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Los Críticos de la 4T son Intimidados… ¿Correrán?

29 de septiembre, 2020

Prácticamente, todos los días, el presidente de México lanza, durante su conferencia mañanera una amenaza velada. Al parecer no ha entendido que es el presidente de todos los mexicanos, incluidos quienes no votaron por él. Debería procurar la unión de los mexicanos, pero está empeñado en crear un ambiente polarizado y, pues al parecer quiere que todos estemos de acuerdo con lo que él piense y su modo de actuar. Lo que él decide es la neta y eso es imposible.

La otra mañana se quejó de que muchos articulistas y columnistas lo golpean sin piedad. Presentó un informe de opinión de los siete periódicos más importantes de circulación nacional, en donde asegura que la gran mayoría opina negativamente respecto a su Cuarta Transformación. “Nunca, desde el Apóstol de la Democracia un presidente había sido tan criticado”, dice…

En efecto, en El Universal, de 10 artículos, todos eran negativos; en El Financiero de 10, nueve eran negativos. En suma, el 66.3% de la muestra fue en tono negativo (¿Negativo o que le llaman la atención?). Le señalan desacuerdos… y chance, algunos de los opinadores tengan razón. He leído artículos sesudos e importantes.

En cuanto a ángulos positivos, el presidente destacó que el periódico La Jornada lo “tratan bien”, aunque por allí leí que esa publicación sigue recibiendo un buen dinero en publicidad gubernamental. No lo sé, solo hay que recordar la famosa frase del presidente López Portillo “no pago para que me peguen” y pudiera aplicarse en este caso.

Así pues, la primera pregunta que surge es: ¿Qué no es deber del que expresa una opinión dictarla tal como la siente, de acuerdo con la información verificable que tiene a su alcance; de su experiencia; de su profesionalismo o de su prestigio? Si no fuera así, me parece que dicho individuo no tendría quién lo leyera. Un columnista serio siempre estará agradecido con las opiniones que recibe de sus lectores… y como todo en la vida hay que aprender de los que saben y en este terreno, hay que informarse del que está bien informado.

Personalmente, cuando alguno de mis lectores me llama la atención se lo agradezco. Últimamente he tenido alguna crítica de una persona —anónima— que está mal informada de quién soy. Lo leo, lo escucho, trato de dialogar, pero al permanecer en el anonimato, lo bloqueo. Así de fácil. Generalmente recibo buenos comentarios y eso también ayuda, aunque soy enemigo de la adulación que es alimento puro para la vanidad. Es fácil para los personajes públicos que reciben halagos, inflarse como globos, pues alimentan su ego y se sienten dueños de la verdad. Incluye a algunos que conozco. ¡Se vuelven insoportables!

Sin duda hay personajes que critican con fundamentos y el presidente, sobre todo, debiera estar agradecido. Podría servirle meditar si tienen razón. Solo por citar un ejemplo, está un artículo de un compañero de portal, especialista en temas de dinero. Es muy interesante lo que expresó, lo intituló Así no, presidente… Léanlo.

El mismo día en que Andrés Manuel presentó el informe, expresó:

“Me llena de orgullo el que se garantice la libertad de expresión. Esto no había pasado en mucho tiempo, los medios, la prensa, siempre o estaba vendida o estaba alquilada al régimen, y esto es nuevo. Algo para celebrar”.

¿Tendrá razón el presidente? No me queda duda de que algunos individuos se han beneficiado de su relación con los servidores públicos, que han contratado servicios profesionales con algún medio importante, y por ello son inmensamente ricos. Los así influyentes deben extrañar los privilegios que alguna vez tuvieron, pero no todos los opinadores son así. Lo bueno es que esa práctica… ¿ya se acabó?

La libertad de expresión es fundamental en una democracia, pero su importancia es que quien la ejerce, la haga valer. Lo cruel es que seguramente lo que expresan es cierto y no les van a hacer caso… Entonces, ¿de qué sirve? Y así, sin querer, se crea más polarización.

Para evitar otra revolución, como la que vivieron los mexicanos en tiempos del Apóstol de la Democracia Francisco I. Madero, es necesario escucharnos los unos a los otros. En la Revolución mexicana no hubo diálogo y cada quién jaló por su lado buscando “el poder”. La tercera transformación es “la revolución de las traiciones”, decía mi padre. Costó mucho… la cuarta, al parecer está costando en inseguridad y credibilidad. Y del PIB ya ni hablamos.

La lección queda y los detentadores del poder, en este caso Andrés Manuel López Obrador, deben llamar al diálogo a todos, incluyendo sus “adversarios”; tomarse un café con ellos y conciliar. AMLO puede empezar con Gustavo de Hoyos, líder de la Coparmex, que dice lo que piensa sin vergüenza ni miedo. Los movimientos radicales como el de FRENAAA expresan radicalización. ¡Preocupante!

La 4T debe agradecer y hacer caso al columnista que denuncie problemas, corrupción e impunidad, pues es con la intención de ponerles remedio. En mi opinión, hay demasiadas cosas que no van por un buen camino: el caso, del Hipódromo de las Américas, que tanto he comentado en este portal, es solo un pequeño ejemplo.

El presidente y su equipo cercano de colaboradores deben cambiar de actitud pronto, ¡Por el bien de todos…!

Ah… y sus críticos no van a correr, eso lo aseguro.

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