Las Elecciones y el Hipódromo. ¡Una Analogía…!

10 de junio, 2021

Enrique Rodríguez-Cano Ruiz

Las Elecciones y el Hipódromo. ¡Una Analogía…!

El Instituto Nacional Electoral (INE) organizó espléndidamente las elecciones del pasado domingo 6 de junio, que se realizaron con el esfuerzo de los ciudadanos ―un poco más de un millón de personas―. Héctor Aguilar Camín, quien fue presidente de una de las miles de casillas instaladas, confiesa que fue un esfuerzo sobrehumano. Con sus compañeros de casilla trabajaron de las 7:30 de la mañana hasta las 12.00 de la noche y de acuerdo con su dicho, todo el proceso fue muy complicado, ante las dudas, los funcionarios del INE les decían cómo resolverlas. Me pregunto si en las casillas rurales también tuvieron ese asesoramiento. En fin…

Para la próxima elección ―en 2024― es deseable que contemos con “voto digital” para disminuir las largas colas y desde un celular se pueda emitir el voto. Así se podría, tal vez, disminuir el elevado costo de la organización de las elecciones.

Aunque es muy pronto para conocer el resultado final, por los enroques e instrucciones que vaya a dar el alto mando del partido oficial, pudiera haber modificaciones en la composición de la Cámara de Diputados. Es un hecho que MORENA (y el presidente) pierden el 50% de la ciudad capital ―su bastión― y ganan la mayoría en elecciones a Gobernador, algunas muy cerradas, en los 15 estados que compitieron. Ya se emparejó con los gobernadores de la oposición. La señal es clara: MORENA ya no es la locomotora que arrasó en 2018.

Así las cosas, en el Congreso habrá fuerzas parejas. La coalición PAN-PRI-PRD y el independiente MC, podrían sentarse para pensar cómo “jalarse” al VERDE, que está compuesto de muchos jóvenes, que pudieran tener una mentalidad diferente al programa del partido del presidente, que han obedecido sin chistar y no le cambian ni una coma a las iniciativas que reciben del ejecutivo.

A su vez, Andrés Manuel López Obrador buscará afianzar las alianzas que tiene su partido, pero en mi opinión tendría que ampliar su visión y saber leer el mensaje, las señales de lo que pasó en la elección. Es evidente que hay un hartazgo importante en una buena parte del pueblo ―los que generan trabajo e impuestos― a su forma de gobernar.

En mi opinión, el presidente de todos los mexicanos va a tener que aprender a sentarse con las fuerzas vivas del país. Va a tener que reinventarse, si quiere pasar a la historia como un buen mandatario. Recursos tiene por la experiencia acumulada, pero tiene que dejar de ser su propia oposición, por el bienestar de todos los mexicanos.

Lo que queremos ver es, como le decía don Lucchecci a Michael en la película de El Padrino, que “todos nuestros barcos deben navegar en la misma dirección”. El país necesita crecer a tambor batiente y si las dos fuerzas –la oposición y el partido gobernante– no se ponen de acuerdo, los barcos van a llegar a distinto destino. ¡O no llegar!

En el Hipódromo de las Américas pasa algo parecido. Hay dos fuerzas que hacen posible el espectáculo: la empresa permisionaria ―que defiende su negocio, con graves problemas financieros y sin cumplir con su permiso― y los dueños de los caballos que con sangre, sudor, lágrimas, y mucho dinero de sus bolsillos ofrecen las carreras de caballos.

Los dueños de los caballos están representados, al momento, por cuatro asociaciones de caballistas y criadores que deben defender una industria. Cada uno tiene una visión distinta de cómo lograrlo, cuando teóricamente “todas nuestras naves deberían enfilar al mismo puerto”, lo que quiere decir: exigirle a la permisionaria que ofrezca muy buenos premios y también requerirle a la autoridad reguladora ―la Secretaría de Gobernación― formar una autoridad hípica impecable, pues la que tenemos deja mucho que desear. Lo he denunciado: es un negocio particular.

Estas asociaciones emiten y captan señales encontradas. Lo primero que deben procurar es buscar consensos, para obligar a la permisionaria a cumplir con las cláusulas de su permiso, por mencionar un ejemplo, el mantenimiento de la zona de caballerizas es infame. Cuando doña Alma Itzel de Lira ―mandamás de la Dirección de Juegos y Sorteos― haga una inspección a la zona, les va a revocar su permiso con toda justeza pues es un chiquero.

Así pues, a raíz de la denuncia que hizo el criador Salomé Gallegos, en donde le ofrecieron que sus caballos pudieran salvar las pruebas del doping, la revolución empezó, aunque el Hipódromo es una cueva de rumores. El rumor es que se han encontrado una serie de “positivos” en distintos caballos, tanto de cuadras importantes de caballos Pura Sangre como de Cuarto de Milla. El rumor es que ni se hacían las mentadas pruebas. Y mientras se sigan haciendo en lo oscurito es más grave. Los resultados deben hacerse públicos. El rumor es la peor señal que pueda haber en una casa de juego con apuesta, pues se esparce como la pólvora y el público aficionado, mágicamente, es el primero en enterarse y deja de apostar. Deja de asistir.

De manera semejante, como el Gobierno Federal y los gobernantes electos deben buscar acuerdos para el bienestar del pueblo, las asociaciones de caballistas y la autoridad reguladora deben exigirle a la permisionaria española CODERE (que es su accionista principal) que cumpla con el objeto del permiso que el gobierno federal le otorgó en 1997: impulsar la cría de caballos de carrera; lograr tener una hípica de calidad internacional; fomentar el turismo y cumplir con el Plan Nacional de Desarrollo generando empleos. En términos generales: ¡Hacer crecer la Industria Hípica!

El triste resultado es que CODERE ha acabado con la Industria Hípica de Carreras de Caballos y se debe ir…

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