Desde hace unos años escuchamos hablar tanto de esta palabra, que hasta parece que fuera parte de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, no debemos acostumbrarnos a vivir bajo esta sensación que produce tensión física o emocional, pues si esto se vuelve un patrón puede llegar a afectar seriamente nuestra salud.
Las causas que producen el estrés son muy variadas: sobrecarga de trabajo, falta de dinero o su mal manejo, contexto externo, algunos cambios hormonales, la muerte de un ser querido o la propia y un largo etcétera.
Ante el estrés el cuerpo responde con:
- Presión arterial alta
- Poca concentración, mala memoria
- Tensión en músculos
- Latidos acelerados, entre otros síntomas.
Los especialistas también señalan que el estrés permanente produce que las defensas del cuerpo bajen, lo que hace que enfermemos de manera frecuente. En casos graves, el estrés deriva en depresión, enfermedad que va de la mano con la ansiedad.
Para prevenir el estrés, te propongo practicar lo siguiente:
- Ten muy claro lo que puedes controlar y lo que no. Recuerda que lo externo es incontrolable pues todo el tiempo está cambiando, por lo tanto, es inútil tratar de ejercer control sobre eso. Lo que viene de tu interior está 100% bajo tu mando.
- Desconecta del mundo exterior y virtual, de vez en cuando. Cuando estás en contacto con tu interior, con tu mundo espiritual, el estrés no tiene cabida pues te escuchas y encuentras las respuestas a tus preguntas, sin agobiarte.
- Deja ir el pasado y no te angusties por el futuro. El primer tiempo sólo vive en tu imaginación y es mediante tu pensamiento que viene a ti; el futuro no existe. A menudo nos estresamos por pensar en algo que muy probablemente nunca sucederá.
- ¿Ya soltaste pasado y futuro?, genial, ahora céntrate en el presente, el único tiempo en el que es posible disfrutar del mundo real, de todo lo que la vida ofrece.
- Medita, con esta práctica aprenderás a calmar tu mente; de manera automática tu cuerpo también se tranquilizará. Ojo, meditar no quiere decir tener la mente en blanco, eso no sucede. Meditar nos ayuda a transformar nuestro diálogo interno para sentir bienestar.
- Céntrate en tu vida y no te entrometas en la vida de los demás. Esto te traerá paz y hará que uses tu energía para cumplir tus objetivos y metas.
- Presta atención, más que a lo que te sucede, a cómo lo estás interpretando. De la historia que te cuentes y de los pensamientos que tengas dependerá tu estado de ánimo.
- Considera que la vida tiene momentos maravillosos pero también implica retos (quita de tu mente las palabras problemas/conflictos). Todo sucede para algo. Recuerda: la vida no es una lámpara de Aladino, estás aquí no para que te complazcan sino para hacer algo grande con tu vida.
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