Hace unos días fue presentada la Cuenta Satélite de Vivienda por parte del INEGI, que representa uno de los ejercicios más importantes dentro de las cuentas satélite que prepara año con año el instituto. Las cuentas satélite son instrumentos que el INEGI elabora para conocer el peso que tienen algunos de los sectores más importantes en el Producto Interno Bruto del país.
La construcción de la Cuenta Satélite de Vivienda se basa en recomendaciones y estándares estadísticos internacionales como el Sistema de Cuentas Nacionales 2008 de las Naciones Unidas (Household Accounting: Experience in concepts and compilation), entre otros, así como las “Recomendaciones Internacionales para las Estadísticas de la Construcción”.
Esta cuenta satélite nos permite conocer la aportación al total de la economía nacional (PIB), el aporte de cada una de las actividades que lo componen, el empleo que se genera y los recursos financieros utilizados en la construcción, adquisición y mejoramiento de la vivienda. La finalidad de la Cuenta Satélite de Vivienda es presentar el valor económico del sector de la vivienda y su participación en la economía nacional, con el fin de facilitar el estudio y la toma de decisiones en este ámbito.
Aclaraciones importantes sobre la Cuenta Satélite de Vivienda
- La CSV solo considera el valor de la producción que se crea durante un año en el ámbito de la vivienda.
- La producción de vivienda no solo considera las casas nuevas que se producen en el año por parte de las constructoras, sino los gastos que realizan los hogares para ampliar o terminar de construir sus viviendas.
- En la versión que se acaba de presentar de la CSV, se incorporan ya los datos del primer año de la pandemia por el SARS-COV-2, por lo que se trata de una versión inusualmente esperada por parte de todos aquellos que participan en el sector de la vivienda, entre constructores, bancos, desarrolladores, etcétera.
- El Producto Interno Bruto del sector de la vivienda en 2020 alcanzó un monto de 1.273 billones de pesos corrientes (millones de millones de pesos).
- La participación del sector de la vivienda en 2020 representa el 5.8% en el PIB Nacional. Cabe mencionar que en la cuenta satélite de vivienda de 2019 (presentada hace un año, en diciembre de 2020), el sector de la vivienda representó el 5.9% del total del PIB nacional, de tal manera que sí hay una clara afectación por la pandemia del SARS-COV-2 a este sector.
- En 2020, medido a precios de 2013, el PIB del sector de la vivienda presentó una caída de 9.1%, mientras que el total de la economía disminuyó en 7.9%, en el mismo año.
- En el PIB de la vivienda se consideran, además de la edificación, la ampliación, el mejoramiento, los servicios inmobiliarios, el alquiler, los servicios financieros y los seguros.
- La generación de bienes y servicios para el mercado representó 59.6% del total; la producción para uso final propio 39.5% y las actividades relacionadas con la producción no de mercado, 0.9%.
- El valor de la construcción asociado a la edificación, ampliación y mejoramiento residencial aportó 64.4% del total; los servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles relacionados con la vivienda aportaron 30.2%, los servicios financieros y de seguros vinculados con este sector 4.7%, y el restante 0.7% se distribuyó en otros sectores.
- La distribución del PIB de la vivienda por ámbito y clasificación funcional es una de las cosas más útiles de conocer, pues permite desmenuzar con claridad el peso que tiene cada cosa.
Distribución del PIB de la vivienda por ámbito y clasificación funcional, 2020
(Estructura porcentual)
Derrumbe de la autoproducción de vivienda a causa del COVID
La autoproducción, que contribuye con 35.7% del total del sector vivienda, en el 2020 se derrumbó en nada menos que 26%, siendo éste el mayor derrumbe de las actividades que componen la Cuenta Satélite.
Este resultado es sorprendente por dos razones. En primer lugar, evidencia que el virus del SARS-COV-2 no solo arrasó a los mexicanos en la salud, sino también en lo relacionado con la vivienda. Al haber muchas familias con enfermos de Covid y con una gran incertidumbre en materia de empleo y en el porvenir económico, las familias dejaron de destinar una enorme cantidad de recursos a la vivienda; algo que en un año normal no se ve.
En segundo lugar, demuestra que la vivienda que construyen los mexicanos por sí mismos ha resultado más vulnerable que la que se produce en el mercado formal por parte de las constructoras, las cuales tienen más recursos de apoyo en el sentido financiero para mantener un flujo de producción mucho más estable. Dicho de otra manera, las decisiones de construcción de vivienda por parte de los hogares son completamente de corto plazo, mientras que las de los desarrolladores son más de mediano plazo.
Gasto promedio en la vivienda particular habitada propia durante 2019 y 2020 por tipo de gasto
La adquisición de viviendas nuevas le quita terreno a la autoconstrucción
Los datos de los últimos seis años nos demuestran que la proporción de hogares que decide construir su vivienda ha disminuido, mientras que ha aumentado la proporción de hogares que decide comprar su vivienda ya construida y nueva. Este dato es muy alentador para nuestro país, pues con muchísima frecuencia, la vivienda que construyen por sí mismos los hogares tienen una calidad insuficiente en lo relativo a diseño, aprovechamiento de los espacios, estructura y localización (por mencionar solo algunos aspectos).
Distribución porcentual de viviendas particulares habitadas propias según forma de adquisición
(Porcentaje de las 23.9 millones de viviendas particulares habitadas)
De tal manera que, al ser cada vez mayor la proporción de hogares con viviendas particulares habitadas con casas nuevas o usadas pero que sí tienen elementos de diseño y de cálculo más precisos, podemos pensar que la calidad de la vivienda poco a poco sí está mejorando en términos generales.
Alquiler imputado
La cuenta satélite de vivienda proporciona información sobre la valoración del alquiler imputado de las viviendas de uso propio de los hogares. El alquiler imputado se refiere al valor que se agregaría si consideramos lo que cada propietario de una vivienda estaría dispuesto a pagar de renta por su propia casa. Dicho valor alcanzó, en 2020, un monto equivalente a 1.692 billones de pesos, cifra que representó 7.8% del PIB del país. En su comparación anual el valor del alquiler imputado registró un aumento de 1.0% en términos reales, en relación con 2019.
Este valor representa el monto que los hogares tendrían que pagar si alquilaran las viviendas de su propiedad que habitan, con las mismas características físicas y de ubicación. Al considerar el valor del alquiler imputado, el PIB total del sector de la vivienda alcanza un monto de 2.965 billones de pesos a precios corrientes, cantidad que representa 13.6% del PIB de la economía de 2020.
La razón de incluir el alquiler imputado se debe esencialmente a un principio contable del estándar estadístico internacional del SCN 2008, y se puede entender como un principio que, en el caso que crecieran mucho los alquileres de las viviendas en determinado año, se evitaría una sobre estimación del valor del sector vivienda en el país como proporción del PIB.
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Durante 2020, las actividades vinculadas con la vivienda reportaron un total de 2 millones 278 mil puestos de trabajo, que representaron 5.5% del total del país. El número de puestos de trabajo disminuyó 7.0% respecto al año 2019, en tanto que a nivel nacional el número de puestos disminuyeron 4.9%. De ahí que el impacto en el sector de la vivienda sí se notó en el empleo de manera más que proporcional en relación con la disminución de empleo que hubo a nivel nacional.
Por otro lado, revisando la participación de la actividad de la vivienda al interior de sectores seleccionados de la economía, se encontró que la mayor participación se encuentra en el sector Construcción, con 50.1%; mientras que en el sector Servicios inmobiliarios y de alquiler la contribución de la vivienda fue de 39.2%.
Un comentario final a todos estos datos es que la calidad y la dimensión de la vivienda también es un factor que está asociado con los impactos de la pandemia por el SARS-COV-2 al interior de los hogares, especialmente hablando en la propagación de los contagios.
En la Encuesta Nacional de Vivienda de este año, que incorpora los datos de 2020, el INEGI refiere que 28 de cada 100 viviendas particulares habitadas en México tienen menos de 55 metros cuadrados de construcción, y 41 de cada 100 tienen entre 56 y 100 m2 construidos. Es decir, 69 de cada 100 viviendas particulares habitadas en México (35.3 millones en total) son casas que se podría llamar “pequeñas”, lo cual muchas veces es una limitante muy severa para la satisfacción de las necesidades de las familias que en ellas habitan.
De ahí la importancia de seguir apostando al crecimiento del sector de la vivienda que provea calidad y espacios suficientes, lo cual solo se puede lograr con información confiable y oportuna como la que provee INEGI año con año.
Referencias
https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/envi/2020/doc/envi_2020_presentacion.pdf
https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/viviendasat/CSV2020.pdf
https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/tnrh/cstnrh2020.pdf
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