Etnocentrismo Versus Diversidad

¿Por qué tenemos que aceptar la diferencia?

8 de marzo, 2017

 

¿Por qué tenemos que aceptar la diferencia?

El mundo cambia, la sociedad cambia, la globalización (cosificando todo dentro de un valor de mercado), nuevos paradigmas que aparecen como contradictorios, utópicos y poco confiables, nuevas tecnologías que modifican la conducta, nuevos trabajos, nuevos empleos, nuevos roles sociales de la mujer, de los indígenas, los niños y su realidad virtual, los tribalismos, los integrismos islámicos, etc. Dice Pérez Lindo, “en todo caso estamos más cerca de un proceso de hibridación de culturas  que de la guerra de civilizaciones que anunciara Samuel Huntington”. Sin embargo, ¿nos acercamos más a la guerra que a la integración?

El tema que aborda Pérez Lindo sobre filosofía del nuevo mundo[i] es actual, polémico, real y da para análisis de cómo el etnocentrismo está vigente y funcionando cuando las políticas sociales y educativas insertan como tema innovador la multiculturalidad o diversidad cultural como un reconocimiento de la naturaleza humana hacia la búsqueda del bien común (o patrimonio común). Sin embargo, este bien, en la realidad sigue sin existir.

El pensamiento y la cultura de la humanidad han estado marcados por el etnocentrismo durante los últimos siglo -hasta hoy-, sin embargo, por otro lado, se dice que se ha avanzado en el reconocimiento de derechos humanos y las democracias, con esto se cree que se ha superado las ideologías dominantes, únicas, conocedoras de la verdad pero de conceptos manipuladores.

Entre los aportes del pensamiento contemporáneo se debe destacar, dice Pérez Lindo, la crítica al etnocentrismo, al reduccionismo racionalista, al cientificismo y a otras desviaciones que llegaron con la Modernidad (2010). De estas malformaciones, el etnocentrismo figura entre las más destacadas porque legitimó el colonialismo y la destrucción de otras culturas. El “Etnocidio” no fue una práctica exclusiva de occidente (Pérez L.2010).

Continua Pérez, el pos modernismo estimuló la crítica filosófica pero también el egocentrismo, propio del individualismo occidental. La civilización moderna burguesa occidental llevó adelante la individuación del hombre y de la mujer, más allá de los límites que impone en cualquier cultura los procesos de socialización. Europa inventó el individualismo moderno y, aclara el autor, la individuación se considera una etapa evolutiva de la especie, individualismo es una modalidad de la cultura (2010).

La contradicción entre el mundo globalizado con su cultura capitalista, tecnológica, mediática y consumista y el reconocimiento en declaraciones internacionales sobre la dignidad, la solidaridad, la igualdad y hoy la diversidad es una realidad. En la dinámica de los conflictos actuales, dice Pérez, la regla parece ser la diversidad mientras que en la mayor parte del siglo XX eran los denominadores comunes los que daban sentido a los grandes movimientos sociales (socialismo, comunismo, fascismo, nacinalismos, tercermundismo, populismo, etc) (Pérez L. 2010).

Ahora estamos asistiendo al reconocimiento de las diversidades culturales, a la contemporaneidad de las culturas. Esto constituye un verdadero acontecimiento en la historia de la humanidad. Implica una reconciliación con las “diferencias”, una afirmación de pluralismo cultural. Hoy coexisten culturas propias del Neolítico con tribus urbanas y tribus informáticas (Pérez L. 2010).

Estamos en la era de las contradicciones, lo que es, que parece, no es, atiende la diversidad mientras fomentas el individualismo y la competencia.

¿Será que no hay contradicción?, sino que sencillamente no hemos comprendido lo que somos los seres humanos, nos interesa más el tener que el ser, olvidamos reconocernos como seres solidarios, ¿no será que la insistencia en la lucha por el reconocimiento de la diversidad se ha puntualizado por que es tanta la “diferencia” que hemos fomentado y nos ha orillado a la desconfianza, a la falta de identidad, a la tolerancia, a las guerras, conflictos, abusos? Todos éstos son el origen de un NO reconocimiento a la identidad de las personas, su sociedad y sus culturas. Dice Pérez, pese a las declaraciones Internacionales sobre diversidad cultural, hacia el 2009 el mundo padece guerras y conflictos en todo los continentes que tiene que ver con la negación de las identidades culturales o del derecho de autodeterminación de distintos pueblos. El reconocimiento del “otro”, de la diversidad, es todavía precario (2010). Es tan precario, que está generando en el mundo la idea que la diferencia es peligrosa, basta ver las políticas de Trump, los grupos radicales que crecen en miembros y en acciones, desde los fundamentalistas religiosos, los ecologistas, los altermundistas hasta los movimientos los sin tierra.

El reconocer en el otro lo que yo soy como ser humano y lo que puedo ser con la colaboración del otro, es parte del conocimiento de la realidad, pero si esta realidad está fragmentada ¿qué podemos esperar de las acciones del hombre con el hombre mismo?, ¿cuál es su parámetro de medición respecto a los otros y lo otro? sería mejor empezar a desarrollar la solidaridad y el pensamiento de que un yo, más un tú, da un nosotros, y esto es la fuerza del cambio, de la aceptación de la persona a la diversidad que suma.

La defensa de los derechos sigue siendo una lucha desde su declaración en 1789 pero ¿entendimos que éstos derechos incluye todo en cuanto pertenece a la naturaleza humana completa? así, no sería necesario elaborar consignas, leyes, declaraciones por los que tenemos que luchas cuando son de las personas. Nos olvidamos que están ahí…pero las olvidamos por que no las usamos.

Nadie nos tiene que otorgar derechos humanos, sin embargo, nos los han dado, y por lo tanto, nos los pueden quitar. ¿Se pueden quitar por decreto?

Como última reflexión, la migración, que es un grave problema de reconocimiento a la identidad del otro, es la que ha creado las grandes civilizaciones.

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Referencia:

Pérez Lindo A, (2010) ¿Para qué educamos hoy? Filosofía de la educación para un nuevo mundo. Argentina, Edit. Bibios

 

 

 


[i] Cap. 1 Filosofía del nuevo mundo,  libro de referencia ¿para qué educamos hoy? editorial Bibios

 

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