El embarazo no es discapacidad

Morena presentó en la Cámara de Diputados una iniciativa para que la discriminación laboral por embarazo sea considerada como un tipo de violencia contra la mujer.

17 de abril, 2023

Paola Felix Diaz

Ser mujer y estar embarazada es un impedimento para acceder a oportunidades de trabajo y un motivo de despido, cuando en realidad es solo una incapacidad relacionada con el parto, pero jamás un obstáculo, un estorbo, o una dificultad para realizar las labores, pero las empresas privadas, no lo ven así y lo criminalizan.

Y me refiero a las empresas privadas en particular, en donde el embarazo es la principal causa de discriminación. No lo digo yo, hay estudios que así lo señalan, por ejemplo, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación revela que el despido por embarazo es del 94 % en las empresas.

En paralelo, el think tank Early Institute señala que en la actualidad casi nueve de cada 10 casos de Discriminación Laboral por Embarazo son cometidos en la iniciativa privada y uno de cada diez en entidades público-gubernamentales, una práctica que vulnera la maternidad. Señala además que la discriminación es 166% mayor en las empleadas de fábricas y 32% mayor en trabajadores del sector privado, como bancos, oficinas u hospitales.

Son datos interesantes porque si vemos la realidad y de acuerdo con un estudio realizado por la empresa BUK Radiografía de Mujeres en el Trabajo, nosotras seguimos teniendo más obstáculos para lograr un desarrollo profesional que nos haga sentir satisfechas.

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Por ejemplo, señala el documento que el 72% de las mujeres interrumpen en muchas ocasiones su carrera profesional por razones familiares, mientras que el 35% de los hombres los hacen por motivos de desarrollo profesional, estudios o personales y 26% por ocio; solo el 11% lo hace para cuidar de su propia salud.

Además, no podemos olvidar que en el caso de nosotras las mujeres y a medida que avanzamos en nuestra carrera profesional, aumentan nuestras labores domésticas y de cuidado aunado a que nos enfrentamos con mayor frecuencia a microagresiones en el trabajo. Ser interrumpidas constantemente en reuniones, recibir cuestionamientos sobre nuestro criterio y sentir que nuestras características personales han jugado un rol negativo en su avance profesional son algunas de las microagresiones más comunes.

Traigo lo anterior a colación porque Morena presentó en la Cámara de Diputados una iniciativa para que la Discriminación Laboral por Embarazo (DLE) sea considerada como un tipo de violencia ejercida en contra de la mujer embarazada y su bebé, también como posible víctima de esta práctica contemplada en la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, es decir, contemplada como violencia de género.

Lo interesante es que se trata de 10 modificaciones que tienen como objetivo brindar una protección reforzada al embarazo y la maternidad en el espacio laboral; visibilizar que la mujer embarazada y su bebé pueden sufrir afectaciones a su vida y salud a causa de este tipo de violencia; establecer mecanismos para sensibilizar, atender adecuadamente y sancionar actos de discriminación laboral por embarazo.

No hay que olvidar que la diversidad de género tiene efectos positivos en las organizaciones ya que, más allá de incorporar a las mujeres al mercado laboral es un objetivo loable en donde existen una serie de evidencia que da cuenta sobre los beneficios que puede traer para una organización la diversidad dentro de sus colaboradores.

Si las empresas esperan ser competitivas en la economía global, ya no pueden ignorar al 50% del talento humano potencial femenino que se requiere y estar embarazada no es un obstáculo, ni una discapacidad o un estorbo para realizar las labores profesionales, pero sí debe dejar de ser una traba y un motivo de despido para los patrones.

Contacto: @larapaola1