“Chango, chino, chiflador… Ya no chifles a tu china changa…”. -Valentín Rincón, Artista musical
Seguimos por la ruta del dígrafo “ch” porque decidí darle un matiz diferente de todo lo que se lee en redes sociales, porque el año se nos termina y corre como agua entre los dedos pero además y porque conviene distraernos un poco de la nota roja, politiquerías, dimes y diretes entre líderes de opinión además de la enorme falta de sentido crítico para equilibrar las posturas radicales que permea en el ambiente y porque ser madre también implica una responsabilidad social con las infancias “en tanto raíces de nuestra sociedad futura” (Yo, Mamá. Ed. Acribus). Y por ello es importante revisar las opciones que se tienen para brindar más y mejores herramientas a los niños, pues son ellos los que deberían importar en las agendas de las políticas públicas.
Afortunadamente, el arte y la cultura se abren camino desde la autogestión y la colaboración ofreciendo diversas propuestas para todos los públicos y es ahí donde las infancias encuentran aliados a través de lo lúdico que representa para ellos el juego natural, como los trabalenguas que les permiten una mayor agilidad lingüística y los prepara para la comprensión lectora, además de aportarles herramientas para desarrollar la memoria. El trabajo de Valentín Rincón inició en la década de los setenta con la formación del grupo los Hermanos Rincón, arropados por Radio UNAM y su prolífica carrera dio a luz diversos materiales de divulgación. De su autoría es el tema “Chango, chino chiflador” (la frase que encabeza la presente colaboración) porque las cosas chiquitas, chidas y chulas están en todas partes si se les aprende a mirar.
Chiflados (persona que ha perdido el juicio o que está muy enamorada de una persona o le gusta mucho una cosa) están los políticos que sólo persiguen sus intereses y aspiraciones personales, pero más lo están todos aquéllos que les hacen “más gordo el caldo” porque ya nadie les cree, todos están cortados por la misma tijera y no aceptan que la clase política ha perdido credibilidad y ser político hoy ya no es motivo de orgullo porque se olvidaron de quienes les entregan su voto. Cada día hay más y más fallas en los servicios públicos: transporte, salud, educación, vialidades. No entraré en camisa de once varas porque suficiente polaridad existe ya por todas partes; no me siento representada, punto.
Chanchullo (Acción de una persona o acuerdo secreto entre varias personas para, de forma poco clara, conseguir un beneficio sobre un asunto en perjuicio de otros) el que hicieron con la línea 12 del metro al no enjuiciar a los responsables de tal acto de corrupción. Hace unos días se nos informó que se espera la reapertura del tramo subterráneo para el mes de enero 2023, ojalá que nos cumplan aunque eso no borra el daño provocado ni las pérdidas humanas pero aquí nos tocó vivir.
El chiste (Dicho, ocurrencia o historia breve, narrada o dibujada, que encierra un doble sentido, una burla, una idea disparatada, etc., y cuya intención es hacer reír) en tiempos de Freud fue su punto de partida para analizar los comportamientos de represión tanto del individuo como de la sociedad, escribió: “Todo chiste, en el fondo, encubre una verdad”, lo cual me remite al dicho popular: “Entre broma y broma, la verdad se asoma”. Vivimos en la era de las redes sociales, rodeados de memes en torno a la realidad que nos aqueja, todo es motivo de un meme porque es la forma en que expresamos la hostilidad respecto a una situación o persona en particular, por medio de la risa descargamos tensión y distraemos la atención. Los chistes se albergan en el inconsciente y son a la vez, un mecanismo de defensa. ¿Para qué llorar si podemos reír? Jodorowsky escribe: “Un perro hambriento encuentra un hueso. Éste está tan viejo, duro y lleno de esquirlas, que le hiere las encías, las cuales sangran abundantemente. Saciado, el perro piensa: “¡Qué delicioso hueso! Es un regalo”. Y cuanto más come, más sangra” (La sabiduría de los chistes. Ed. Grijalbo Mondadori).
A manera de colofón: no tengo espíritu deportivo pero me declaro seguidora de la NFL y sus equipos sin tener uno favorito. Mi padre seguía todos los partidos en cada temporada y en mi recuerdo de la más temprana infancia tengo las voces de Pepe Segarra, Toño de Valdes y Enrique Burak fijas como parte del ritual que era el partido de los lunes por la noche. Uno nunca sabe la trascendencia de un acto cotidiano hasta que no existe más. Papá murió en 2019 y desde entonces, no miraba un solo partido de futbol americano, no tenían sentido. Este año, el sentido regresó y amo que sea así, hay una emoción nueva cada fin de semana y a eso, le llamo vida. La vida es cíclica y algo debe morir para que lo nuevo nazca y lo nuevo está aquí y ahora. ¡Gracias vida!
Amada menopausia, un dos tres por mí y por todas mis amigas
La menopausia no es una enfermedad, es una condición y así como a las embarazadas se les trata con...
noviembre 19, 2024El secreto mejor guardado para ser feliz
Una fórmula que le dará nueva dirección a tu vida.
noviembre 14, 2024Sobreviviendo
La adversidad es la mejor escuela… los héroes solo se forjan bajo el manto de una gran lucha.
noviembre 8, 2024Cuatro formas de asegurar la felicidad
¡Hola! Bienvenido a este espacio pensado especialmente para ti. Hoy te hablo de un tema que a todos interesa,...
octubre 31, 2024