del inframundo: “La leyenda cuenta que el origen de la Primavera radica precisamente en este rapto, pues cuando Perséfone es llevada a los Infiernos, las flores se entristecieron y murieron (simbólicamente se relaciona con la temporada invernal), pero cuando regresa, las flores renacen por la alegría que les causa el retorno de la joven.”

La conexión de la humanidad con la naturaleza es intrínseca; si acaso hemos olvidado atender a nuestro reloj biológico y seguir los ritmos circadianos por el ritmo vertiginoso en el que ocurre la vida en las metrópolis, pero si prestamos un poco de atención y nos detenemos a observar notaremos que nuestro organismo reacciona a los estímulos externos como el cambio de horario, la salida del sol, las fases lunares, el frío, el calor, etc. y parte de esa conexión especial también tiene que ver con los rituales que realizamos en cada época del año sin profundizar en religiones que es parte de otro tema.

Disfrutemos hoy de todo aquello que nos fue negado hace dos años, sonriamos al amanecer, disfrutemos los rayos del sol en la piel (aunque no sea en la playa), cantemos como lo hacen las aves, florezcamos desde el corazón, demos oportunidad a que #laspequeñascosas de la vida nos ayuden a iniciar una nueva etapa en nuestra vida y permitamos que todo lo bueno simplemente suceda porque de lo malo se encargan nuestros líderes nos guste o no y la primavera no es un momento para deprimirse sino para disfrutar y sentirse más vivos que nunca.

A manera de colofón: si usted ha escuchado la palabra “Holi” como saludo sepa que existe una celebración hindú del norte de la India que suele durar todo el día y la noche al llegar la primavera, la cual lleva por nombre Holi. Nowruz (Nuevo = no / Ruz = día) se celebra como el primer día del calendario iraní y coincide con el equinoccio de primavera, se trata de un nuevo día que simboliza la nueva vida, los nuevos comienzos y el renacimiento de la naturaleza. Me gusta creer en que este año como ningún otro es nuestro momento “nowruz” y que basta con tener los brazos abiertos para dar paso a una nueva vida pues según las tradiciones, el inicio del año es marcado en realidad por la llegada de la primavera. Así que ¡Feliz inicio de año solar!

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