Bienvenidos a la era de la Corte del Acordeón. ¿De aquí a dónde paramos?

Podría seguir diciendo en términos más concretos que una ley injusta es un código que la mayoría inflige a la minoría y que no se aplica a sí misma1. –Martin Luther King Jr., Amor, ley y desobediencia...

3 de junio, 2025 Bienvenidos a la era de la Corte del Acordeón. ¿De aquí a dónde paramos?

Podría seguir diciendo en términos más concretos que una ley injusta es un código que la mayoría inflige a la minoría y que no se aplica a sí misma1. –Martin Luther King Jr., Amor, ley y desobediencia civil.

Por fin, como mal presagio augurado en una película distópica, las elecciones del Poder Judicial se realizaron. ¿El resultado? ¡Un espectacular 13% de participación a nivel nacional2! Digo espectacular porque así lo celebra el gobierno federal. Específicamente: 

Claudia Sheinbaum, que justo hace un año lograba un abrumador triunfo, ha calificado la elección de “éxito” y ha celebrado los 13 millones de electores que han participado en ella. Como en días previos, ha recordado que si el Gobierno hubiera querido poner a los jueces de su preferencia no habrían dejado que el pueblo decidiera3.

Dentro de los muchos problemas y riesgos democráticos que estas elecciones implican, recojo esta idea que ha repetido reiteradas veces el oficialismo –ya que es la principal justificación, seguida de la abundante corrupción que le atañen al sistema–. Abrir el voto para que toda la ciudadanía elija a los jueces, juezas, magistradas, magistrados, ministras y ministros del Poder Judicial (PJF) –argumenta el oficialismo– hace que México se convierta en el país más democrático del mundo, ¿pues qué mayor muestra de libertad pública que escoger a los juzgadores del PJF? Veámoslo de manera lógica. Lo que están proponiendo de raíz es la siguiente concatenación de ideas: La democracia es igual al gobierno de votos universales; esto significa que mientras más cargos y decisiones gubernamentales sean elegidas por voto de mayoría, más democrático será el país. Ya que –ellos mismos lo han dicho así4– el voto está garantizado como un ejercicio libre, señal incuestionable de la voluntad de la ciudadanía. Es decir, que el voto es válido porque no hay controles ni coerciones y las personas. Por lo tanto, lo que ocurre en las urnas es totalmente legítimo. 

Tal es la síntesis de la argumentación oficialista de estas elecciones. Sin embargo, el discurso se desploma por tres vías. Cada una desde una visión teorética y refutada por la práctica. Si el gobierno democrático se reduce al voto, entonces: 

a) No se requieren tantos funcionarios públicos, sino más elecciones. Sin embargo, como esto es insostenible tanto por costos –habrá que ver cuánto fue el gasto total de la jornada del 1° de junio–, así como por gestión –siempre tiene que elegir alguien con celeridad y eficacia, pues imagínense si se pone a voto universal todas las acciones gubernamentales– se requieren representantes autónomos que actúen por los intereses de su electorado.

b) La libertad es –a grandes rasgos– la autodeterminación y espontaneidad de acciones de una persona –que nadie la fuerce–, así como que sepa qué quiere –conocer qué implica su acción–. La realidad es que ese 13% no tenía la menor idea, algo que el oficialismo reconoció –implícitamente– al redactar, elaborar y distribuir los acordeones que instruyeron por quién votar, en lugar de limitarse a cómo votar. 

c) Incluso si el inciso b) se superara –habría que identificar cuántas personas sí realizaron una deliberación prolongada y reflectiva sobre quién votar, sin ayuda de los acordeones–, la realidad es que el oficialismo amañó la jugada al seleccionar en un proceso bastante dudoso y opaco a las y los candidatos. ¿Es libre una votación donde las opciones están restringidas de inicio? No, no lo es. 

La raíz del problema es que se nos ha vendido que la democracia es el gobierno de las mayorías y de los populares. Esta visión la etiqueto bajo el concepto de democracia instrumental, la cual explica que toda la complejidad de diálogo, participación ciudadana, división de poderes y controles institucionales de la democracia se reduce a la simplona justificación de mayorías y popularidades. La historia de cualquier país ya ha demostrado que las mayorías, ciegas por una figura popular, no son justas, ni liberadoras. Hitler fue inmensamente popular en su tiempo. Así como Stalin, Castro, o Chávez. Ser popular no es –ni jamás será– justificación o evidencia de ser un buen mandatario democrático. En cuanto a la Corte y el Poder Judicial, ¡prepárate! Pues, a cómo van las tendencias, se prevén una serie de juzgadores y juzgadoras con supuestas y/o comprobadas conexiones con el crimen organizado –en el peor de los casos–, o personas que no han tenido gran experiencia con carrera judicial o, influencers que la van a jugar de operadores judiciales. Y, ¡pobres! No saben a lo que se metieron, pues a diferencia del electorado, ellos no tendrán acordeones que les diga qué hacer. A propósito, también es un acto de corrupción desempeñar un puesto para el cual no se tienen ni las credenciales, ni la experiencia adecuada. Me pregunto a quién culparán en los siguientes años cuando la corrupción institucional no cese. Bueno, si es que lo llegan a reconocer. Pues ya es la moda decir, desde el curul de Palacio Nacional, ¡tengo otros datos!

1King Jr., Martin Luther, Tengo un sueño: Ensayos, discursos y sermones, trad. de Ramón González Férriz, Madrid, Alianza Editorial, 2021, p. 97. 

 2Morán Breña, Carmen, «Las primeras elecciones judiciales de México solo alcanzan un 13% de participación», sitio web de El País, 1° de junio 2025. Disponible en: https://elpais.com/mexico/2025-06-02/las-primeras-elecciones-judiciales-de-mexico-solo-alcanzan-un-13-de-participacion.html.

 3Ídem. 

 4«[La presidenta Sheinbabum] Afirmó que “hoy libremente millones de mexicanas y mexicanos votaron por las y los nuevos guardianes de la justicia. No debemos olvidar que el actual Poder Judicial que algunos defiende ha sido responsable de favorecer a miembros de la delincuencia organizada, y liberado miles de millones de pesos de la delincuencia de cuello blanco”». Muñoz, Alma E., «Elección judicial “todo un éxito”; votaron casi 13 millones: Sheinbaum», sitio web de La Jornada, 1° de junio 2025. Disponible en: https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/06/01/politica/eleccion-judicial-todo-un-exito-votaron-casi-13-millones-sheinbaum.

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