García Luna, el narcopolicía

16 de febrero, 2023

Israel Aparicio

García Luna fue el exsecretario de seguridad pública vinculado con el narco en México

El trámite legal contra el exsecretario de seguridad pública, Genaro García Luna, está por llegar a su fin en la corte de los Estados Unidos de América (EUA) en un juicio más breve de lo que se pensó respecto a las expectativas gigantescas que se generaron. La fiscalía norteamericana acusa al ex poderoso secretario de conspiración de narcotráfico y delincuencia organizada, de mentir en sus declaraciones a autoridades estadounidenses, además de aceptar sobornos millonarios que ayudaron a la organización de Joaquín el “Chapo” Guzmán a introducir cocaína de forma ilegal al país. En los próximos días se conocerá el veredicto del jurado.

García Luna es el funcionario de más alto rango enjuiciado en EEUU en la misma corte de Nueva York donde fue sentenciado a cadena perpetua el Chapo Guzmán, por el mismo juez, Brian Cogan. García Luna fue considerado el superpolicía en los años sangrientos de la guerra contra el narco del presidente Felipe Calderón, quien infructuosamente ha intentado desligarse del que llegó a ser considerado su mano derecha. Importantes colaboradores del exsecretario de seguridad panista, ya que su meteórica carrera policiaca se inició con el expresidente Vicente Fox, han estado acusados de delincuencia organizada, algunos están prófugos y otros más han sido ajusticiados violentamente.

En el litigio judicial colmado de señalamientos, los fiscales lograron complementar las declaraciones de los testigos protegidos en torno a la tesis de que García Luna era beneficiario de sobornos del cártel de Sinaloa y del cartel liderado por Beltrán Leyva lo que provocó una terrible guerra entre carteles con consecuencias mortales ya conocidas y ampliamente documentadas.

Destacan las declaraciones de Jesús el “Rey” Zambada quien acusó directamente a García Luna de pagar 5 millones de dólares en un restaurante lujoso de la Ciudad de México, muy cercano a la embajada estadounidense, lugar donde reportes de inteligencia informaban de encuentros entre líderes de cárteles y autoridades mexicanas.

Las declaraciones del hermano del Mayo Zambada y del expolicia Raúl Arellano desnudan lo que se sabía a perogrullo sobre el control del aeropuerto de la ciudad de México, por parte del cartel para poder pasar droga y dinero cuando se ordenaba mediante radio a los agentes a cargo de García Luna, olvidarse de los protocolos de seguridad.

Sergio Villareal, alias el grande, por su estatura cercana a los dos metros, aseguró haber recuperado un cargamento de droga incautada al cambiar la cocaína empaqueta por ladrillos de harina con azúcar. Destaca el “Grande” que en alguna ocasión Beltrán Leyva secuestró al propio García Luna para advertirle que sabía que jugaba a dos bandos y que dejara de colaborar con el poderoso Cártel de Sinaloa.

La defensa por su parte solo llamo al estrado a la esposa del acusado, Linda Cristina Pereyra, quien buscó explicar el origen de las propiedades del matrimonio, en el periodo de acusación, ya que el Juez no permitió que los fiscales indagaran en la totalidad de la riqueza amasada por García Luna, luego de su retiro del servicio público y de su trabajo en EEUU como consultor de seguridad, donde también obtuvo jugosos contratos en el sexenio del también exiliado expresidente Enrique Peña Nieto.

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Con las audiencias de testigos concluidas, los cierres de la defensa y los fiscales, el siguiente paso es esperar el veredicto del jurado compuesto por ciudadanos estadounidenses comunes, a los que le es totalmente ajeno el complejo mundo del narcotráfico en México. Al no existir pruebas que hicieran contundentes las acusaciones bien formuladas de la fiscalía como videos y fotografías, el juicio no tuvo la espectacularidad esperada.

El ambiente político es sumamente propicio para el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ya que independientemente de la culpabilidad del super policía de la era calderonista, la imagen del resentido exmandatario está destruida, hundida en las cloacas de la historia.

En un burdo intento del abogado César de Castro por vincular a AMLO con el pago de sobornos para su campaña, resultó infructuoso ya que el propio Zambada negó dicha afirmación de la defensa. Sumado a que provocó un regaño del juez Cogan registrado en la versión estenográfica publicada, que desestima la ridícula acusación. Sin embargo, dicha calumnia fue compartida en redes sociales, por el propio Calderón y Vicente Fox, además de ser tema en portales propagandísticos que ya no tienen rigor periodístico alguno..

El solo hecho que el denominado superpolicía de la era panista enfrente un litigio internacional es significativo de la podredumbre institucional del sistema neoliberal, que fue cómplice del narcotráfico y de la violencia generalizada. Desafortunadamente sin este tipo de espectáculos a modo de los estadounidenses, no sería posible hacer visible las complicidades al más alto nivel que existen entre el narcotráfico y el gobierno mexicano de forma dolorosamente histórica.

Estos juicios ocurridos cada determinado tiempo demuestran también que la denominada operación Leyenda, realizada para capturar a los asesinos materiales e intelectuales del agente de la DEA, Enrique González Camarena, simplemente no han concluido debido al intervencionismo de las agencias estadounidenses en territorio nacional. Nunca como en el sexenio del “amnésico” expresidente Calderón operaron tantos agentes con el permiso o la abyección de su fatídico gobierno.

Con este proceso histórico se tira por la borda el mito genial de que existió una guerra contra el narco, con la narrativa bélica que pretendió justificar los abusos a los derechos humanos de muchas víctimas colaterales. Está ampliamente documentado que al exmandatario Calderón de poco le valieron las advertencias sobre que su todo poderoso exsecretario estaba coludido con el cártel de Sinaloa del Chapo Guzmán, y con el de Beltrán Leyva según se demostraría en el juicio. El general Tomás Ángeles Dauahare advirtió al entonces presidente Calderón sobre los nexos de García Luna con el narco, pero su acusación le valió estar preso 11 meses luego de su retiro. Fue exonerado al no encontrarse pruebas de las acusaciones de apoyar al cártel de los Beltrán Leyva. El ahora cardenal primado, Carlos Aguiar Retes, también le acercó información privilegiada que el acomplejado mandatario tampoco quiso atender.

El poderoso y multimillonario “zar antidrogas” calderonista, tiene deudas con la justicia mexicana que busca recuperar 750 millones de dólares de su fortuna mal habida. Es responsable de la corrupción, impunidad, traición a las instituciones mexicanas y sobre todo de la imparable violencia desencadenada en la febril idea, que sentenció al país a vivir en un calvario eterno con el narcotráfico. Ante estas acusaciones graves, el expresidente Calderón se ha limitado a decir que nunca estuvo enterado y que negaba los señalamientos que se dieron en su contra durante el juicio contra su exsecretario.

Los exsecretarios, funcionarios y políticos denominados como calderonistas aún tienen una fuerte presencia en la alianza opositora, además de buscar usufructuar el papel de algunas asociaciones civiles, desde donde se niegan o minimizan las acusaciones en contra de García Luna. El que se haya evidenciado los niveles de corrupción y podredumbre institucional asociada al narcotráfico y crimen organizado, desnuda la vileza y el daño que pretenden seguir infringiendo al país desde este grupo político que es un poder fáctico apátrida, cínico y peligroso para el desarrollo democrático.