En días pasados, en una de sus conferencias mañaneras y por medio de una periodista, le planteamos a la Presidente de todos los mexicanos, el problema que por años aqueja a la actividad hípica en el Hipódromo de las Américas, a lo que respondió enfática:
“En efecto, es un terreno que se concesionó hace mucho tiempo, pero revisamos a ver qué, si tiene algún problema. Lo que tiene que haber en estas áreas es, igual, transparencia y cero corrupción, así, tan sencillo como es.”
Con su respuesta, se vuelve a abrir la esperanza para que tengamos un espectáculo de carreras de caballos de calidad internacional y que el Gobierno Federal ponga orden en los permisos y concesiones que tiene la permisionaria, que incumple con los términos de los mismos. Una revisión sencilla de estás autorizaciones bastaría para revocarlas y en cuanto nos reciba la autoridad correspondiente le vamos a plantear el proyecto que tenemos para rescatar está actividad y que todo el bien inmueble de 52 hectáreas, que usufructúa la permisionaria, que es propiedad de todos los mexicanos, produzca para todos.
No es creíble que Venezuela y Panamá tengan una Industria Hípica muy superior a la nuestra, cuando fuimos líderes de la región; claro las acciones de la permisionaria tienden a desaparecer el espectáculo, pero el grupo de caballistas locos que todavía quedan, ahora sí están dispuestos a defender su actividad.
Como he comentado en artículos anteriores, quince días antes de que terminara el sexenio de Enrique Peña Nieto, la permisionaria del Hipódromo de las Américas, Administradora Mexicana de Hipódromo, S.A. de C.V. , realmente CODERE, consiguió la ampliación de su permiso por quince años más, en contra de lo que estipula el segundo párrafo de la cuarta cláusula del permiso original, con el argumento de que iban a construir un hotel en donde iban a invertir 550 millones de dólares. El mentado hotel nunca se construyó.
El hecho es que nunca cumplieron con muchas de las obligaciones a las que se comprometieron en el acuerdo original del 12 de septiembre de 1997, como son proporcionar un espectáculo de calidad a nivel internacional; dar mantenimiento a las instalaciones, etcétera. Ni una escuela para la formación de jinetes quisieron cumplimentar.
Y el gremio hípico no es el único que se queja, hace poco “vecinos de la colonia Lomas de Sotelo, alcaldía Miguel Hidalgo, denunciaron que el Hipódromo de las Américas se transforma en un centro de eventos musicales masivos y antro, que rompe con el horario de establecimiento mercantil otorgado”. En la liga del pasado 8 de noviembre se puede leer la nota completa.
Lo único que la actividad requiere son bolsas para que los caballistas puedan mantener a sus ejemplares y una autoridad hípica independiente, no como la que actualmente tenemos, la cual no conoce que quiere decir transparencia.
Esta importante industria, bien operada, produce muchos empleos, impuestos, derechos y aprovechamientos. ¡Vale la pena rescatarla!
¡Veremos…!
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