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¿En realidad estamos tan mal?

Con sorpresa por lo inesperado, recibo la noticia que comunica el INFONAVIT en el sentido de que flexibiliza sus políticas… Con sorpresa por lo inesperado, recibo la noticia que comunica el INFONAVIT en el sentido de que...

10 de mayo, 2018

Octavio de Jesús Rebollar

Con sorpresa por lo inesperado, recibo la noticia que comunica el INFONAVIT en el sentido de que flexibiliza sus políticas…

Con sorpresa por lo inesperado, recibo la noticia que comunica el INFONAVIT en el sentido de que flexibiliza sus políticas a fin de que sus beneficiarios no tengan que saldar un crédito vigente para obtener uno nuevo en diferente ubicación, ciudad o calidad.

Lo anterior me lleva a reflexionar acerca del éxito de la institución que tanto dio que desear en sus inicios hace 46 años y cuya curva de aprendizaje nos costó bastante.

INFONAVIT es una muestra de que se pueden superar el burocratismo, el coyotaje, las cuotas partidistas, las movidas sindicales y puede ofrecerse a la ciudadanía una institución sólida, eficaz y eficiente, que paso a paso se supera y entrega cada día mejores resultados, supone el esfuerzo que nace desde la intención política del ejecutivo que propuso la manera en que se podía cumplir con el mandato constitucional, el legislativo que dio forma a leyes y reglamentos que lo hacen operable, el judicial que ha tenido que decidir innumerables controversias, los funcionarios de alto y mediano nivel y a un incontable número de empleados de oficina y campo que han hecho realidad la habitación para miles de derechohabientes sujetos de crédito y quienes hoy gozan de un medio que facilita integrar su patrimonio y que hoy tiene acceso a una opción diferente y mejor a mi parecer.

Es una de las Instituciones que el Lagarto quiere mandar al Diablo en su afán por denostar los gobiernos anteriores a fin de hacerse un lugar como salvador de los mexicanos.

Que hubo un tiempo cuando corrupción e impunidad campearon por los terrenos del INFONAVIT es indudable más hoy es una muestra de que esos males pueden superarse cuando existe la intención política de corregirlos; que se cometieron errores en construcción, en diseño, en ubicación, en asignación, claro que sí, hoy se han superado la mayoría y no se requiere destruir esta institución para superarla, se seguirán cometiendo, pero si existe recta intención cada día serán menos y menores y una gran mayoría de beneficiarios disfrutarán su prestación ligada a su trabajo esforzado, diario y honesto.

Similar opinión merece el IMSS que hace menos de un lustro estaba amenazado de quiebra y hoy ha pasado por las manos de hábiles y bien preparados jóvenes administradores que han logrado números negros en una labor que merecería un alud de votos para el que puso la cereza de ese pastel y se lanzó a la candidatura de la Ciudad de México.

Y ¿qué decir de la Secretaría de Hacienda? Que en los últimos años ha superado con creces las expectativas de recaudación, que además ha simplificado los trámites de pago de impuestos y con sorprendente celeridad realiza las devoluciones de lo cobrado en exceso.

Esta y otras instituciones son las que consumen el presupuesto ya que las cosas no se hacen solas, hay que pagar a quienes mueven los engranajes de estas maquinarias y si en ellas subsisten algunos corruptos es indudable que son insignificante minoría en cuanto al número de personas, no podemos aquí opinar acerca de los importes.

Habitación, salud, impuestos, son servicios dependientes de un bien mayor: El empleo.

El gobierno tiene que facilitar la creación de empleos, pero no es quien los genera, esto corresponde en mas de un 90 % a la iniciativa privada y el responsable de que esto marche es el verdadero héroe de nuestra economía y se llama empresario.

El pequeño número de pequeñas y medianas empresas que subsisten después de dos años de su fundación es indicativo de la gran cantidad que al menos intentaron hacer algo en bien de ellos y de este país, así que quienes tienen éxito merecen respeto y admiración.

Es el empleador quien al sostener una fuente de trabajo no sólo es sostén de tantas familias como empleos genera, sino también sostiene INFONAVIT, IMSS Y SHCP.

No son los políticos los dueños del país como quieren hacerlo parecer, sino los servidores de los emprendedores y a través de ellos a todo el pueblo.

Es la pujante iniciativa privada la que nos tiene donde estamos a pesar de los políticos, éstos son el mal necesario, es en la política donde se da con mayor facilidad la corrupción, no son los empresarios quienes inventan las cuotas de peaje, las fotomultas, los parquímetros, ni mucho menos se benefician de ellas.

En la empresa se busca la productividad, la disciplina, la honestidad, los valores, el conocimiento, el desarrollo, la eficacia y la eficiencia.

En la corrupción es el empresario (v. gr. Carlos Ahumada) el que aporta el dinero y el político (v.gr. René Bejarano) el que exige el pago para llevar el efectivo a ya sabes quién.

Hoy la juventud es engañada por un personaje que en la vida sabe lo que es generar un empleo, ni siquiera desempeñarlo, pero que si sabe disfrutar de las prebendas que le ofrece la creación de un partido político para su promoción y beneficio personal, de su familia y sus allegados y que refuerza su posición difamando a empresarios quienes acusa de integrar la fantasiosa mafia del poder que sólo existe en su imaginación y que utiliza para asustar a los inocentes en la misma manera en que antes se asustaba a los niños con el coco, pero que se la creen igual que los pequeños,

Si el señor ofreciera pruebas de sus dichos, si argumentara con inteligencia defendiendo sus propuestas, si dejara de insultar a personas como el empresario que por tercera generación es dueño de una cadena de cines y que jamás ha firmado un solo contrato con el gobierno pero que llena su lagarta boca de acusarlo ofensivamente de rapaz, mientras él ofrece amnistía a narcos tendríamos un debate de altura sin espantarnos con el petate del muerto de que todo está mal.

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