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La Libertad Económica

Milton Friedman, ganador del premio Nobel de Economía, escribió en Capitalismo y Libertad que la historia demuestra que el capitalismo –libertad económica– es una condición necesaria para la libertad humana, mas no es una condición suficiente. Esto...

5 de abril, 2021

Manuel Torres Rivera

Milton Friedman, ganador del premio Nobel de Economía, escribió en Capitalismo y Libertad que la historia demuestra que el capitalismo –libertad económica– es una condición necesaria para la libertad humana, mas no es una condición suficiente. Esto significa que la libertad económica no garantiza la libertad integral del individuo; sin embargo, no puede llegar a considerarse enteramente libre si no goza de libertad económica.

The Heritage Foundation, institución creadora del Ïndice de Libertad Económica (Index of Economic Freedom) define la Libertad Económica como el derecho fundamental de todo ser humano de controlar su propio trabajo o propiedad. En una economía libre los individuos son libres de trabajar, producir, consumir como decidan. Los gobiernos permiten que la fuerza laboral, el capital y los bienes tengan movilidad en total libertad y su intervención sería únicamente para protección de esta libertad.

The Fraser Institute también elabora un reporte conocido como Economic Freedom of the World Report. El reporte fundamenta:

Elección personal
Intercambio voluntario y coordinado por los mercados
Libertad para entrar y competir en los mercados
Protección para las personas y sus propiedades

The Heritage Foundation es una institución promotora de políticas públicas conservadoras; fue fundada en 1973, desde 1995 publica un índice que evalúa 12 aspectos de la libertad económica, mismos que agrupa en 4 categorías:

Estado de Derecho, derecho de propiedad, efectividad judicial, integridad de gobierno.
Tamaño del gobierno: carga fiscal, gasto del gobierno, salud fiscal.
Eficiencia Regulatoria: libertad empresarial, libertad laboral, libertad monetaria.
Apertura del Mercado: libertad comercial, libertad de inversión, libertad financiera.

Esta fundación estadounidense ha analizado 180 países de una pretensión original de 186. La máxima puntuación es de 100.

The Fraser Institute, establecida en Canadá en 1974, analiza 162 países con una puntuación máxima de 10. Esta institución analiza a profundidad solidez de moneda y múltiples variables hasta imperfecciones como mercado negro.

Ambas instituciones tienen como objetivo plantear circunstancias similares en el estudio de variables y comparar políticas públicas de distintos países para estimular mejores programas, mejores ambientes de creación de riqueza, disminución de pobreza y mejor aprovechamiento de recursos. Es interesante observar que las variables que utilizan obedecen tanto al orden cualitativo como el cuantitativo.

Lo más importante de estos índices es destacar el posicionamiento de países que han logrado dimensionar tamaño de gobierno con el tamaño de su economía y con ello impulsar políticas públicas al margen de la intervención gubernamental. El adelgazamiento del tamaño del Estado no es circunstancial; la Escuela de Chicago y el Varsity Club planteaban en la década de los años ochenta un modelo regulatorio en la función gubernamental, con escasa rectoría y ampliamente permisivo en la inversión y en la eliminación de fronteras y tarifas arancelarias.

El modelo referido adoptó un enfoque de refuerzo al pensamiento liberal y se tradujo en una cómoda referencia como neoliberal para distanciar el liberalismo del siglo XIX. Si examinamos con cuidado los postulados ya mencionados por las dos instituciones que se preocupan por difundir una Libertad Económica expresada en situaciones equiparables para los 180 países en estudio, acercan toda concepción de libertad que pudiéramos imaginar, desde todos los puntos de vista, desde el jurídico hasta las reglas de competencia.

El intento es simplemente abundar en la confianza que requiere la movilidad del capital. El sentido que orienta la ruta y destino de los grandes capitales naturalmente ubica en lugares preponderantes a las naciones más prósperas del planeta. Esto no es coincidencia, es resultado de políticas públicas que alejan la intervención gubernamental y acercan la libertad del ambiente global para que la inversión decida sobre fortalezas y debilidades sectoriales y decida sobre ventajas comparativas y grados de especialización de naciones.

La Libertad Económica es equiparable al concepto que se estudia como movilidad financiera en la empresa. Desde luego el índice reúne características de la macroeconomía y sitúa un nivel de efectividad en la verdadera libertad que los gobiernos y naciones progresistas persiguen en la diversificación. No es casualidad que los países mejor situados tengan mejores relaciones de productividad y mejores cifras en ingreso per cápita, mejores resultados en su función crediticia y mejores índices de crecimiento de sus economías.

Comparar es una función útil de desempeño, comparar políticas públicas es una búsqueda legítima de mejora social. Del último reporte de 180 naciones, es interesante observar los líderes, con calificaciones cercanas a los 90 puntos, como Singapur, Hong Kong, Nueva Zelanda, Australia, Suiza, Irlanda, Reino Unido, Dinamarca, Canadá y Estonia, por citar los primeros diez.

Estados Unidos ocupa el lugar 17. Esto significa que los dos socios comerciales de México se ubican entre las primeras 20 economías mejor evaluadas. México, por su parte, se ubica en el lugar 67 con una calificación de 66 puntos. Esto corresponde a una interpretación de “Libre Moderado”, por debajo de “Libre” y “Mayormente Libre”.En cuanto a las relaciones que la transición que gobierna desde hace dos años y que ha cultivado, figuran Argentina y Bolivia en recientes visitas de Estado. Es conveniente anotar que ocupan los lugares 149 y 175 de la lista. El primero, Argentina, clasifica como “Mayormente no Libre” en tanto Bolivia clasifica como “Libertad Reprimida” al lado de Cuba, en el lugar 178 y Venezuela en el 179. El último lugar lo ocupa Corea del Norte.

Lo anterior destaca que la transición en turno sitúa prioridades de convivencia con naciones perdedoras y descuida las verdaderas conveniencias con los dos socios del norte. No precisa de mayores agregados esta evidencia. Estas relaciones explican gran parte del fracaso de la orientación de políticas públicas erróneas y la concepción absurda de esta transición del tamaño del Estado Mexicano.

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