No hay nada más desesperanzador que ver el futuro de un niño truncado por no tener posibilidades de estudiar. Las causas son múltiples: pobreza, crimen, abandono… y ahora le tenemos que sumar la pandemia a los factores que contribuyen a esto.
De acuerdo con un informe publicado por la UNICEF y la Organización Internacional del Trabajo, a nivel global hay 160 millones de niños y niñas de entre 5 y 17 años que realizan trabajos peligrosos o actividades económicas inadecuadas para su edad. Esta cifra representa un 6% más que la que se reportó en 2016. Casi todo este retroceso se dio en el África Subsahariana, donde casi 87 millones de niños se encuentran en esta situación.
El trabajo infantil es una violación a los derechos humanos que genera daños físicos y psicológicos para toda la vida. Con el tema de la pandemia y sin las medidas adecuadas, es probable que las cifras de niños en situación de trabajo infantil superen los 200 millones el año que entra.
¿Cómo está nuestro país en este tema? Este es un problema que no ha sido atacado de raíz por los gobiernos estatales ni por el gobierno federal, ya sea el actual o los anteriores. La Encuesta Nacional de Trabajo Infantil muestra un incremento de 3.2 millones de niños y niñas a 3.3 millones de 207 a 2019, y esto fue antes de que la pandemia se convirtiera en un factor.
Este 2021 fue declarado por la ONU como el Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil, y la Organización Internacional del Trabajo proyecta que la pandemia afectará de tal manera a niños y niñas que la cifra de quienes se ven expuestos al trabajo infantil se incrementará de 3.3 a 5 millones de niños y niñas.
Esto quiere decir que el avance, poco o mucho, que se había tenido en 10 años se fue a la basura, y que niños y niñas son, como siempre, los más vulnerables ante tragedias como estas. El hecho de que haya 5 millones de niños y niñas trabajando no quiere decir que haya 5 millones de ellos ganando dinero, y eso incrementa el tamaño de la tragedia. En 2019, el 81% de las niñas y 70% de los niños que trabajaban no recibían un salario o recibían un salario mínimo. Muchos de ellos contribuyen a la economía familiar con su trabajo o son víctimas de abuso de empleadores o del crimen organizado. A finales de 2020, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos incluyó a México en la lista de países con peores formas de trabajo infantil.
Es hora de que el gobierno diseñe políticas públicas a favor de la niñez y las lleve a la práctica. La Encuesta Nacional de Trabajo Infantil del INEGI se pudo hacer gracias a recursos aportados por Estados Unidos porque el gobierno de México ya había destinado esos recursos para otras cosas. La niñez y su bienestar no son susceptibles de ahorros. No es justo y nos encamina a un futuro nada promisorio.
Bipolaridad y bilateralidad
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