Los pueblos que desconocen su historia están condenados a repetirla.
Conocer historia no consiste en memorizar unas cuantas fechas y lugares, hechos trascendentes, biografías importantes aceptando como fatales las cadenas de hechos que nos han traído al momento actual.
Se requiere tener la visión completa, reflexiva, de los acontecimientos que han marcado cambios de rumbo o de sentido de los acontecimientos pasados, identificar causas, acciones y consecuencias; cambios en las pautas conceptuales y reales de comportamiento, analizar cuáles son las que han pasado a formar parte de nuestro inconsciente colectivo marcando nuestra personalidad como nación y la manera que nos afecta como grupos, familias y personas.
Hoy tenemos un nuevo gobierno que propone una cuarta transformación, aunque muestra serias características de gatopardismo, la necesidad social de cambio es tan profunda que la probabilidad de que se de esa cuarta transformación es cada vez más elevada.
Y es el momento de reflexionar acerca de las primeras tres transformaciones a las que pretendo añadir una notas de ficción histórica basadas en el imposible hubiera.
El nacimiento de nuestra mexicanidad lo tenemos en la llamada conquista, la cual yo miro como la primera revolución contra la dominación cruel y sangrienta ejercida por un pequeño imperio en desdoro de todos los pueblos tributarios que vivían en constante temor por la exacción de sus bienes tributarios y la pérdida de parte de sus mejores vidas extraídas para esclavitud o sacrificio.
El decir pequeño imperio no menosprecia la cultura mexica sino trata de dimensionarla adecuadamente con referencia a imperios anteriores, sin duda mucho mayores y exitosos, como referencia podemos tomar las dimensiones de lo hoy conocido como Teotihuacán y su emblemática Pirámide del Sol contra las dimensiones conocidas del Templo Mayor de la ciudad de México. No tenemos referencia documental teotihuacana ni mucho menos evidencia arqueológica de referidas pirámides mayores, pero la evidencia es irrefutable: comparado sólo con el teotihuacano el mexica es un pequeño imperio.
En el momento histórico del encuentro de las dos culturas el sojuzgamiento de los pueblos aledaños marcaba las mayores diferencias y engendraba un rencor y frustración acumulada como el de la olla exprés a punto de superar sus límites de seguridad.
La fracción de cultura invasora extranjera que aporta su ADN a la formación de la mexicanidad vive un momento de soberbia expansión aunada a un complejo de superioridad después de la expulsión de los moros de su territorio y la unión de los Reyes Católicos para integrar una nueva nación en las formas que no en los fondos; España no es una nación integrada sino un grupo de naciones que hasta la fecha continúan separándose, son grupos artificialmente unidos en la inmadurez característica de una nación adolescente.
La catolicidad ignorante y poco arraigada en la actuación personal pero muy útil para enjuiciar los actos ajenos es un gran aglutinante y justificante de la intervención armada y encubridora de las verdaderas intenciones incultas de rapiña ocultas tras la enfermedad por el oro. Verdadera motivación de la conquista, auténtico valor que identifica la soldadesca ambición, la economía por delante el oro de indias que engrandecerá al Reino de España.
La avaricia, su sed de oro, poder y prestigio enfocada desde una óptica ruda, inculta e ignorante, impide tomar consciencia de la grandeza de toda una cultura a la que se enfrentan en el descubrimiento de una verdadera cultura. Pocos son, como Bernal Díaz del Castillo, quienes aceptan y se maravillan con el desarrollo político, social, económico, religioso y administrativo que posee el Imperio Mexica; aceptar humildemente con la superioridad de la cultura náhuatl y pueden maravillarse con los diques, calzadas, construcciones hidráulicas, templos y palacios contra lo que existía en el viejo continente, no desarrollado por españoles sino primordialmente heredado de la dominación islámica, incapaces de descubrir el arte y la belleza de orfebrería, joyería, arte plumario, literatura, educación, sensibilizarse con lo maravilloso de una cultura.
Denostar sin entender los sacrificios humanos que hoy horrorizan y que fue el gran error del Imperio Azteca pero que da un justificante para la “cristianización” más hipócrita de nuestra historia, apostolado falso, magnífico pretexto para el corrupto asesinato cobarde y vil de todos los según ellos corruptos.
Valga una descripción contenida en uno de los reportes a “Su Majestad” donde califican al pueblo azteca en un enfrentamiento bélico donde participan hombres y mujeres, ellas en su mayoría con el pecho descubierto, ya que eran jóvenes guerreras en formación y que al momento no se habían ganado el huipil de batalla y con esto se basa el cronista para calificarlas de prostitutas y a los hombres que respetaban a sus compañeras de armas y les permitían combatir codo con codo los tilda de homosexuales y cobardes.
Tenochtitlan cae víctima del aparente cumplimiento de sus profecías, ante una tremenda inferioridad tecnológica y numérica gracias a las alianzas de los salvajes conquistadores, falsos profetas de la luz de Cristo con los cultos pueblos resentidos por tanto tiempo a quienes traicionaron a su debido momento, sojuzgándolos a la sombra del gran Rey de España.
El nuevo orden social se engendra desde las encomiendas, fuera máscaras de evangelizador; el conquistador se concentra en explotar su botín, los indios a cristianizar son esclavos peor tratados que bestias de carga, exprimidos hasta su agotamiento, las mujeres, morenas, como las moras antes dominadoras de la península, forman el serrallo donde el conquistador viola y engendra en mujeres solas, deprimidas, privadas de compañía, explotada hasta la muerte; la mujer es proveedora de mano de obra sin cariño de padre ni respeto de hombre.
El dueño de casa pronto eleva su estatus hasta el grado en que se considera merecedor de un nombre y un lugar destacado en la sociedad, para lo cual requiere de una mujer pura casta y honesta, digna y orgullosa esposa con quien fundar su linaje y la manda a buscar a la casa matriz; ofrece riquezas, nombre, posición social. Las mujeres decentes no fácilmente acceden y las que se apuntan con presteza son aquéllas que carecen de eso que se les está ofreciendo y que mientras les llega su momento han dedicado su vida a proporcionar placeres a los aventureros que osan atravesar el océano.
La partida por la Patria comienza, sobre el tablero se encuentran alineados las blancas y las negras: los mestizos hijos de la violada, de la chingada, los que tienen que cargar con el trabajo pesado, explotados como camada de trabajadores cultivados con ese fin, con padre ausente y madre sumisa; en el otro lado del tablero se encuentran los criollos, herederos del nombre y de la fama, del fruto del trabajo del padre y los cuidados de la madre, que reciben los puestos de trabajo donde sólo cobran y no desquitan. Los hijos de puta. Que serán quienes disfruten de las prebendas y privilegios inherentes a su nombre.
La enconada lucha entre los hijos del mismo padre se plantea como resultado de la hipócrita y traicionera evangelización. Crímenes en el nombre de Cristo. Se genera una sociedad injusta con tendencia a mayor segregación, la clasificación en castas proyecta mayores poderes a los privilegiados y mayor desgracia a los desposeídos.
Dios no queda impávido ante tan desagradable resultado en donde ha sido utilizado su nombre para cometer tan graves injusticias, así que decide intervenir personalmente y lo hace de manera magistral enviando a su hijo no-nato en el cuerpo de su Santísima Madre, utilizando el lenguaje de los naturales que aprovecha el conocimiento deductivo de su existencia inmanente en la filosofía prehispánica y utiliza los signos de las palabras pintadas, señala el embarazo con el moño negro, el ángel que une las culturas y el esplendoroso anuncio de la inminente llegada del sexto sol en la persona del niño Jesús próximo a nacer y que oculta al quinto sol cuyos últimos rayos tímidamente asoman ocultos por la resplandeciente imagen, hoy todavía inexplicada, de Tonantzin Guadalupe la madre del Señor por quien se vive, del Tloque Nahuaque, Señor del cerca y del junto, del omnipresente quien a partir de ese momento inicia la verdadera cristianización y el encuentro con el Amor de Dios de los naturales un gran sincretismo sui géneris vigente hasta nuestros días, mantenido con la tradición oral y testimonial que nos identifica como mexicanos.
Lo anterior puede ser impugnado por las cultas mentes buscadoras de verdades racionales sin darse una oportunidad para entenderlas, pero la sencillez de nuestra nación postrada por millones ante la Guadalupana llega a lo más profundo de nuestra inteligencia emocional colectiva y paso a paso va marchando hacia una mejor integración de nuestro sincretismo.
Históricamente es innegable la trascendencia del hecho guadalupano que testimonia a partir del día del nacimiento de la mexicanidad, 12 de diciembre de 1531, se dan las conversiones en masa, superando con creces los esfuerzos de 10 años de falsa evangelización.
Seguiremos con una entrega de historia-ficción, en el imposible campo de los “si Hubiera”.
Pensar la vida
Construir nuestra vida a partir del planteamiento de un propósito nos permite insertarnos en el mundo a partir de...
noviembre 22, 2024México regresa al complejo escenario mundial
El regreso de México al escenario internacional se da en medio de una realidad global que se ha modificado...
noviembre 21, 2024Presupuesto educativo. Obras y no buenas razones
Si quieres conocer el valor del dinero, trata de pedirlo prestado – Benjamín Franklin
noviembre 21, 2024IMPULSA CLAUDIA SHEINBAUM UN GOBIERNO CON ENFOQUE HUMANISTA: SERGIO SALOMÓN
En México, la desigualdad y división que existían en el pasado van quedando atrás con una autoridad con enfoque...
noviembre 20, 2024