3 maneras de resignificar una adversidad

¡Hola! Te doy la bienvenida a este espacio. ¿Cómo te encuentras hoy? Deseo que todo marche bien.

El libre albedrío, es decir, la capacidad que tenemos todos para decidir, es el regalo más grande que se nos concedió a los seres humanos. En esto radica nuestro poder. Tal vez te estarás preguntando “yo nunca decidí que muriera mi ser querido” o “nunca decidí que me corrieran de mi empleo”. Es cierto, hay acciones que no están en nuestra mano decidir, como la enfermedad y la muerte, entre otras. ¿Pero te digo algo? Lo que siempre puedes decidir es tu actitud. Por eso, la primera clave para resignificar tu realidad es:

1. Saber que lo que más te afecta no es lo que te sucede sino cómo lo estás interpretando. Para darle la vuelta a una situación también dale la vuelta a tus pensamientos. ¿Cómo? Ejemplo: “Fulanito/a me dejó, no tengo valor o seguro no soy suficiente para él/ ella. Dale la vuelta a: “Fulanito/a tomó una decisión y se fue. ¿Qué puedo hacer yo para sentirme bien conmigo misma/o y quererme mucho durante este proceso que me duele, pero que hoy decido que me construye en lugar de destruirme?”.

2. Hazte preguntas poderosas como: ¿De qué manera esta situación podría fortalecerme? ¿Cómo puedo mejorar mi vida a partir de lo sucedido? ¿Por qué estoy viendo esta situación de esta manera? ¿Qué puedo aportar a esta situación para elevar mi estado de consciencia? ¿Qué vida deseo manifestar para mí en este momento?

3. Actúa porque lo sientes y no porque alguien te lo impone. Si en este momento sientes que no estás pudiendo gestionar lo que te sucede te animo a que cada que puedas, te otorgues un momento a solas. Cierra tus ojos y escucha los latidos de tu corazón; si eres constante poco a poco aprenderás a escucharTE y encontrarás las respuestas, pues todo lo que buscas está dentro de ti.

Una adversidad tiene sentido cuando logramos darle la vuelta, cuando somos capaces de movernos para tener otra perspectiva. Si sientes que te está costando mucho trabajo pide ayuda ¡no estás solo/a!

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