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La crisis en la variedad democrática

Tiene lugar en democracias nacionales diferentes de la directa acaecida antiguamente en Grecia. Diferentes porque sendas dependencias de las trayectorias, las ubican en circunstancias específicas (mismo tipo democrático) y particulares (diferentes territorios); hasta proyectarlas en órdenes nacionales...

9 de enero, 2025

Fernando Jeannot

La heterogeneidad democrática representa una variedad de convivencias condicionadas esencialmente por los usos y las costumbres presididos por el modelo mental compartido y dominante. La heterogeneidad democrática es fruto de la diversidad cultural de las naciones. Las democracias nacionales no convergen ni convergirán en ningún modelo único, ni en el corto ni en el largo plazo; por lo que está descartada la creencia neoclásica de la confluencia en un modelo exclusivo. En realidad, la diversidad democrática es paralela a la diversidad de capitalismos; ambos ubicados en el atolladero sistémico de nuestros días.

Hoy en día, la heterogeneidad democrática está muy impactada por el declive político de las ideologías centristas, al mismo tiempo que por el ascenso de los extremismos de derecha o de izquierda. Extremismos personalizados en otras tantas caras del populismo, el cual es un chile de todos los moles.

El declive de los centros y el ascenso de los extremos pretenden acabar con la democracia dialogística, con los análisis matizados y con los comportamientos moderados; es decir: con las mentalidades nacionales abiertas y sensibles con respecto a todas las ideologías, democráticas o antidemocráticas. A los aprendices de dictadores de derecha o de izquierda, no les gusta la argumentación open minded; por lo que se dedican con enjundia a torpedear el ejercicio de la libertad de pensamiento con vetustos prejuicios oscurantistas..

Si cuando cayó el Muro de Berlín los intelectuales pensamos ingenuamente que llegaba la hora de la democracia planetaria del liberalismo económico hermanada a la eficiencia adaptativa de la economía; el giro chino hacia el capitalismo de mercado gobernado por la autocracia bolchevique evidenció cuánto nos dejamos atrapar por una lectura candorosa de la historia económica, política y social. Trampa, esta última, en la que no cayeron los mastodontes empresariales cazadores de rentas, quienes siguieron capturando la riqueza de las naciones al norte y al sur, al este o al oeste; siempre y en todo caso en la heterogeneidad democrática.

¿Cuáles son las variables explicativas de la variedad democrática?: básicamente once.

Sufragio universal verdaderamente libre y sin compra de votos.
Separación de poderes republicanos como constituyente de los pesos y contrapesos del gobierno.
Libertad de expresión con respeto de la opinión del otro; pero sin ejercicio del libertinaje difamatorio, las falsas noticias u otras perversiones comunicacionales.
Imperio del estado de derecho como fundamento del gobierno de las leyes, pero no de los hombres.
Derechos humanos promotores de la dignidad humana, pero no de la delincuencia.
Confianza activa basada en el principio de no hay derechos sin responsabilidades.
Ciudadanización, la cual entraña participar en todos los espacios democráticos, pero no solamente en los eleccionarios.
Igualdad de oportunidades sin discriminaciones de cualquier clase, pero no solamente de la de género.
Pluralismo convivencial del nacionalismo incluyente donde los ciudadanos respetan la constitución nacional y sus leyes reglamentarias con independencia de su raza, militancia política o creencia religiosa.
Representatividad de la clase política dependiente de la fidelidad con las preferencias plurales de la población.
Seguridad pública, tanto para ir a votar como para ser candidato.

Si aceptamos concienzudamente que en estos once enunciados reside la escala ordinal de los valores democráticos que deben prevalecer en la variedad de las democracias; entenderemos rápidamente por qué la democracia está en crisis.