Slow down: vivir feliz o morir corriendo

“En esta vida tenemos un mejor propósito que solo trabajar, pagar las deudas y morir”.

30 de mayo, 2018

“En esta vida tenemos un mejor propósito que solo trabajar, pagar las deudas y morir”.

El afán consumista, y el culto a la velocidad que nos imprime el sistema hoy, es nefasto para las personas y el medio ambiente y en consecuencia el ritmo desenfrenado de producción/consumo (Isaacs T. 2016). Hoy vivimos en lo que Gilles Lipovetsky llama el Individualismo Hipermoderno, el cual aboga, entre otras cosas, por el aquí y el ahora sin importar el futuro. Se ha generado un individuo que consume conforme a la moda, y donde los modelos de consumo generan un individualismo radical y narcisista (2006). Se evidencia entonces una crisis tanto ambiental como del individuo.

Consecuencia de la vida marcada por la lógica del mercado, el capitalismo, la globalización, el neo liberalismo y el regirnos por modelos económicos utilitarios nos ha llevado a una aceleración de la vida sin sentido humano. Como dice Arribas, consecuencia de ese estilo de vida proliferan enfermedades como la obesidad, el estrés o síndrome de la felicidad aplazada que consiste en la profunda angustia que experimentan las personas que no cuentan con tiempo suficiente para cumplir con todas sus obligaciones diarias y que posponen cualquier experiencia gratificante a un hipotético momento futuro, que finalmente nunca se alcanza (2010).

La competencia en lugar de la cooperación, el ser el primero en tener éxito -como una forma de comparación, con objetos y bienes materiales que los otros no poseen, aunque se deban- el reflejar un tener más que un ser, implica ir más rápido. Así, la lentitud se considera propia de perdedores o personas sin iniciativa. Pero esta tiranía del tiempo, está causando graves desajustes en las personas, de ahí el creciente índice de enfermedades mentales, por mencionar una categoría.

Frente a esto, surge el movimiento alternativo Slow Down. ¿Una teoría, una disciplina una forma de ser, una filosofía, una cultura o un movimiento emergente de personas un tanto hartas de correr? ¿Diferentes nombres mismas acciones? Dice Arribas, en Austria, la sociedad para la desaceleración del tiempo aboga por prestar más atención al presente y a la cultura. En Tokio, el Sloth Club, apuesta por una vida más tranquila. El Downshifting que consiste en vivir mejor consumiendo menos. La propuesta Take Back your Time en Estados Unidos y Canadá para concientizar sobre la epidemia de exceso de trabajo y horarios extremos que amenazan la salud, las familias y las relaciones con las comunidades (Arribas, 2010).

Esta actitud lenta aplicada al trabajo no significa menor productividad, al contrario, las mejores empresas y más cotizadas para trabajar y con alta productividad se apoyan en la filosofía slow, donde  trabajadores felices no solo atenderían mejor al cliente, sino que serán más productivos, creativos e innovadores, este es el sistema “Wow” de la industria Zappos de Tony Hsieh  y la industria SAS como uno de los mejores lugares para trabajar en el mundo según la lista Great Place to Work  donde la cultura de SAS libera a los empleados de una gran cantidad de ansiedad y preocupación, permitiéndoles enfocarse de forma más clara en sus tareas productivas. También existen países que están reduciendo las horas laborales y dando más tiempo al descanso, recreación y la familia, y están obteniendo más altos beneficios (Alemania, Corea del Sur).

El movimiento Slow Down es desde una filosofía, una forma de ser, de estar, de ver el mundo, de trabajar, de apreciar la vida en cada contexto, de ser feliz, hasta un movimiento de resistencia.

Fue precisamente en Italia a mediados de la década de los 80 del siglo pasado donde nació Slow Food, movimiento liderado por el crítico gastronómico Carlos Petrini que, guiando un grupo de personas, reaccionó y se opuso a la instalación de una sucursal de McDonald’s en uno de las plazas emblemáticas de Roma (Honoré, 2006 citado por Isaacs, 2016). Así nace Slow Food, movimiento de origen italiano que más que buscar la lentitud como estilo de vida, busca rescatar lo local, las relaciones sociales y el tiempo como aliado y no como tirano. A partir de allí nacen respuestas desde otros ámbitos como Slow Media, Slow Cities y Slow Work, entre otros. Lo que finalmente dio origen a lo que se puede denominar Slow Movement (Isaacs T. 2016).

Actualmente el movimiento slow abarca muchos ámbitos y contextos que invitan a ser y disfrutar de otra forma la vida. A continuación, se describen algunos de estos movimientos:

Slow food, que nos invita a disfrutar, saborear, degustar lo que comemos, que el tiempo de comer sea un tiempo de reunión, de plática, de saberes compartidos, no de prisa y de conciencia colaborativa, autóctona y sustentable.

slow living es un movimiento que supo captar la delicia detrás de la lentitud, propone reconectarnos con nuestras capacidades cognitivas, nuestra sensibilidad e incluso nuestras tradiciones. Disfrutar de los espacios, de la reflexión, de sentir, oler, mirar, tocar lo que está a nuestro alrededor.

Las Slow Cities son lugares en los que se concentra la actividad humana entorno a plazas, se fomenta la producción de alimentos autóctonos y los pequeños negocios, así como espacios peatonales y recreativos para disfrutar sin prisa. La intención es poner en contacto a toda una red de personas (networking) que les guste compartir estas experiencias sostenibles. En las Slow Cities impera el equilibrio entre modernidad y tradición (Estévez R. -Res-, 2011).

Slow sex: no al rapidín. Es una adecuada porción de placeres sensuales asegurados, suministrados de tal modo que proporcionen un goce lento y prolongado -como lo indica Estévez con el disfrute de la comida- es una invitación a disfrutar del sexo otorgándole mayor calidad a la relación. Para que el cuerpo físico se convierta en cuerpo sensorial (que registre las sensaciones placenteras que se producen en él) donde el contacto físico se recrea con el contacto espiritual.

Slow art:. ¿Son los plazos de entrega uno de los grandes enemigos de la creatividad? Pues sí. Evidentemente el tiempo que se dispone para realizar un trabajo afecta a la calidad de este, aunque parece que hay clientes que no son muy conscientes de ello. De hecho, los encargos de última hora y las propuestas express son el día a día de cualquier persona que se dedique a este mundillo, eso dice la ilustradora holandesa Floortjes. Indica la ilustradora que la calidad depende del tiempo del que disponga la persona a la hora de realizar un trabajo. No es lo mismo que te den 5 minutos para dibujar un helado que poder dedicarle 25.

Slow schooling o slow en la educación: Educación Lenta el cual lucha por desarrollar procesos non tempo de aprendizaje, a diferencia de la educación convencional que aplica procesos rígidos y homogéneos. Para esta propuesta lo importante es respetar el ritmo, pero aplicado con flexibilidad y al momento educativo que lo requiera (Domènech, 2009, citado por Isaac, 2016). También pretende la no homogenización de las metodologías pedagógicas y las actividades concernientes ya que cada individuo tiene características únicas que marcan su desarrollo cognitivo. Estos slow, buscan una educación para toda la vida, a partir de un ciudadano e individuo feliz. Más contenidos y objetivos educativos no necesariamente se traducen en más y mejores procesos de aprendizaje. Para ellos la cantidad se convierte en superficialidad. En ese sentido, irónicamente los que hoy proponen aumentar la presión de los programas educativos, son los que advierten que los estudiantes están cada vez peor preparados. Una contradicción contante del sistema educativo sobre la comprensión de procesos y su aplicación a diferentes contextos (Isaacs T. 2016).

También existe el criterio slow de pensar mejor las cosas. Es decir, a tomarse un respiro y analizar con el debido tiempo cualquier tipo de situación

Slow en comunicación y periodismo: Las diferentes iniciativas impulsan una serie de “valores” comunicativos y tecnológicos slow, como la desaceleración y desconexión, a partir de que cuestionan la producción y el consumo inconsciente y progresivo de información. En ese sentido, coinciden con el hecho de que la relación entre un movimiento slow y la comunicación pasa por rechazar los diferentes formatos, soportes o canales que le apuesten a la brevedad y a la superficialidad pero, sobre todo, a la mercantilización de la primicia (Barranquero, 2013 citado por Isaacs T, 2010). La profesión periodística abordada desde lo slow va encaminada a promover al rescate de antiguos formatos y un consumo pausado y reflexivo de los contenidos. Formatos que no pierden vigencia como la crónica, el reportaje o el ensayo.

Ya en el ámbito académico se han dado abordajes iniciales. Por ejemplo, sobre el concepto de Slow Media se destacan los escritos de la estadounidense Jennifer Rauch donde se entiende dicho concepto como la propuesta slow de determinados medios frente al contexto de sobre información (Isaacs T. 2016).

Slow Fashion El nuevo movimiento de moda sostenible o slow fashion (moda lenta) va más allá de utilizar telas de bamboo y crear pasarelas de concientización. Aborda los procesos más complejos de creación de las prendas, desde el tipo de materiales y su origen como las semillas transgénicas de algodón, la tecnología implicada en la fabricación, los químicos involucrados, el trato justo de sus trabajadores y desde luego, el manejo y reciclaje de los excedentes (López D. 2018).

 “Esto de vivir en la prisa lo que hace es arrancarnos la felicidad”, comenta Villanueva, sobre una investigación de cuantas horas se pasa la gente en el transporte público en grandes ciudades, “mi teoría es que estamos perdiendo el gusto por la vida porque si tienes que pasar seis horas en un transporte no puedes ser feliz, porque no tienes tiempo para estar con tus hijos, con tus seres queridos, tiempo para una actividad de placer” (Villanueva P. 2018). En algunas ciudades la propuesta es la bici: transporte slow.

¿Por qué no nos alcanza el tiempo para…vivir?, ¿qué significa vivir la vida? y ¿si nos volvemos sambíes antes de vivir?

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Referencias

Arribas G. (2010) Movimientos sociales alternativos: Slow Down. Recuperado de http://stmaecomundi.blogspot.com/2010/02/7-movimientos-sociales-alternativos-el.html

Estévez R. (2011) Ciudades lentas, ciudades ecointeligentes. Recuperado de: https://www.ecointeligencia.com/2011/08/ciudades-lentas-slow-cities/

López D. (2018) La moda responsable (Slow Fashion) recuperada de: http://themexicantimes.mx/la-moda-responsable-slow-fashion-2/

Lipovetsky, G. (2006). Los tiempos hipermodernos. Barcelona: Anagrama

Isaacs Triana E. A. (2016) El movimiento Slow y la comunicación: orígenes, iniciativas y prácticas más allá de organizaciones y etiquetas.  Respuesta social y sostenibilidad medioambiental. Pontificia Universidad Javeriana  Facultad de Comunicación y Lenguaje,  Tesis de Maestría en Comunicación.  Bogotá, D.C.  

Villanueva L. (2018) Pasar seis horas en el transporte es violencia sehttps://www.oxfammexico.org/historias/‘pasar-6-horas-en-el-transporte-es-violencia

Para consultar: https://ecoosfera.com/slow-living-movimiento-vivir-lento-beneficios/

El libro In Praise of slow del periodista Carl Honoré es un referente para quien este interesado en esta forma de vida.

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