¿Será la navidad o solo coincidencia?

A veces los milagros provienen de donde menos te lo esperas.

9 de diciembre, 2022

Roman Navarro Cisneros

Era el año del 2009 del mes de diciembre. Sentados en familia y con algunos amigos en la mesa, estábamos planeando la cena navideña. De pronto hicieron el comentario de que si existía el milagro de la navidad donde un señor regordete vestido de rojo llevaría regalos a los niños. Mi cuñada inmediatamente comentó que eso era un mito que alimentaban los padres a los hijos y que todo era fabricado en falsas esperanzas.

Inmediatamente repliqué afirmando que la Nochebuena traía milagros y dicha a quien tiene fe en ella:

-Como prueba pueden ver el árbol que adorna la sala, tiene los regalos que repartiremos mi señora y su servidor a ustedes y nuestros hijos.

-¿Qué hay de raro en eso?

-Pues si recuerdas estamos desempleados.

-¿Y qué? ¿Bajó Santa Claus y te dio dinero? ¿O acaso tus padres te apoyaron en esta ocasión?- comentó con sarcasmo la mujer.

-Te contaré lo siguiente:

El día de ayer llevé a mi madre y abuela a comprar los obsequios que repartiría cada una a la familia. Nos acompañaba mi señora. Ya los cuatro en el auto comenzamos a visitar tiendas, pero el tráfico era cada vez más espeso, pues la mayoría de las personas se dirigían también a hacer sus compras. Estábamos en una pequeña plaza comercial que se acababa de inaugurar. Hicieron algunas compras y debido al caos vial decidieron que era mejor quedarnos un rato a tomar café en lo que se despejaban un poco las calles de la ciudad, con gusto aceptamos la idea quedándonos en un restaurante del lugar. Al sentarnos vimos que en los pasillos se encontraba una tómbola y un animador comentando que habría una rifa de 10 000 pesos en vales canjeables para consumo de los clientes con el fin de festejar la apertura, así como las fechas decembrinas. La dinámica era muy sencilla cada ticket de consumo sería depositado en la tómbola con el nombre de la persona que había realizado el consumo. Pagamos cada quién nuestras bebidas y depositamos los papeles en la urna. Se dio la hora de la rifa. Los tres primeros nombres que salieran serían eliminados pero el cuarto y último sería el ganador. El animador con la ayuda de una persona del público comenzó a sacar los papeles de las caras de los participantes se entristecía al escuchar que los nombraban, pero al cantar el cuarto nombre… si exacto ese fue el ganador. Habían nombrado a mi señora. Las reacciones no se hicieron esperar. Mi madre, la abuela y yo estábamos muy sorprendidos y no se diga Elizabeth, que gritó de emoción. No podíamos creer lo que estaba sucediendo la situación había girado 180 grados, pues de estar sin qué ofrecer a nuestros hijos en esa noche tan especial para ellos ahora teníamos regalos para todos los invitados a la cena. Dirás que es suerte, tal vez coincidencia, pero recuerda: el caos vial nos obligó prácticamente a permanecer en la plaza, desconocíamos que habría premios para festejar su apertura, consumimos solo cuatro cafés y había más comensales depositando sus tickets. Pudo ganar cualquiera, es decir, algunos tal vez no ocupaban de la misma manera el premio sino que sería un extra en sus compras. Sin embargo el premio llegó a alguien que lo necesitaba de verdad y no porque sienta que lo merecíamos sino porque no teníamos recursos para los regalos. Finalmente podrás pensar si fue el destino o la suerte nos sonrió. Pero ¿los milagros no son sinónimo de buena suerte? O acaso ¿el destino no está marcado por los milagros que genera tu suerte? Hay quien le ha puesto nombre y figura al espíritu de la navidad, yo pienso que es un acto de fe, de creer en lo que eres y haces que va más allá del razonamiento frío y calculador.

Ya han pasado 13 años de esa aventura, la cual seguimos recordando con gran cariño y emoción.

Y a ti ¿te ha brillado la suerte en navidad?

“ESTA ES LA NATURALEZA DE MI SER”

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