Fracaso económico en valor presente

En el quinto año de una administración  y a escasos quinientos días del término de esta transición en turno de gobierno, ya es tarde para considerar el valor actual de las empresas que ha iniciado o sugerido...

3 de mayo, 2023 Fracaso económico en valor presente

En el quinto año de una administración  y a escasos quinientos días del término de esta transición en turno de gobierno, ya es tarde para considerar el valor actual de las empresas que ha iniciado o sugerido el presidente y su equipo. Que son muchas, tal vez lo sean; habría que separar las existentes, como la petrolera y la administradora de la electricidad, empresas llamadas del estado pero multinacionales en su verdadera dimensión de operación. Esto último viene a recordar que en 2018 existía una reforma energética que diluía el riesgo de exploración de la petrolera y también diluía el riesgo del despacho de energía de la administradora de electricidad. Los riesgos se revirtieron para incorporarlos a una visión superada en el tiempo y contemplada en este régimen bajo dos vertientes: autosuficiencia y rescate.

De inicio se hubieran descartado ambas vertientes; no era necesario aquilatar la intemperancia marcada por una ideología que en realidad no correspondía a ninguna conocida, que enmarcaba una posición altamente conservadora y que respondía a un renacimiento sustentado en la forma y en el discurso que pronunciaba o exaltaba principios inexistentes en el acecho de un modelo también inexistente: el neoliberalismo. El inicio marcó el final realmente. El neoliberalismo nunca ha existido como forma de gobierno, tampoco como sugerencia o doctrina y credo económico. Se extendió el término como un simple despegue de la forma de dimensionar el tamaño de las economías con un solo afán: adelgazar el tamaño de la influencia del estado en la conducción de la economía. Sin toda esta sustancia, se atacó por esta transición hasta redituar en una semántica confusa una acepción imaginada: el conservadurismo. Así las formas, así el escaso entendimiento de las mismas. No habrá autosuficiencia ni rescate.

 

Te puede interesar:

El sexo oral es ya el principal factor de riesgo de cáncer de garganta

 

Alejar rectoría del estado no es un principio nuevo; alejar la influencia del estado en proyectos productivos es el término correcto y aplicable a la tendencia del Varsity Club norteamericano, que pretendía hacer del gasto público inversión productiva pero nunca inducida desde la visión de gobierno. Alejar influencia significa permitir que el agente productivo de la nación demande la infraestructura y servicios que correspondan a su iniciativa. En el México del 2018 y con algunos meses de antelación, este principio no solamente ha sido ignorado, ha sido violado una y otra vez. En los anales de la economía no existe la confrontación; puede parecer extraña esta aseveración pero la economía tiene un encargo y uno solo: la distribución de los recursos. En cuanto la distribución de los recursos deja de obedecer al principio fundamental del equilibrio en ese acomodo ancestral de oferta y demanda, la economía deja de ser la ciencia que persigue la justa función distributiva y deja de ser estudio económico. 

En las naciones que ignoran estos preceptos, no existe economía; existe arbitrariedad, existe dispendio y existe también la disposición del recurso sin orientación y sin transparencia. Al no existir un modelo presupuestal, se rompen todas las reglas del equilibrio de una economía. Las imperfecciones en el orden económico abundan; nunca obedecen a la casualidad, obedecen a la causalidad. La economía perfecta no existe, pero existen las reglas y existe el decoro multinacional para hacerlas valer. Intercambiar es la forma más antigua para resaltar predominio, pero también es la forma más regulada y conveniente en la avenencia comercial de las naciones. El predominio quedó atrás en la concepción del comercio; ahora se llama ventaja comparativa y en ello se cifra la especialización y en ese mismo camino, la excelencia. 

El estadista entiende el mundo. El estadista tiene visión de futuro. México, de momento, no tiene un estadista al frente de la nación. México tiene a un hombre llamado presidente por las formas, pero en realidad tiene a un individuo complejo en su propia existencia y esencia. Populista en su diáfana expresión sería una disminución de nuestro amplio léxico y riqueza de nuestra lengua. Sería una cortedad de nuestra semántica y sería un calificativo interpretativo que invoca el descuido en nuestra propia sintaxis. No se concibe una dimensión que invoque en un solo hombre el desaseo generacional que le correspondería enfrentar. La descripción de una palabrería que no conforma una sola línea que gramaticalmente pudiera contener sentido, no existe en este hombre. La perorata disfuncional que inunda el entendimiento y construcción de ideas, se diluye en un mar confuso y disperso en gesto de desprecio a la disciplina y formación de multitudes, multitudes que conforman más de cien millones de seres, individuales, pero bajo una simple y supuesta cohesión llamada nación. 

México reúne desde el 2018, una cauda irreconciliable con los números y las derrotas. Señalar yerros y montos ahora resulta en una labor de recopilación que contribuye únicamente a la exaltación de una permisividad y una complacencia que la sociedad absorbe como pérdida generacional y que con esfuerzo contemplativo, asume como costo irredento en la historia que espera redención segura para no repetir el desacierto y la apatía. En ello hay certeza, pero la certeza no redime las pérdidas y la suma lastima las generaciones futuras. El dispendio y la improvisación ya fueron, ya dieron cuenta de la riqueza de la nación. Nunca fueron empresas. El paso se juzga devastador y lo es. El paso se juzga destructor y lo es. 

El valor actual de la presente administración ya no es posible calcularlo. Los valores se fueron en el derroche, se fueron en un dispendio sin horizonte y sin mesura. Hoy ponderamos la pérdida, la destrucción sistemática y la dispersión de un mal como presente. Lo cuantitativo perdió sentido de acumulación. El fracaso económico de la cuarta transformación perdió mesura, perdió parámetros y perdió valor en este presente. Eso es imperdonable.

 

Te puede interesar:

¿Nuevas formas de dinero?

Comentarios


Openbank, el banco 100% digital del Grupo Santander, prepara su llegada a México y Estados Unidos  

El pasado 9 de abril de 2024, Santander anunció que lanzará una nueva oferta digital en México y Estados Unidos bajo la...

abril 17, 2024
México recupera confianza para la inversión extranjera

México recupera confianza para la inversión extranjera

Si bien es alentador que otra vez figuremos entre los 25 países con mayor confianza para la inversión extranjera directa, no debemos...

abril 10, 2024




Más de categoría

Openbank, el banco 100% digital del Grupo Santander, prepara su llegada a México y Estados Unidos  

El pasado 9 de abril de 2024, Santander anunció que lanzará una nueva oferta digital en México y Estados...

abril 17, 2024

La alarma del crecimiento potencial

La expectativa negativa con respecto al futuro causada por la Incertidumbre XXI, frena el crecimiento de la demanda global.

abril 17, 2024
El Estado mexicano fracasa como operador financiero

El Estado mexicano fracasa como operador financiero

El Estado mexicano ha sido un pésimo gestor; la imposición de obra innecesaria sin demanda de agentes productivos ha...

abril 16, 2024
¿Repensar el plan de EVs? EEUU, China y México 

¿Repensar el plan de EVs? EEUU, China y México 

México es un jugador estratégico para China y EEUU. Se debe buscar balancear nuestros intereses económicos y políticos con...

abril 15, 2024